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Hablando de...La Ordo Templi Orientis (O.T.O.) ó la Orden del Templo del Este u Orden de los Templarios Orientales.

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En masonería, en muchas oportunidades solo vemos la punta del iceberg y resulta que mas allá de ello hay una infraestructura que a moldeado un sin fin de de instituciones que han dado paso a las mas exigentes sociedades.

La Ordo Templi Orientis (O.T.O.) (Orden del Templo del Este, u Orden de los Templarios Orientales) es una sociedad inglesa de carácter fraternal y secreta, fundada en Londres, al comienzo del siglo XX. El fundador fue el esoterista y escritor inglés Aleister Crowley.

Aunque originariamente inspirada y asociada a cierta corriente heterodoxa de la Francmasonería no regular ni tradicional, bajo el liderazgo de Aleister Crowley la O.T.O. fue totalmente reorganizada con la Ley de Thelema como su eje principal. Esta Ley, expresada como “Haz tu voluntad será el todo de la Ley”, y “El amor es la ley, esto amor bajo la voluntad”, "Todo hombre y toda mujer es una estrella", fue promulgada en 1904 con la recepción del Libro de la Ley. En última instancia, la Ley de Thelema sólo puede ser cumplida a través de los esfuerzos individuales de cada persona.

Como muchas sociedades secretas, la pertenencia a la O.T.O. está basada en un sistema iniciático con una serie de ceremonias de grado que se valen del drama ritual para establecer lazos fraternales e impartir enseñanzas espirituales y filosóficas. 

Academia Masónica

En 1885, el rector de la Universidad de Dreden, Carl Kellner comenzó a discutir con su socio Theodor Reuss (Merlín o Peregrinus. 28 de junio de 1855, 28 de octubre de 1923), su idea de fundar una Academia Masónica. Durante estas discusiones, Kellner decidió que la Academia Masónica sería el círculo oculto interior de esta orden (la O.T.O. propiamente dicha) se organizaría en forma paralela a los más altos grados de los Ritos Masónicos de Menfis y Mizraim, y enseñaría las doctrinas esotéricas de los Rosacruces tal como eran enseñadas en la H.H.L., en conjunción con la "Llave" de Kellner para el simbolismo masónico. Tanto hombres como mujeres serían admitidos en todos los niveles de la Orden, pero la posesión de varios grados de Francmasonería de Alto Grado y de Oficio serían prerrequisito de admisión en el Círculo Interno de la O.T.O.

Desafortunadamente, y debido a las regulaciones de las Grandes Logias que gobernaban a la Masonería Regular en el Reino Unido, las mujeres no podían ser masones, y quedaban por lo tanto excluidas de la Orden. Esta puede haber sido una de las razones por las que Kellner y sus asociados resolvieron hacerse con el control de uno de los varios ritos o sistemas de la Masonería, es decir, para reformar el sistema y aprobar la admisión de mujeres, y otras minorías. Sin embargo, la verdad es que la Masonería Mixta ya se estaba desarrolando en Francia, primero con el filiación Masónica del Derecho Humano, y luego en otros países con las Logias cercanas a la Sociedad Teosófica. Las difeencias por lo tanto, son otras.

En esa época las discusiones entre Reuss y Kellner no llegaron a ningún resultado positivo, pues Reuss estaba muy ocupado con la resurrección de la Orden de los Iluminati en Alemania, en conjunción con su asociado Leopold Engel (1858-1931), de Drésde. Kellner no aprobaba ni el resurgimiento de esta Orden ni a Engel. Según Reuss, cerca de su separación final de Engel en junio de 1902, Kellner se contactó con él y ambos estuvieron de acuerdo en proceder al establecimiento de la Orden de los Templarios Orientales, solicitando como primer paso las autorizaciones pertinentes para trabajar los varios ritos de la Francmasonería de alto grado.

Fundamentos Masónicos adogmáticos ó liberales (lejanos a los "Landmaks" tradicionales).

Theodor Reuss se decía también el Gran Maestro del Rito Swedengboriano de la Francmasonería en Alemania (según documento fechado el 26 de julio de 1901, por W. Wynn Westcott), Inspector Especial de la Orden Martinista en Alemania (según documento fechado el 24 de junio de 1901, por Gérard Encausse), y Magus del Alto Consejo en Alemania de la Societas Rosicruciana en Anglia (carta de autorización fechada el 24 de febrero de 1902 por W. Wynn Westcott). Con el apoyo de Kellner, Reuss solicitó al estudioso inglés de la Masonería, John Yarker (1833-1913), la aprobación de documentos para operar tres sistemas masónicos de alto grado conocidos como el Antiguo y Primitivo Rito de Menfis de 97º, el Rito Antiguo Oriental Luciferino de 90º, y el Antiguo y Aceptado Rito Escocés de 33º (Concilio Cernau de New York, 1807)

Reuss recibió supuestas cartas-patentes No provenientes de la masonería escocista, como Soberano Gran Inspector General 33º del Rito Escocés Cernau, de manos de Yarker, fechadas el 24 de septiembre de 1902. Según una transcripción publicada, Yarker preparó el mismo día una garantía para Reuss, Franz Hartmann y Henry Klein, para operar como Soberano Santuario 33º - 95º de los Ritos Escocés, Menfis y Mizraim. Yarker preparó un segundo documento confirmando la autoridad de Reuss para operar dichos ritos el 1 de julio de 1904; y Reuss publicó la transcripción de una carta adicional de confirmación fechada el 24 de junio de 1905. En 1902 Reuss inició la publicación de un periódico masónico, La Oriflama.

Estos ritos, junto con el Rito Swedengboriano, fueron adoptados como elementos integrales en el esquema fundamental de la Orden. El Rito Swdengboriano incluía un versión de los grados Operativos, y los Ritos Cernau Escocés y de Menfis y Mizraim aportaron una selección de "altos grados" funcionales, tan completa como no había existido antes.

Juntos proveyeron de un sistema completo de iniciación Masónica a disposición de la Orden. Con la incorporación de estos ritos, la Orden pudo operar como un sistema Masónico completamente independiente. Reuss y Kellner prepararon juntos, en 1903, un breve manifiesto para su Orden que fuera publicado el año siguiente en La Oriflama. Kellner murió el 7 de junio de 1905, y Reuss asumió el pleno control de la Orden. Con la ayuda de los co-fundadores Franz Hartmann y Heinrich Klein, Reuss preparó una Constitución de la Orden en 1906.


“Haz tu voluntad será el todo de la Ley”, y “El amor es la ley, esto amor bajo la voluntad”, "Todo hombre y toda mujer es una estrella"  Ley de Thelema.


Celta.´.

Hablando de...Que es ser diplomático.

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Según que es “ser diplomático” se entiende como un estilo de conducta, o en un sentido funcional, se puede contestar de dos formas. En la primera acepción recordamos a André Maurois que ser diplomático “es el arte de exponer la hostilidad con cortesía, la indiferencia con interés y la amistad con prudencia”. En sentido funcional lo son aquellos funcionarios públicos expertos en relaciones internacionales con vistas a ser acreditados ante otros Estados (y en la actualidad también en Organismos Internacionales) con carácter representativo.

Los Estados organizan su diplomacia de diversas formas, según sus tradiciones administrativas o su concepto de cómo ha de ser la conducción de los asuntos exteriores. siguiendo la tradición latina, la profesión diplomática se estructura en torno a un cuerpo general la Carrera Diplomática que pertenece a los Ministerios de Asuntos Exteriores y Cancillerías de cada país y ademas utiliza en el extranjero funcionarios de otros cuerpos pertenecientes a aquellos Ministerios (Defensa, Cultura, Comercio, etc.) que por sus actividades poseen un sector exterior.

En la Carrera Diplomática, como ocurre con cualesquiera otros escalafones estatales, se ingresa por concurso de oposición, y sus miembros se rigen por las disposiciones que regulan la función pública, sin más peculiaridades que las requeridas por la naturaleza de sus funciones. Aunque se trata de una carrera con carácter “generalista”, posee dos ramas que son ejercidas alternativa e indistintamente: la política, centrada en la representación del Estado ante los demás Estados y Organismos, y la consular, dedicada a la protección de ciudadanos y entidades de cada país en el extranjero ante las autoridades locales.

Al diplomático se le atribuye el estilo de actuación al que hemos aludido al principio. Además, ha de tener sólidos conocimientos y buenas maneras. Como bien dice Beladíez, “de todas las disciplinas catalogadas por las Universidades, la que mejor debe conocer un diplomático es el Derecho internacional; de las no catalogadas, la que más a fondo debe dominar es la buena educación”.

Ser diplomático otorga prestigio social, ya que la profesión se cuenta entre aquellas que en no más unas cuantas dotadas de leyenda. “El diplomático, en la opinión general, forma parte de un mundo al que no tiene acceso el común de los mortales. Un mundo de lujo, de intrigas, de misterio, de exotismo”, dice Gómez de Valenzuela. Ortega les achacaba frivolidad, y Juan Valera decía que en la diplomacia “…con bailar bien la polca y comer pastel de foie-gras, está todo hecho”. Se suele achacar mendacidad a estos funcionarios, pero como ya dijo el gran Talleyrand, “la diplomacia no es una ciencia de engaño y duplicidad”. Hay que decir la verdad, pero evitando el conflicto, pues no hay que olvidar que el diplomático es agente de paz.

En realidad no se trata sino de un cuerpo más del Estado que simplemente ejecuta las directivas del Gobierno en las materias a él encomendadas. Que éstas se ejerciten generalmente en o con el extranjero, y que exista para facilitarlas un trato y unos privilegios especiales, es precisamente lo que facilita la leyenda. Pero dentro del conjunto de agentes acreditados como diplomáticos en un mismo país, llamado “Cuerpo Diplomático”, coexisten hoy en día tanto los funcionarios procedentes de carreras diplomáticas como de otras, y no ocurre nada especial.



José Rafael Otazo M; Ph.D
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Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

Hablando de...La diplomacia, partera de la historia.

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Si atendemos a la más reciente experiencia, el futuro está en la diplomacia. La guerra está pasada de moda. O mejor dicho, no funciona. O peor, produce efectos perversos. Libia, Irak y Afganistán son los ejemplos más recientes de los pésimos efectos del uso de la fuerza para derrocar regímenes impresentables y construir unas relaciones internacionales pacíficas y civilizadas.

George W. Bush protagonizó el último intento de neutralizar regímenes peligrosos y llevar la democracia a los países que no la tienen a cañonazos (Afganistán e Irak). Barack Obama, con dos éxitos indiscutibles de momento en su haber, Cuba e Irán, significa exactamente lo contrario y es el primer presidente que alcanza dos acuerdos de tanta trascendencia (Libia carga en la cuenta de Cameron y Sarkozy). Si funcionan como es de esperar, su presidencia está más que salvada.

La llave para estos acuerdos radica en la capacidad de ponerse en el lugar del enemigo al que se quiere convencer en vez de vencer. Se lo dice Obama a Thomas Friedman, el periodista de The New York Times que le ha entrevistado justo después de la firma del acuerdo en Viena, al tiempo que evoca los acuerdos de desarme con la Unión Soviética por parte de Reagan y el viaje de Nixon y Kissinger a Pekín para entrevistarse con Mao Zedong y terminar con el aislamiento de China durante tres décadas. No son estos dos los únicos momentos diplomáticos de los últimos 50 años en los que puede leerse un auge de la diplomacia y el declive de la guerra, aunque sí son probablemente los más exitosos. Cabría añadir los acuerdos de Camp David, firmados por el presidente egipcioAnuar el Sadat y el israelí Menajem Begin, bajo los auspicios de Jimmy Carter, que ataron a Egipto definitivamente del lado occidental, o los acuerdos de Oslo, entre Arafaty Rabin, bajo el patrocinio de Clinton, que permitieron la constitución de la Autoridad Palestina. 

Todos estos acuerdos intentan enmendar errores anteriores, siendo el más importante dejar fuera de juego a un país o a una parte de la humanidad. Todos tienen enemigos feroces, dentro y fuera de Estados Unidos, empeñados en hacerlos descarrilar. Todos producen cambios geopolíticos a largo plazo, no siempre positivos, como demuestra la inexistencia todavía de paz en Oriente Próximo tal como se había acordado en Oslo.

 Y en todos, excepto en los dos últimos con Cuba e Irán, aparece el presidente de los Estados Unidos en primer plano, fotos incluidas. Obama, el más diplomático de todos los presidentes de Estados Unidos, ha querido dejar el protagonismo de las imágenes a los profesionales de la diplomacia y quedarse él con el de la palabra, con sus potentes argumentos en favor de la negociación y del multilateralismo, que desmienten nada menos que a Marx: la partera de la historia ya no es la violencia, como decía el Manifiesto Comunista, sino la diplomacia.


José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario.
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

Referencia: http://americanuestra.com/la-diplomacia-partera-de-la-historia/

Historia de la diplomacia...Embajadores de Luis XIV, primeros ministros de Felipe V.

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Felipe V y su abuelo, Luis XIV.



“Es necesario que el embajador de Su Majestad sea ministro del Rey Católico; que, sin tener el título, ejerza las funciones; que ayude al rey de España a conocer el estado de sus asuntos y a gobernar por sí mismo”. Las instrucciones de Luis XIV al conde de Marcin, su representante en Madrid, concluyen con un contundente: “Nada debe quedar oculto en España al embajador de Francia”.

La implicación de Luis XIV en el conflicto sucesorio español formaba parte de un proyecto hegemonista cuyo punto de partida era la unión de las dos coronas borbónicas, la francesa y la española, en la persona de su nieto Felipe de Anjou, futuro Felipe V de España e incluso presumible futuro rey de Francia.

En ese contexto, el celebérrimo Rey Sol optó por disponer de todos los mecanismos necesarios para controlar directamente tanto la vida privada como la política de Felipe V. Y dentro de esos mecanismos, los agentes más fiables de Versalles fueron sus embajadores, en particular Henri d’Harcourt, el conde de Marcin, el cardenal César d’Estrées y Michel-Jean Amelot, verdaderos primeros ministros del primer Borbón español, como ha estudiado con sumo detalle el historiador José Manuel de Bernardo Ares.

El caso de Marcin es particularmente significativo. El nuevo embajador se presentó en La Zarzuela en agosto de 1701 con el encargo expreso de Luis XIV de reformar a fondo el sistema de gobierno en todos los órdenes: “la guerra, el comercio, la administración de las finanzas y la justicia”. Para ello, una de sus medidas más importantes fue impulsar el Despacho, una especie de consejo de ministros que ejercía de verdadera delegación de Versalles y entre cuyos miembros figuraba, y muy destacado, el propio Marcin.

Instrucciones del Rey Sol: “Nada debe quedar oculto en España al embajador de Francia”

El otro gran ejemplo fue Michel-Jean Amelot, embajador entre 1705 y 1709, el cual, sobrepasando hasta el infinito las labores que le correspondían, participó muy directamente, siempre a instancias de Luis XIV, en la puesta en marcha de las reformas institucionales, administrativas y económicas que permitieron la configuración de una monarquía centralizada y unitaria al estilo francés, contrapunto de la monarquía compuesta y fuertemente descentralizada que imperaba con los Austrias.

Su caída en desgracia le llegó con los desastres bélicos de 1709 en la Guerra de Sucesión, cuando Luis XIV dejó a su suerte a su nieto y éste optó por apartar a Amelot del poder y relegarlo a las funciones propias de un embajador.


José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.


Referencia:http://thediplomatinspain.com/embajadores-de-luis-xiv-primeros-ministros-de-felipe-v/

Hablando de Filosofia...Profundas ideas acerca de la perfección.

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Plotino que existió entre 205 y el 270 DC. y quien fuera el principal representante de la escuela neoplatónica y uno de los grandes pensadores de la antiguedad muriente. Nació en Licópolis, Egipto. En el 244 se estableció en Roma y allí fundó su propia escuela, famosa y concurrida. Sus obras, escritas en grupos de nueve libros, fueron llamadas Enéadas, de allí tomamos algunos fragmentos.

Plotino creía en la teoría de emanación, que es la la superabundancia de la fuente productora. El ejemplo que se da habitualmente para explicar esta emanación es el de la luz, que se derrama sin pérdida alguna de su ser. La idea neoplatónica de la emanación, es similar a los rayos de luz que emanan del oriente en el amanecer, luego se van multiplicando y fortaleciendo hacia al mediodía declinando en el paso a occidente para volver a desplegarse en un ciclo constante, en un renacer, en un nuevo comienzo.

Así la luz como la sabiduría ilumina a todo aquel que la busca porque el que se acerca a la luz se ilumina. La teoría neoplatónica de la emanación se contrapone un poco al concepto cristiano de un mundo creado desde la nada. Para Plotino, la emanación debe entenderse como un autodespliegue del principio de lo Uno, y el mundo no es algo creado, sino un nivel eterno de esa manifestación de una Conciencia Suprema sobre sí misma:

“La vida y el acto de la inteligencia es la luz primera que primeramente se enciende por sí misma y resplandece por encima suyo, iluminante e iluminada conjuntamente, verdaderamente inteligible, pensante y pensada, que se ve por sí misma y no tiene necesidad de otra para ver…”

Plotino consideraba que el alma está unida al conocimiento, a la luz:

“Solo los actos intelectuales deben llamarse propiamente actos del alma, los actos inferiores son de otra proveniencia y son pasiones de esa alma…”

En un concepto muy adelantado a la teoría cuántica contemporánea Plotino consideraba al universo como la armonía de los contrarios.

Para finalizar citamos éste bello fragmento de las Enéadas que Plotino dedicó al labrado de la piedra bruta, desbastando incesántemente las pasiones y alcanzando la luz que es aquella sabiduría que conduce al perfeccionamiento del hombre: desarrollando para ello un ojo espiritual que puede contemplar la belleza suprema, pues solo lo evolucionado puede contemplar su propia evolución sin falsos guías ni profetas:

“Vuélvete hacia tu interior y mira, y si tu mismo no te vez bello, haz como el escultor que corta, pule y depura el mármol, que resultará embellecido cuando exprese su hermoso rostro de estatua. También tú, de la misma manera, cercena y arroja de ti lo superfluo, endereza lo que está torcido y purificando lo que es oscuro, haz de manera tal que se convierta en luminoso, y no ceses de elaborar tu estatua, hasta que el divino esplendor de la virtud no resplandezca a tu mirada… Cuando te hayas transformado en tal y tal te veas… entera y únicamente luz verdadera… convertido en vista misma, confiando en ti y habiendo logrado no necesitar ningún guía, mira atentamente, pues sólo este ojo espiritual puede contemplar la belleza suprema… Pues jamás el ojo puede ver el Sol si no se ha hecho semejante al Sol, ni el alma puede ver lo bello, si no se ha hecho ella misma, bella. Pues bien, que antes se convierta toda ella en bella y divina si quiere contemplar a Dios y la belleza”.



José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

Referencia: http://arquimedesmarconi.net.ve/

CONTESTACIÓN AL DISCURSO DE INGRESO A LA ACADEMIA CARABOBEÑA DE LA LENGUA, DEL DRAMATURGO Y MÚSICO, DENIS MIRALDO.

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A cargo del académico: CN EDDY BARRIOS OROZCO


“UN HOMBRE DE TEATRO”

Denis Miraldo y CN Eddy Barrios O.
He sido designado como orador de orden para dar respuesta al discurso de incorporación a la Academia Carabobeña de la Lengua de un reconocido intelectual, “UN HOMBRE DE TEATRO”, como he titulado mi discurso, por cuanto DENIS MIRALDO se ha proyectado en la sociedad valenciana como un excelente dramaturgo de avanzada. 

Debo, antes de proseguir, manifestar mi complacencia por el honor inmerecido con el que recibo esta primera distinción de la Academia, la cual se cobra con ello el préstamo intelectual con el cual me favoreciera, en ocasión de mi reciente incorporación y en cuyo evento un Ilustre Académico, como lo es el distinguido profesor Omar Ydler, rindiera pieza oratoria magistral, insuperable a mi juicio, y la cual aún conmueve y anima mi espíritu y me estimula a emularlo. Tarea harto difícil. 

La academia me honra y compromete al designarme para este, mi primer reto oficial y público, como es el de representarla para darle la bienvenida a un nuevo recipiendario, un nuevo académico, quien por y con sus innegables méritos personales y profesionales estamos seguros que enaltecerá y fortalecerá nuestras columnas y contribuirá al trabajo de estudio, preservación y revitalización de la lengua castellana, en la valencianidad de hoy. 

Denis Miraldo es un hombre que emplea la lengua como instrumento y ¡de qué manera! Un hombre que define su accionar bajo la premisa de que: 

“El verdadero artista no busca agradar inmediatamente, salvo que dependa de ello su supervivencia. Fundamentalmente subversivo se reserva la libertad de imponer cambios, a pesar del público, obedeciendo a necesidades históricas, técnicas o estéticas. El artista está integrado en la sociedad, con su libertad y si es incomprendido es porque es profético. El conflicto del arte y la sociedad es una realidad objetiva, inherente a la esencia del uno y de la otra”.

De allí que se haya dado a la tarea, como me ha expresado, de divulgar sus trabajos en el nuevo lenguaje universal de las redes sociales, de la tecnología y de la nueva comunicación, todo ello en la clara conciencia de que:

“La digitalización del mundo actual nos lleva, inevitablemente, a un escaneo de nosotros mismos, ya no sólo la producción se despliega en las redes, en los videos, los blog, los archivos adjuntos, los .pdf, sino que poco a poco nos vamos conectando en la red hasta el punto de sumergir nuestras moléculas en el caldo de la inteligencia artificial, somos avatares primero y luego seres biorobóticos, un ser humano imparable que conquistará parte del espacio hasta que el fin sea inevitable”

Es que Denis Miraldo se relaciona con el público con una visión de proximidad que nos recuerda los primeros intentos del teatro en su orígenes griegos, de que el público, de mero espectador pasivo, se transformara en un personaje más, y que las máscaras, las cuales eran utilizadas entonces para proyectar las voces, hoy sean sustituidas por los instrumentos que la tecnología nos ofrece para ser aún más eficientes, en ese diálogo que se da entre el autor, su traducción operativa a cargo de un director, y la maleabilidad de los caracteres de los intérpretes, como los textos de los guionistas y el escenario y la música, los cuales aportan cada uno su valencia, para recrear la maravilla y la magia de en la escena, de una obra revivificada, transportada en el tiempo y el espacio de la mente de su creador, a las mentes sedientas de su audiencia. Al ser periodista, escritor, dramaturgo y músico, se le facilita combinar eclécticamente estas disciplinas, para alcanzar un producto de alta calidad escénica y poder de penetración.

El licenciado Santiago Rodríguez, recientemente nos enseñara, en ocasión de la FILUC 2016, donde bautizáramos su libro “Protagonismo valenciano en la formación histórica de Venezuela” , que a Valencia se le distingue por, al menos, dos factores esenciales de su valencianidad como son: 

1. Que en ella se da con acierto el protagonismo, la autonomía y su empuje por la figuración histórica y cultural, capital que fuera de nuestra patria y heredera del orgullo genuino de que en los campos de Carabobo naciera nuestra libertad. Una vez consolidada ésta, en ella se da el muy justificado movimiento que libera a Venezuela, de ser un departamento subalterno y dependiente de una ficción política, incomprendida entonces y menos ahora, como proyecto irrealizable, bajo la ambición de quienes no entendieron que la Capitanía General de Venezuela tenía su propia voluntad y destino, así como líderes para materializarlos. Asdrúbal González llega más allá y nos expresa que Valencia ha sido tímida al defender la pertinencia y justificación histórica de tal movimiento, el que hoy le permite a Venezuela ser una nación independiente de toda dominación o mediación virreinal. 

2. Por otra parte, Javier Nieves allí presente y quien conformara, junto a Asdrúbal González y Pedro Villarroel, el presídium del acto, nos destacara que mientras otras ciudades se dedican a seguir las cosas que pasan, Valencia fue y es pionera y precursora; pues, ella se dedica a hacer que las cosas pasen, antes que seguir a otros líderes o a otras ciudades. 

Es así como en nuestro recipiendario, Gerente General de FUNDACULTURA, veremos algunos rasgos similares, los cuales denotan la manera como estos mensajes ancestrales, valores y principios de la identidad valenciana, se han sembrado en su inconsciente y los ha permeado hacia el subconsciente colectivo, generando un teatro para que el pueblo pueda expresar su idiosincrasia y su valía, haciendo bueno el aforismo del grande Cecilio Acosta, de quien José Martí dijo, rendido ante su enjundia y sabiduría: “Lo que supo, pasma”. Decía entonces Don Cecilio Acosta: 

“La luz que más aprovecha a una nación no es la que se concentra, sino la que se difunde”; “Enséñese lo que se entienda, enséñese lo que sea útil, enséñese a todos”

El ex presidente Ramón J. Velásquez, por su parte, nos revelara que: 

“la mayoría de los problemas políticos vigentes en el siglo XIX tienen ahora un nuevo vestido, pero su esencia es la misma”, y agregaba: 

“La historia de Venezuela tiene mucho de teatro, algunas veces de drama, pero casi siempre de comedia y sainete”

No es de extrañar entonces que un hombre sensible, como nuestro dramaturgo, haya ido a la fuente social a buscar esa realidad y a reflejarla, se dice que centrando sus escenarios en la arquitectura física y humana del valenciano, expresando esa comedia y ese sainete. Para lograrlo, se afianza en lo expresado por la gran escritora brasileña de origen judío, Clarice Lispector, considerada una de las más importantes escritoras brasileñas del siglo XX. De quien aprendería que: 

“Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba”.

¿Qué pasaría si Cenicienta caminara por la calle Colombia de Valencia, si su príncipe viviera en el Palacio de Los Iturriza y ella en la Casa Páez? Se preguntó Denis en algún momento y, para responderlo, escribe y estrena su obra, CENICIENTA MÍA.

Quizás lo más loable de su obra sea su empeño en reeditar, adaptando a lo venezolano, los grandes cuentos de la literatura infantil, y ello lo hace atendiendo a un comentario de su jefe, Édgar Núñez, presidente del Teatro Municipal de Valencia (TMV) y de la Fundación para la Cultura (FUNDACULTURA). Esta vez lo logra bajo una nueva interpretación. Así nació CENICIENTA MÍA, protagonizada por Grecia Colmenares y dirigida por Fernando Lozada. Con sus obras aspira Denis Miraldo darle a lo regional, valor universal. Debo aclarar, esgrimiendo no como excusa fácil sino como hecho incontrovertible, mi confesión de que no conocía al recipiendario más allá de una muy corta presentación de rigor, cuando nos reuniéramos en la Casa Pocaterra y a él le correspondiera parte de la organización del homenaje al grande prócer civil de las letras carabobeñas. 

Preocupado por mi ignorancia y falta de materiales para analizar, acudí al auxilio de una entrevista publicada en NOTITARDE el 13 de agosto de 2016, que le hiciera la periodista Daniela Chirinos Arrieta, titulada: 

“Denis Miraldo escribe teatro con arraigo regional y valor universal” 

Donde se esboza en fina pluma la personalidad, orígenes y desempeño de nuestro recipiendario. Esa entrevista ha sido la fuente de investigación para el trabajo que hoy les revelo. La periodista, dejó constancia de que Denis Miraldo nació en Covoes (Portugal, 1970). Que:

“asumió su responsabilidad con el bagaje cultural que nos rodea, con el que está perdido y el ancestral. Tanto así que en su brazo derecho tiene tatuado el petroglifo “La diosa de la lluvia” que está en Vigirima. Y quien afinca que “Si no terminamos de entender nuestra historia, no vamos a poder construir un futuro mejor”. 

No me atrevo a pedirle que nos enseñe su tatuaje, para no forzarlo a que se descubra y lo muestre, así como cierto intelectual recientemente se descubriera el pecho en pleno hemiciclo de la AN, para mostrar un logo en su franelilla, con los ojos vigilantes de su líder.

Una actividad prolongada en el campo de las letras es ejercida por este insigne cultivador de nuestra lengua escrita, a lo largo de décadas de desempeño como periodista, articulista de fondo, ensayista, investigador y, en general, escritor de oficio. A sus 46 años, ya atesora un palmarés de buenas obras, las cuales ha llevado al escenario y con las cuales se ha comunicado con el pueblo con inusitada eficiencia. Ya se le conoce y se le identifica. Afirma la periodista:

Es que Denis Miraldo a los 7 años de edad leía tomos completos de enciclopedias y en el Colegio Don Bosco ganó concursos de narrativa. Son más de 40 años escribiendo. Entre sus escritores favoritos destaca José Rafael Pocaterra. De quien expresa que es su héroe, porque estuvo en la cárcel y a través de su narrativa se atrevió a cuestionar la sociedad de su época. 

Él mismo es un dinámico promotor cultural, columnista de prensa regional, músico y dramaturgo de Tknela Teatro, el Taller de Calíope y colectivos artísticos como Zona de Descarga. También es miembro honorario de Zanny Teatro, la Compañía del Teatro Municipal de Valencia y Cometa de Cantaura. En Cenicienta Mía, se da el caso que el 95 % de la música fue compuesta por él. 

Al ser peguntado acerca de si se considera un dramaturgo social, ha contestado: 

“Para mí el teatro no es sólo una herramienta para contar historias. El arte es una forma de comunicación, un vehículo para transmitir ideas y no sólo estética. Como Pocaterra, en mis obras he cuestionado a la sociedad opresiva, egoísta y con antivalores” 

Consustanciado con la arquitectura de la ciudad y con su historia se ha dado a la tarea de verlas representadas desde su prehistoria hasta el presente, en esa cruzada que se ha autoimpuesto, para comunicarse a través del teatro con sus habitantes. Con Joan Miró comparte aquello de: “Para ser universal hay que ser profundamente local”. 

Pero, en cambio se niega a decir: ‘Voy a hacer un libro de arte’. En su lugar, afirma que: 

“Escribo porque hay alguna mentira que quiero dejar al descubierto, algún hecho sobre el que deseo llamar la atención. Y mi preocupación inicial es lograr que me oigan”.

Soñador y contestatario, coincide entonces con Bertold Brecht, cuando éste declaraba: “el arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma”.

Señor dramaturgo Denis Miraldo, tal y como Ud. nos revelara en su confesión de búsqueda de identidad y definición de su destino cuando escribió: 

“En el proceso de búsqueda de la identidad y un puerto al que llegar, de repente tuve la certeza que había encontrado una respuesta a las preguntas tempranas de la adolescencia” 

Permítame apreciado recipiendario emular a Rodrigo de Triana, le alerto que ha llegado usted a tierra, a un buen puerto. Esperamos que usted piense que quizás sea este el puerto donde amarrar su nave, reaprovisionar y volver a nuevas singladuras. En tal sentido, reciba usted de parte de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo, la más cordial bienvenida a nuestros trabajos, sepa usted que en nuestros miembros tiene y tendrá siempre nuestros brazos abiertos y unos colegas y amigos, quienes estaremos pendientes de su labor para apoyarlo en su cruzada y que le acompañaremos en su creencia y misión de hacer, como nos ha hecho ver, que su “arte se convierta en elemento transformador de la sociedad”. 

Para la Academia que hoy represento, es un honor contar con su ilustre persona para engrosar la lista de sus miembros correspondientes. 


CN Eddy Barrios Orozco

Valencia, 4 de noviembre de 2016



Carlos Maldonado-Burgoin...INVITACION CHARLA VISION Y VALORACIÓN DE LA FIGURA DE FRANCISCO DE MIRANDA.

Discurso de Incorporación como Miembro Correspondiente a la Academia de la Lengua Capítulo Carabobo del Comunicador y Artista Denis Miraldo.

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El escritor como artista integral ante los retos  de la comunicación actual


DEDICATORIA:

A Melania. Mi amor infinito. Mi fortaleza. Mi musa.

A Cesar y María Eugenia. Mis padres. Maestros supremos de la vida.

A mis hermanas Marisol y Dina. Mis cómplices. Mis niñas.

A mis hijas Manuela y Melian. Mis inspiraciones. Mi tesoro de la montaña.

A Tknela Teatro. Yuri. Carolina. Diego. Franceliz. Moncho. Todos los tknelos. Todos los niños y su derecho al arte. Mi sueño. Más allá de los cuentos.

A mis compañeros en El Taller de Calíope, Zona de Descarga, Valÿnor, Buena Vibra Social Rap, Don Bosco por Siempre, Zanni Teatro, Cometa de Cantaura, Fundación para la Cultura y todos los artistas que me han acompañado incondicionalmente.

Al profesor Cristóbal Gornés. El primero que creyó en mí.

A todos mis maestros. Hoy especialmente a los que partieron hace poco Carlos Herrera, Enzo Flumery y Miguel Torrence.

A mi patria Venezuela y Portugal. Por enseñarme que soy ciudadano del mundo.

A mi amada ciudad de Valencia, la de Arturo Michelena, Renny Ottolina y José Rafael Pocaterra.




Capítulo I: Sobre el verdadero artista

“15 de noviembre de 1910 Casi ninguna palabra que escribo se adapta a las demás; oigo cómo las consonantes se rozan con sonido metálico, y las vocales lo acompañan con un canto que parece el de los negros en las ferias”. Franz Kafka

Hay cosas que te definen para toda la vida. Un beso. Un consejo. Un hecho. O un libro. Hace ya treinta años mi padre puso en mis manos una Historia Universal de la Música del francés Roland de Candé. Yo, que en realidad tengo una memoria indisciplinada, me encontré con una frase que se quedaría grabada en mi mente para siempre. En el proceso de búsqueda de la identidad y un puerto al que llegar, de repente tuve la certeza que había encontrado una respuesta a las preguntas tempranas de la adolescencia:

“El verdadero artista no busca agradar inmediatamente, salvo que dependa de ello su supervivencia. Fundamentalmente subversivo se reserva la libertad de imponer cambios, a pesar del público, obedeciendo a necesidades históricas, técnicas o estéticas. El artista está integrado en la sociedad, con su libertad y si es incomprendido es porque es profético. El conflicto del arte y la sociedad es una realidad objetiva, inherente a la esencia del uno y de la otra”.

La digitalización del mundo actual nos lleva, inevitablemente, a un escaneo de nosotros mismos, ya no sólo la producción se despliega en las redes, en los videos, los blog, los archivos adjuntos, los pdf, sino que poco a poco nos vamos conectando en la red hasta el punto de sumergir nuestras moléculas en el caldo de la inteligencia artificial, somos  avatares primero y luego seres biorobóticos; un ser humano imparable que conquistará parte del espacio hasta que el fin sea inevitable.

Mientras tanto hay mucho trabajo que hacer. Y el verdadero escritor que realmente tiene una propuesta, un discurso, lo necesario para cautivar al público, para mí necesariamente desde lo genuino, anda siempre en busca de reinventarse, de superar tanto ruido de la sobrecarga informativa y la vorágine citadina para hacer escuchar su voz, ante un público infoxicado, enfermo de infobesidad.

Ernest Hemingway, dijo una vez en una entrevista para la revista parisina Arts, que un escritor que deja de observar ha terminado. Y en este punto vamos a establecer canales comunicantes desde la observación y la investigación hacia el arte multidisciplinario como medio de un discurso humanista con criterio y responsabilidad social.

Cuando las disciplinas se transforman en herramientas, cuando la expresión halla caminos que pueden ser tan cotidianos que no los veíamos o tan experimentales que ni nos imaginábamos. Cuando las etiquetas y los ismos pierden protagonismo y simplemente somos nosotros, creadores, quienes nos expresamos de manera integral, entonces surge la interacción del artista con su entorno, retroalimentándose de él, embelleciéndolo, interviniéndolo, con melodías, colores, formas, metáforas. Es el barro del que surge la vida.

Para la escritora brasileña Clarice Lispector “Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba”.

A mediados de los noventa, cuando ejercía la profesión del periodismo en el diario La Calle, me encontré con una noticia de las que llamábamos cable. Era una de esas tantas sobre incautación de narcóticos en el aeropuerto de Maiquetía, provenientes de las agencias que teníamos en esa época, Venpres, Reuters y Efe.

Pero esa nota era diferente. Se trataba del príncipe de una tribu africana. Es lo primero que llama la atención. Es raro que, apartando el eurocentrismo del comentario, uno escuche eso de las naciones ancestrales que aun pueblan nuestros reducidos ambientes naturales.  Uno se encuentra más con el hijo del cacique, o el hijo del jefe tribal.

El hombre viajaba con un alijo de cocaína en el estómago, hasta que uno de los dediles se le reventó provocándole un delirio progresivo, en un hecho que se convertiría en un caso único para la investigación científica judicial de ese entonces.

Al ser retenido por las autoridades, el hombre pidió vehemente papel y lápiz, consciente de su pronto final. Los policías se lo suministraron.

En este punto es en el que quiero detenerme para entender un poco más la función del escritor. La vieja discusión de lo que es literatura y lo que no es, aunque ambos estén hechos de los mismos elementos, letras, palabras, oraciones, reglas gramaticales o figuras retóricas.

¿Qué mueve a una persona a escribir? Por supuesto, son demasiadas razones como para enumerarlas. Sólo me detengo en una. La vocación de transmitir un mensaje. Por supuesto no necesariamente moralizante. Puede ser por placer estético. Cada punto de vista es válido, la diversidad de propuestas para mí hace más atractiva la oferta, tanto desde los extremos puristas a los intermedios mestizos.

La capacidad de generar sentimientos, afectos e identificación en el público es el resultado de la atemporalidad que sobrevive los embates de las modas impuestas. Andamos siempre en busca del escritor humanista con la suficiente lucidez para comprender su tiempo y capacidad de incidir positivamente en la sociedad.

Puede partir de su época para contar historias milenarias y por eso antiguos textos a veces nos parecen tan cercanos, como el libro del Eclesiastés en la Biblia, donde el predicador se pregunta, “¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?”.

George Orwell no creía “que se puedan captar los motivos de un escritor sin saber antes su desarrollo al principio-“. Decía que “Sus  temas estarán determinados por la época en que vive -por lo menos esto es cierto en tiempos tumultuosos y revolucionarios como el nuestro-, pero antes de empezar a escribir habrá adquirido una actitud emotiva de la que nunca se librará por completo.

Lo que más he querido hacer durante los diez años pasados es convertir los escritos políticos en un arte. Mi punto de partida siempre es de partidismo contra la injusticia. Cuando me siento a escribir un libro no me digo: ‘Voy a hacer un libro de arte’. Escribo porque hay alguna mentira que quiero dejar al descubierto, algún hecho sobre el que deseo llamar la atención. Y mi preocupación inicial es lograr que me oigan”.

El papel fue al encuentro del hombre y guardó en su memoria, frágil y perenne a la vez, sus últimas palabras… Se lamentaba de la pobreza de su aldea, pedía perdón por deshonrar a su familia, por defraudar a su padre el Rey, se reprochaba no haber tenido éxito en volver con el dinero que cambiaría tantas cosas, la eterna esperanza frustrada, la trampa de la utopía, la injusticia social.

A medida que iba avanzando en la carta, también nadaba en sus ríos internos la mortífera sustancia, mientras su letra se volvía más errática, hasta perderse en incoherencias y soltar el lápiz, que es lo mismo que morir.

Capítulo II: Sobre la transformación desde el arte.

“El cuento es astuto. Se filtra en el vino, en las lenguas de las viejas, en las historias de los santos. Se vuelve melodía torpe en la garganta de un caminante que bebe en la taberna y toca la bandurria. Se esconde en los cruces de los caminos, en los cementerios, en la oscuridad de los pajares. El cuento se va, pero deja sus huellas. Y aun las arrastra por el camino, como van ladrando los perros tras los carros, carretera adelante.

El cuento llega y se marcha por la noche, llevándose debajo de las alas la rara zozobra de los niños. A escondidas, pegándose al frío y a las cunetas, va huyendo. A veces pícaro, o inocente, o cruel. O alegre, o triste. Siempre, robando una nostalgia, con su viejo corazón de vagabundo”.

Este texto de la novelista española Ana María Matute ilustra poéticamente el viaje del arte en los senderos de la humanidad. Percibo el escenario teatral como un espacio infinitamente grande donde puedo pasear por sus historias, como si las tablas fueran el cielo, el mar, el bosque, una casa, un palacio… Se diluyen las fronteras entre lo literario y lo escénico, al representar o al leer.

Y por qué se llega al punto de querer que esas palabras cobren vida, tanta vida que hagan llorar, o reír o, más aun, transformar a una persona al identificarse en la evolución de un personaje. Bertold Brecht decía que “el arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma”.

Así que la dramaturgia es un juego, una herramienta y una proyección. El teatro es ese gran y poderoso aparato artístico que le da vida a un discurso.

El Nobel portugués José Saramago decía que “como cualquier otro lector, o escritor, me busco a mí mismo. Busco encontrarme en páginas, en ideas, en reflexiones, reconocer que somos algo más que esto que se presenta como ‘realidad’, ése sigue siendo el mayor deslumbramiento”.

Hace diez años, una niña de Cantaura en el estado Anzoátegui, se sentó emocionada en los asientos dispuestos para el público. Venía de jugar y traía abrazada una pelota. La agrupación valenciana Tknela Teatro presentaba un cuento del escritor colombiano Nicolás Buenaventura Vidal que adapté para muñecos, actores, artes visuales y música en vivo.

La historia fusiona la narración oral de la Costa de Marfil en África con la costa del pacífico en Colombia en una puesta en escena onírica y lúdica. La protagonista es una niña como tantas en el mundo, como quizás nos pasó a alguno de nosotros. Tiene muchas preguntas y sus padres no tienen tiempo para ella. Esas pequeñas tragedias del día a día.

En fin, a medida que se acercaba la obra, nuestra niña espectadora se iba compenetrando más y más con el personaje, y vivía, sufría y reía intensamente cada aventura de Amaranta. Después, los aplausos en medio de la canción final, la despedida, las fotos, las gratitudes, hasta ese momento solemne en que guardamos a los muñecos.

La niña se acercó hacia la actriz – titiritera y le pidió conversar con Amaranta, lo que se dijeron exactamente solo ellas lo saben. La niña acaso sobre su familia, sus alegrías y tristezas. Amaranta callada escuchaba con la sabiduría del arte ancestral de los títeres y las marionetas. La niña del oriente venezolano, consuela a Amaranta por sus pesares y le obsequia el balón. El afecto le abrió el camino a la comunicación, y ésta, a la gratitud.

Para la norteamericana Mary Flannery O’Connor “Un cuento es un acontecimiento dramático que implica a una persona, en tanto comparte con nosotros una condición humana general, y en tanto se halla en una situación muy específica. Un cuento compromete, de un modo dramático, el misterio de la personalidad humana”.

Entonces yo me pregunto. Quién esperaría que fueran los niños los que le den regalos a San Nicolás, o al Niño Jesús. Sólo de un corazón agradecido pueden salir gestos como los de la infancia de Regino Peña al sur de Valencia. El proyecto Ghetto Sur, al igual que el movimiento Vibración Positiva, me invitan cada año a compartir con nuestros niños, los de nuestra ciudad, de nuestro barrio, como Rasta Claus. Y ese día, más de treinta niños que me rodeaban, se me fueron acercando para obsequiarme los  silbatos, que habían recibido junto a los juguetes donados, mientras abrazaban y decían gracias.

A unas dos horas de Canoabo, se llega, en vehículos rústicos, a caseríos olvidados en los Valles Altos carabobeños, donde organizamos el Encuentro Más Allá de los Cuentos. Pocos años antes de su partida terrenal, el genial titiritero Eduardo Di Mauro llevó su Teatro Tempo a uno de esos pueblitos, donde los niños van a una escuelita rural, un día vestidos sólo con franela y al otro quizá solo un short. Un lugar sin electricidad y televisión. El maestro Di Mauro se conmovió ante el llanto de los niños al ver los títeres aparecer y moverse. Un escaso lujo para ellos en pleno siglo XXI.

El uruguayo Felisberto Hernández responde la eterna pregunta de la siguiente manera: “Lo más seguro de todo es que yo no sé cómo hago mis cuentos, porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros que ella les recomienda”.

Pues yo sí creo en el arte como elemento transformador de la sociedad. De hecho los grandes capitales de la industria lo saben y utilizan todo el conocimiento acumulado por tantos pensadores y creadores de la historia para contarnos también buenas historias y, al mismo tiempo, imponer culturas y nuevos hábitos de consumo.

El escritor no debe estar desconectado de su tiempo. La ingenuidad, la improvisación, la elección al azar de las figuras retóricas, de los elementos narrativos y un ego que desdibuje el objetivo fundamental de un texto son factores perturbadores que van aislando al artista y minan sus capacidades creadoras.

El pasado 10 de octubre falleció mi amigo Carlos Herrera, presidente de la Asociación Venezolana de Crítica Teatral y estos días he releído algunas entradas de su blog Bitácora Crítica. A finales de agosto publicó lo siguiente:

“No, creo que el teatro para la niñez deberá comprometer un sentido de transformar con agrado, de moldear con apego a principios morales y éticos como de ser medio para crear un real encuentro de esa persona que, lentamente empieza a integrarse como miembro de una sociedad.

El que sea o no entretenido, que le permita pasarla bien por espacio de una hora o algo más, que las formas expuestas sean digeribles o aprehensibles no excluye ese vital compromiso de formarlo como un ciudadano consciente, de un ser social capaz de discernir auténticos valores más aun en lo que entendemos como este tiempo y esta forma de ser latinoamericana”.

Capítulo III: Sobre la conexión en el arte.

Escenificar los versos, transformarlos en canciones, en danza, en poesía visual. Es la perfopoesía que la agrupación valenciana El Taller de Calíope ha desarrollado en los últimos años, con festivales y los recitales multidisciplinarios con una base dramatúrgica.

El énfasis en autores locales como José Rafael Pocaterra, Vicente Gerbasi, José Joaquín Burgos, Victor Racamonde, Abigail Lozano e incluso las frases encendidas de Simón Bolívar y Manuela Saenz se han convertido en diálogos poéticos y canciones que superar la barrera del tiempo y la indiferencia y revitalizan el legado literario para las generaciones del presente y del futuro. Como decía Joan Miró, “Para ser universal hay que ser profundamente local”.

Así que ya no son solo el cine y el teatro los capaces de interactuar con otras artes. Para nosotros la poesía, la literatura es materia prima del producto final o es hilo conductor de un discurso escénico lleno de significantes y significados.

En una ciudad desconectada y desarraigada, le hemos dado vitalidad a la Casa José Rafael Pocaterra, hace poco levantaba de esa ruina que va borrando para siempre la arquitectura del centro de Valencia proceso al que asistimos como testigos pasivos o dolientes sin funeral.

Por eso hemos ido a la tumba del escritor en el Cementerio Municipal, a hablar de historia, a conversar, a orar, a cantar, como si visitáramos la última morada de un amigo para recordarlo, porque un escritor como Pocaterra necesita urgentemente ser redescubierto, para denunciar la larga sombra de la decadencia que se extiende hasta nuestros días en nuestro país.

Y cómo máxima expresión del carácter social del arte literario enriquecido por la interacción, propongo hacer entre todos un gran cadáver exquisito, un caligrama en estética de mandala, un ejercicio colectivo para renunciar a tanto ego improductivo que nos aleja de la lucidez necesaria para entender esta vida y recrearla a través del arte. La imaginación de nuevos universos, la construcción del mundo posible.

Volviendo a la adolescencia, guardo un recuerdo inolvidable, en los días en que estudiaba en la Escuela de Música Sebastián Echeverría Lozano, dirigida en ese  entonces por Cristóbal Gornés. Estaba en el pasillo sentado cerca de la mamá de algún compañero y comencé a cantar a capella una vieja canción.

Yo penoso como siempre, comenzaba a tener un poco de seguridad para cantar frente a otra persona, y de repente noté que unas lágrimas van bajando desde los ojos por las mejillas hacia pensamientos distantes. Empecé a entender que tenía una misión en la vida. Al año siguiente, siendo aun estudiante, el profesor Gornés me pidió que me encargara de la clase de teoría y solfeo de los sábados.

Ahí supe que iba por buen camino, el mismo que me trajo a trabajar por la cultura de mi ciudad y hoy me trae aquí ante ustedes para incorporarme a la Academia de la Lengua, no de una manera decorativa, sino para seguir construyendo esa sociedad posible, no la de la esperanza y la utopía, sino una muy real que se edifica a diario desde el pensamiento, las artes, las letras y la acción.

Conclusión: Volver al inicio.

Desde tiempos ancestrales, a la luz de la antorcha, frente al mar o en la cueva, el ser humano interactúa con la realidad en sus múltiples expresiones. Los hermanos mayores cuentan a los otros niños sobre su valentía en una escena épica de cacería con diálogos y expresión corporal, mejor dicho teatro. En una pared lateral, otro joven dibuja con vivos colores la escena con maestría y referencias astrales y de dioses olvidados. Las mujeres practican la danza de la cosecha o de la lluvia, o de la muerte, con las niñas. El anciano conversa con los adultos sobre la cacería del día siguiente y les narra historias antiguas de dioses y bestias parlantes. Cerca de la entrada de la cueva otros jóvenes tocan un tambor, una flauta y unas maracas. Nada más humano que eso.

“Muchos escritores, especialmente los poetas, prefieren dejar creer a la gente que escriben gracias a una especie de sutil frenesí o de intuición extática; experimentarían verdaderos escalofríos si tuvieran que permitir al público echar una ojeada tras el telón, para contemplar los trabajosos y vacilantes embriones de pensamientos”. Edgar Alan Poe.

Denis Miraldo



FIN

Teatro Municipal de Valencia
04/11/2016

Hablando de...Diplomacia 2.0 y los 15 líderes más influyentes en Twitter.

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Las redes sociales se han convertido en una herramienta poderosa para líderes y gobiernos de todo el mundo, ya que el público acude a estas fuentes para conocer las últimas noticias, convirtiéndose, incluso, en un barómetro diplomático. 

Twitter ha sido un canal de comunicación preferido por los líderes mundiales y los gobiernos en los últimos cinco años, con 793 cuentas en 173 países, de acuerdo a Twiplomacy, mientras que Facebook es la segunda red más usada con 169 gobiernos con páginas oficiales.

El estudio anual que realiza la consultora internacional de Comunicación, Relaciones Públicas y Public Affairs, Burson-Marsteller, sobre el uso que hacen los líderes mundiales de los medios digitales, señaló que el presidente estadounidense, Barack Obama es el gobernante indiscutido en la red social del pájaro azul, con sus más de 8 millones de seguidores y un promedio de 12 mil 350 retweets por cada tweet.

Este es el Top Ten del ranking de los 15 líderes mundiales más influyentes de 2016 en Twitter:

1. Barack Obama con la cuenta @POTUS, oficial de la Casa Blanca, que a partir de enero quedará en manos de Donald Trump.

2. Rey Salman de Arabia Saudita

3. Donald Trump (presidente electo de Estados Unidos)

4. Papa Francisco

5. Adel al Jubeir (ministro de Exteriores de Arabia Saudita)

6. Nicolás Maduro (presidente de Venezuela)

7. Narendra Modi (primer ministro de India)

8. Barack Obama con su cuenta personal @BarackObama

9. Recep Tayyip Erdogan (presidente de Turquía)

10. Joko Widodo (presidente de Indonesia)

11. Mauricio Macri (presidente de Argentina)

12. Juan Orlando Hernández (presidente de Honduras)

13. T.C. Başbakanlık (primer ministro de Turquía)

14. Michelle Bachelet (presidente de Chile)

15. T.C.Cumhurbaşkanlığı (cuenta presidencial de Turquía)




José Rafael Otazo M; PhD.
--------------------- 
Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

En los 205 años de la Resp:. Log:. Perfecta Armonia Nº 02 Or:. de Cumaná estado Sucre.

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Por bondad del Q.´. H.´. José Miguel Salas Mejías, quien fuese el Orador de Orden para tan importante ocación; A continuación queremos ofrecer una especial salutación a la Resp:. Log:. Perfecta Armonia Nº 02 Or:. de Cumaná estado Sucre en el mes aniversario de su fundación, así mismo dejamos para el disfrute de los que a la presente vieren las misivas a la misma, las cuales poseen los magníficos antecedentes históricos de este ejemplar taller:


Gr:. Log:. República Bolivariana de Venezuela, Cons:. 1956 Est:. Gen:. 1957.

Gr:. Or:. Cárcel a Monzón, Caracas 09 de noviembre de 2016 E:. V:.

Con motivo de conmemorarse, los 205 años de la Resp:. Log:. Perfecta Armonia Nº 02 Or:. de Cumaná estado Sucre, dicho Tall:.  fundado, el día 05 de noviembre de 1811, con Carta Patente de la Gr:. Log:. de Maryland de Estados Unidos de Norteamérica, con el Nº 74.

Dicho Tall:. Jugó un papel muy importante en el proceso de independencia desde 1811 hasta 1824, con la fundación de la Gr:. Log:. de la República de Colombia, La Grande; el 24 de junio de 1824 E:. V:. donde dicho Tall:.  formo parte de las 18 Log:.  fundadora para ese entonces.

Es por ello que felicitamos, ha todos los QQ:. HH:.  que conforma dicha Resp:. Log:. Bicentenaria  Perfecta Armonia Nº 02  Or:.  de Cumaná capital del estado Sucre, cuna de nuestro Abél de América, Gran Mariscal de Ayacucho Q:. H:. Francisco Antonio José de Sucre y Alcalá.

Un T:. A:. F:. a los que conforman, dicho Cuadro Logial de tan prestigioso Tall:. y que sigan trabajando bajo el Compás y la Escuadra

I:. P:. H:. Mario Múnera Muñoz.
Muy Resp:. Gr:. Maes:.

I:. P:. H:. Carlos Vidal Rodríguez.   
Gr:. Sec:.

I:. P:. H:. Carlos López Kramer.
Gr:. Or:. Fisc:.



Salutación de la Respetable Logia Simbólica General en Jefe I:. y P:. H:. “Juan Uslar” Nº 5
Oriente de San Félix– Edo. Bolívar




     

A:. L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.

S:. F:. U:.    L:. I:. F:.

R:. E:. A:. A:.


Francmasonería Universal – Familia Venezolana
Gran Logia Masones Unidos de Venezuela
Respetable Logia Simbólica General en Jefe I:. y P:. H:. “Juan Uslar” Nº 5
Oriente de San Félix– Edo. Bolívar


El día 4, del mes de Jeshvan, del año 5.777 V:. L:..

               A TODOS LOS FRANCMASONES DEL ORBE, QUE LA PRESENTE VIEREN, LEYEREN Y OYEREN:
           
Hoy los Obreros de Paz de la Resp:. Log:. Simb:. General en Jefe I:. y P:. H:. “Juan Uslar” Nº 5 se unen al regocijo que embarga a los QQ:. HH:. que son miembros de la bicentenaria Resp:. Log:. Simb:. “Perfecta Armonía” Nº 2 al Or:. de Cumana y en jurisdicción de la Muy Resp:. Gran Logia de la República Bolivariana de Venezuela (Constitución 1.956 E:. V:.), cuando la luz radiante del conocimiento eterno y radiante ha sido llevado a sus iniciados y miembros desde hace 205 años de continuo trabajos por el bien general de la Orden y el progreso de la Humanidad.

¿Por qué felicitamos a quienes dirigen a tan loable Taller en pro de la Gran Obra del G:. A:. D:.U:.

Las felicitaciones tienen que ser con brillo y esplendor, y más ahora cuando andamos en pro de la Reunificación Nacional de la Orden en su conjunto y del Renacimiento de nuestra Hermandad en todos los rincones de nuestra amplia geografía nacional. Los orígenes de tan prestigiosa Logia, sabemos que se remontan al 5 de Noviembre de 1.811 E:. V:., con el aval de haber tenido como Venerable Maestro fundador, nada más y nada menos que al Q:. H:. Coronel Vicente de Sucre y Urbaneja, padre del Q:. H:. Antonio José de Sucre y Alcalá, Gran Mariscal de Ayacucho y “Abel de Colombia”, hijo de la Resp:. Log:. Simb:. “Protectora de Las Virtudes” Nº 1 al Or:. de Barcelona.

La secuencia histórica nos conlleva a la misma iniciación del Q:. H:. Dr. José María Vargas Ponce (Grado 18º) en esa ancestral Logia ubicada en La Primogénita de América, cuando ejercía la medicina en los tiempos de la guerra de la independencia. Las investigaciones también arrojaron que el Oficial del Ejército Realista español Q:. H:. Coronel José Caturla trató de levantar sus Columnas en 1.821 E:. V:., una vez acaecida la gloriosa Batalla de Carabobo en ese mismo año, quien fue miembro de la Resp:. Log:. Simb:. “Colón” y del Capitulo Rosa+Cruz de igual nombre en el Or:. de Caracas, y que luego dio paso a la Resp:. Log:. Simb:. “La Unión” Nº 5.

El fragor del combate unificó a innumerables QQ:. HH:. en una guerra que se dio en contra de España con mucha fuerza y vigor a partir de 1.815 E:. V:., cuando el Q:. H:. Mariscal de Campo Pablo Morillo unió sus esfuerzos con el Q:. H:. Mariscal de Campo Miguel de La Torre y Pando con el Q:. H:. General Antonio José de Sucre para realizar El Tratado del Armisticio y de la Regularización de la Guerra con el I:. y P:. H:. General en Jefe Simón Bolívar y Palacios en el Or:. de Trujillo en 1.820 E:. V:..

QQ:. HH:. conserven invictos esos laureles del pasado y refléjenlos en las nuevas generaciones de francmasones para que inscriban también sus nombres con letras doradas en los umbrales de los tiempos y las edades, ya que así nos los reclama la patria en los actuales momentos y por eso desde nuestro Taller que lleva el nombre epónimo del I:. y P:. H:. General en Jefe Juan Uslar, los alentamos con el corazón abierto para dar la gran pelea por construir nuevamente la unidad de la orden en todos sus niveles y diferentes cuerpos masónicos que hacen vida en nuestra amada tierra venezolana, ahora herida en el corazón nuevamente, como lo manifestara en el pasado nuestro I:. y P:. H:. Generalísimo Francisco de Miranda y Rodríguez en 1.812 E:. V:..

Desde la Guayana milenaria, tierra en donde reposan los sagrados y venerados restos mortales del cumanés y brillante Q:. H:. Pedro Cova, en donde hizo vida francmasónica e histórica el Q:. Bartolomé Tavera Acosta y en donde desfilaron cientos de orientales con el Q:. H:. General en Jefe Manuel Carlos Piar y Gómez en la Campaña de Guayana en 1.817 E:. V:., desde esta tierras en el vértice de los ríos Orinoco y Caroní, le deseamos larga vida a tan ilustre Taller y a sus connotados miembros, unos visibles y otros invisibles, unos presentes y otros ausentes, pero al fin todos QQ:. HH:..


¡LARGA VIDA A LA LOGIA “PERFECTA ARMONÍA” Nº 2!
¡GLORIA ETERNA A SUS FUNDADORES!
¡BENDICIONES A SU VENERABLE MAESTRO Q:. H:. JOSÉ MIGUEL SALAS MEJÍAS.
Y DEMÁS MIEMBROS DEL TALLER!


En espera de que tengan una hermosa Tenida Blanca en tan solemne día, nos despedimos de ustedes con la información de que tributaremos en nuestra próxima Tenida Ordinaria una Batería de Júbilo por tan grata festividad de la francmasonería cumanesa en los Obreros de Paz de la Resp:. Log:. Simb:. “Perfecta Armonía” Nº 2. Y sin más a que hacer referencia, nos reiteramos de ustedes a sus gratas órdenes, con los Ssign:., Ppal:. y Ttoc:., que nos son conocidos.



Fraternalmente,


Q:. H:. Rafael Liliner Gómez, P:. M:. Gº 33.
Venerable Maestro.


Refrendado: Q:. H:. León Manuel Morales, P:. M:. Gº 33º.
Orador Fiscal.


Pensamiento: “… El arte de vencer se aprende en las derrotas…”.
I:. y P:. H:. General en Jefe Simón Bolívar y Palacios.




CUADRO LOGIAL DE LA RESP:. LOG:. PERFECTA ARMONIA Nº 74, CON CARTA PATENTE. DE LA GR:. LOG:. MARYLAND ESTADOS UNIDOS, DE FECHA: 05 DE NOVIEMBRE DE 1811 E:. V:. 



1) VEN:. MAES:. VICENTE DE SUCRE Y URBANEJA.

2) PRI:. VIG:. JOSÉ DEL CARMEN BETANCOURT.

3) SEG:. VIG:. FRANCISCO CARABAÑO.

4) SECR:. JOSÉ MARIA OTERO GUERRA.

5) OR:. FISC:. DIEGO DE VALLENILLA.

6) MAES:. CER:. JUAN BERMÚDEZ.

7) HOSP:. FRANCISCO JAVIER DE MAÍZ.

8) TESO:. DIEGO ALCALÁ NAVAS.

9) MAES:. CER:. JUAN FRANCISCO BIDEAU.



LUEGO EN 1812 CAE EN SUEÑO DICHO, TALL:., PRODUCTO DE LA CAPÍTULACIÓN DEL GENERALÍSIMO Y Q:. H:. FRANCISCO DE MIRANDA, PARA LUEGO EN 1822, LEVANTA COL:. Y LUEGO, EL 24 DE JUNIO DE 1824, FORMA PARTE LA RESP:. LOG:. PERFECTA ARMONIA Nº 74 DE LA FUNDACIÓN DE LA GR:. LOG:. DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA O COLOMBIA LA GRANDE, FUNDADA EN CARACAS, ESA MISMA FECHA POR EL I:. P:. H:. GR:. 33 DIEGO BAUTISTA URBANEJA QUIEN FUE EL PRIMER GR:. MAES:. FUNDADOR, LUEGO CAE EN SUEÑO POR CASI 200 AÑOS, Y EN EL AÑO 2009 E:. V:. LEVANTA COL:. EL DÍA O5 DE NOVIEMBRE DE ESE MISMO AÑO, DÍA DE SU FECHA DE FUNDACIÓN, REGULARIZAADA POR LA GR:. LOG:. DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, CONS:. 1956 EST:. GEN:. 1957, LA RESP:. LOG:. PERFECTA ARMONIA Nº 02 OR:. DE CUMANÁ. 


CUADRO LOGIAL DE LA RESP:. LOG:. PERFECTA ARMONIA Nº 02 OR:. DE CUMANÁ, PERÍODO: 2016- 2017 E:. V:. 


1) VEN:. MAES:. JOSÉ MIGUEL SALAS MEJÍAS GR:. 03.

2) EX VEN:. MAES:. ARGENIS CASTILLO. GR:. 04.

3) PRI:. VIG:. CARLOS ROBERTO POMBROL. GR:. 03.

4) SEG:. VIG:. VÍCTOR TOMÁS DELGADO. GR:. 30.

5) SECR:. WILLIAM PENS GR:. 18.

6) OR:. FISC:. JOSÉ GREGRORIO CAÑAS. GR:. 03.

7) TESO:. PEDRO ZERPA. GR:. 03.

8) 1ER MAES:. CER:. PEDRO LUCAS CARREÑO. GR:. 32.

9) 2DO MAES:. CER:. PERDO LUNAR GR:. 03.

10) 1ER DIÁC:. ESTASNISLAO SEGURA GR:. 25º

11) 2DO DIÁC:. JUAN PABLO PATIÑO GR:. 18.

12) 1ER EXP:. HERNÁN MUÑOZ. GR:. 31.

13) 2DO EXPE:. DIEGO SERRANO. GR:. 03.

14) HOSP:. ULISES LORETO. GR:. 03.

15) GUAR:. TEMP:. INT:. KELVIS OCAMPOS GR:. 03.

16) BIBLI:. ROMMEL CONTRERAS. GR:. 31.


CELTA .´.

Talento Masónico...La masonería en la literatura. Una panorámica general.

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Los poetas contemporáneos (1846), del pintor Antonio María Esquivel


La masonería en la literatura. Una panorámica general 


José Antonio Ferrer Benimeli*



Resumen 

Este ensayo esboza una panorámica general e internacional del binomio Literatura-masonería, estudiado por países y con un cierto orden cronológico. En él se abordan aquellos literatos más conocidos que al mismo tiempo fueron masones aunque no reflejen directamente su compromiso con la masonería en sus escritos literarios. Los que sí manifiestan en sus obras el dualismo masónico-literario. Autores no masones que aluden a la masonería en sus obras y que incluso la elevan a categoría de protagonista. Y estudios críticos sobre dichos autores y sus obras. 

Palabras clave: Masonería, literatura, poesía, novela, dramas, cómics, bibliografía

Abstract 

This papers sketches a general and international survey of the literature-freemasonry pairing in accordance to countries and within a certain chronological order. We address: writers who were renowned for being Freemasons although their commitments to freemasonry weren't directly reflected in their writings; those who did show their freemasonry-literary dualism; and non- masonic authors who refer to Freemasonry in their work and even made it a main feature of their work. We have also covered reviews on these authors and theirs works. 

Keywords: Freemasonry, literature, poetry, novels, dramas, comics, bibliography

Hasta hace pocos años hablar de masonería y de literatura suponía en gran medida referirse al siglo XVIII que fue un período en el que, especialmente el teatro y la poesía, los dramas, comedias y óperas masónicas conocieron un notable desarrollo como fórmula de ataque y defensa de la masonería o simplemente como subterfugio para dar a conocer supuestos o reales misterios y secretos. Basta recordar la amplia bibliografía masónica en los años previos a la revolución francesa para constatar un hecho de por sí evidente tanto en Francia como en Italia, Alemania, Inglaterra, Austria, etc. 


En el Congreso que el profesor Aldo A. Mola organizó, en 1986, en Pugnochiuso, en torno a Massoneria e Letteratura attraverso poeti e scrittori italiani (Foggia 1987) quedó patente la importancia del siglo XVIII en tres de las intervenciones, la de Eros Maria Luzzitelli sobre Ippolito Pindemonte y Giorgi Bertola, la de Giovanni Tesio sobre Luigi Pietracqua e il romanzo massonico del'ottocento, y la de Grazia Magnoni Bravetti acerca del abate masón Antonio Jerocades y su Lira Focense. 


Eros Maria Luzzitelli publicaba el mismo año y con el mismo título Ippolito Pindemonte e 'La Fratellanza' con Aurelio de 'Giorgi Bertola tra Scipione Maffei e Michele Enrico Sagramoso. Una nuova questione sulle origini della Massoneria in Italia (Verona, 1987), una obra nacida precisamente a raíz del Congreso citado de Pugnochiuso sobre Massoneria e Letteratura. Bertola, por su parte, había también interesado a Francesca Fedi en Le paysage, image maqonnique du monde moral chez Bertola (Pisa) y a Antonio Piromalli, Aurelio de'Giorgi Bertola una presenza massonica nella letteratura italiana del Settecento (Foggia, 1985). El poeta y sacerdote olivetano Giorgio Bertola (1753-1798) era miembro de la logia napolitana La Vittoria, en 1772. 

Respecto a Jerocades -cuya Lira Focense fue reeditada por A. Piromalli y G. S. Bravetti (Foggia, 1986)- Grazia Magnoni Bravetti ya se había ocupado de él en La 'Lira' massonica di Antonio de Jerocades en el congreso 250 Anni di Massoneria in Italia. Firenze 1732-1983 organizado por Michele Moramarco (Foggia, 1985). Sobre Jerocades recoge Enrico Simoni en su Bibliografia della Massoneria in Italia (Foggia, 1992) no menos de treinta referencias. Por su parte Francesco Tigani Sava la completa con Antonio Jerocades: contributo bibliografico(Salerno, 1981). Interesante la obra de Pantaleo Minervini, La lingua dell'Abate massone Antonio Jerocades nei suoi scritti editi ed inediti (Napoli, 1978) y sobre todo la obra conjunta presentada por L. M. Lombardi Satriani, Antonio Jerocades nella cultura del Settecento (Reggio Calabria, 1998) que recoge las actas del Congreso celebrado en Parghelia con reveladores trabajos en lo que respecta directamente a la masonería, como el de Aldo A. Mola, L'influenza della Massoneria su Jerocades e di Jerocades sulla Massoneria y de Francesco Tigani Sava, Tra ideali massonici e turbamenti giacobini: il Terremoto del Capo dell'abate Antonio Jerocades. Más reciente es la edición de Domenico Scafoglio, Antonio Jerocades. Saggio dell'umano sapere (Vibo Valentia, 2000) en el que se analiza la actitud docente de Jerocades y su forma de pensar y expresarse. 

Es cierto que la masonería italiana del siglo XVIII contó con literatos tan significativos e importantes -además de los ya citados- como el protomártir de la masonería italiana, el poeta Tommaso Crudeli del que me ocupé en Masonería, Iglesia e Ilustración. Un conflicto ideológico, político y religioso (Madrid, 1976) y más recientemente en Les Archives Secretes du Vatican et la Franc-Maqonnerie (París, 2002) y que ha sido objeto de estudio recientemente por parte de Maria Augusta Morelli Timpanaro en Per Tommaso Crudeli nel 255° anniversario della morte, 1745-2000 (Firenze, 2000) y en la reedición en facsímil de su Racolta di poesie, a cargo de Aldo Chiarle. 

Habría que hablar igualmente del poeta Vittorio Alfieri (1749-1803) y de Carlo Goldoni (1707-1793) -del que se conservan ediciones de Le donne curiose, al menos desde 1753- y que ha sido estudiado por Massimo Maggiore en Carlo Goldoni. Freemason and his Comedy: Le Donne Curiose (Londres, 1995) y más recientemente por Marco Innamorati que incide en el mismo tema en Le 'Donne curiose' di Carlo Goldoni. Metafora di una logia di Liberi Muratori (Roma, 2000). 

Pero dejando el siglo XVIII, suficientemente conocido, quisiera fijarme en otros autores posteriores en la doble faceta literario-masónica, si bien es cierto que su "vinculación" con la masonería en unos casos es directa y en otros simplemente atribuida. Así el premio Nobel Giosué Carducci (1836-1917) mereció un profundo estudio del profesor Aldo A. Mola en Carducci e i carducciani in Massoneria e per la Massoneria (Foggia, 1987) en el ya citado Congreso sobre Massoneria e Letteratura del año 1986 y en el más reciente dedicado monográficamente a Carducci con el título de Giousue Carducci. L'Uomo, il Poeta, il Massone (Roma, 2001). También Augusto Comba se interesó por él en Fabretti e Vecchi, Lemmi e Carducci. Due sodalizi massonici nella storia della cultura italiana (Roma, 1992). Mucho antes había llamado igualmente la atención, entre otros, de Ugo Lenzi, Carducci massone (Roma, 1948, Foggia, 1986), Humberto Cipollone, Giosue Carducci massone (Roma, 1957), Carlo Manelli, Sulla iniziazione di G. Carducci (Roma, 1957), T. Barbieri, Uno scritto massonico di Giosue Carducci (Bologna, 1958) y más recientemente Wollfgang Brachvogel, Giosue Carducci. Tratto da 'Bundesblatt' mensile della Gran Loggia Madre Nazionale 'Dei Tre Globi', Berlino, n° 6/7 giugno-luglio 1985 (Roma, 1985) y M. Cristina Pipino, Un'amizizia massonica. Carteggio Lemmi-Carducci (Foggia, 1991-Roma, 2001). Especial atención merece en este sentido el Congreso nacional celebrado el sábado 31 de marzo de 2001 -ya citado- y que fue dedicado precisamente a analizar la figura de Carducci en cuanto hombre, poeta y masón y cuyas actas contienen interesantes intervenciones de Franco Franchi, Luigi Prunetti, Antonio Piromalli, Alessandro Sbardellati, Luciano Bezzini, Valerio Perna y Mario Fisicaro, aparte de las ya señaladas de Aldo A. Mola y M. Cristina Pipino. 

Vincenzo Monti (1754-1828), literato y poeta neoclásico, conocido sobre todo por su "bella infiel" traducción de la Ilíada, en 1805 era ya miembro del Grande Oriente de Italia, y lo encontramos en logias de Milán. Para una de ellas, la logia Eugenio, escribió la cantata masónica 'L'Asilo della Veritá. 

Por su parte el poeta Giovanni Pascoli (1855-1912) mereció en 1962 un especial recuerdo de Michelangelo Raitano con la reproducción, entre otros documentos, del Acta de la sesión en la que fue iniciado Pascoli, así como de su testamento masónico fechado el 22 de octubre de 1882, en Memoria di Giovanni Pascoli. Conferenza tenuta a S. Mauro Pascoli nel 1962 (Cittá di Castello, 1962) con prefacio del Gran Maestro Giordano Gamberini. Posteriormente se ocupan del mismo autor Carlo Gentile, Saggi massonici di poesia: Giovanni Pascoli (Livorno, 1976), Antonio Piromalli, Giovanni Pascoli e la massoneria (Foggia, 1987) y Giovanni Pagliaro, Alla ricerca del Pascoli perduto (Roma, 1999). 

Del también poeta y premio Nobel Salvatore Quasimodo (1901-1968) hay que destacar el trabajo de Gianni Rabbia, Ecchi iniziatici nella poesia di Salvatore Quasimodo publicado sucesivamente en Foggia (1987) y en Torino (1988) y los posteriores de Aldo A. Mola, Il fratello Quasimodo un 'Premio Nobel' di cui andare orgogliosi(Torino, 1998) y de Danilo Candelero, Salvatore Quasimodo massone. Nel trentennale della sua morte (Roma, 1999). 

Además de los casos citados, Carducci, Pascoli y Quasimodo, abordados en el aludido Congreso sobre Massoneria e Letteratura del año 1986, hay que citar otros autores igualmente estudiados en esa ocasión como Giovanni Faldella (1846-1928), Giovanni Bovio (1841¬1903), Guido Gozzano (1833-1916) y Alberto Salustri, conocido como Trilussa, fallecido en 1950. De ellos se ocuparon Terenzio Sarasso en el caso de Giovanni Faldella, rapsode delle glorie massoniche rissorgimentali; Rosario F. Esposito que lo hizo en Cristianesimo e massonismo nel teatro di Giovanni Bovio [ya antes había escrito un interesante trabajo sobre Giovanni Bovio tra l'Apostolo Paolo e S. Tomasso d'Aquino. Contributo alla storia della Chiesa e della Massoneria nel secolo XIX(Livorno, 1975)]; Giusi Baldissone estudia a Guido Gozzano: l'iniziazione mancata y Antonello Zucco a Trilussa e la Massoneria que presenta la particularidad de que aunque no fue masón o "un massone che non venne mai iniziato nell'Ordine", sin embargo mantuvo entrechas relaciones con la masonería cuyo influjo se nota en Alberto Salustri [Trilussa] y sus sonetos. Lo mismo podríamos decir de otros dos autores de los que no consta su pertenencia a la masonería pero que en sus obras encontramos la presencia del hecho masónico, a saber: Cesare Pascarella en Storia nostra y Luigi Pirandello (1867-1936) en I fortunati, una de Le novelle per un anno. 

Sin embargo Francesco De Sanctis (1817-1883), literato y político, sí que fue masón y participó en la Constituyente masónica de Florencia en 1869, donde poco después alcanzó el grado 18 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Es autor de una conocida historia de la literatura italiana y recordado como uno de los máximos críticos literarios. 

Otros autores italianos, como Benedetto Croce (1866-1952) y Gabriel d'Annunzio (1863-1938) en su relación con la masonería han merecido la atención en el primer caso de Pirro Vicenzo, Benedetto Croce e la Massoneria(Roma, 1983), y en el segundo de Renzo de Felice, Una lettera di d'Annunzio al Grande Oriente da Fiume(Fiume, 1965), Carlos de Gentile, en tres de sus trabajos, Gabriele d'Annunzio iniziato (Napoli, 1978 y 1980), D'Annunzio e la massoneria (Roma, 1978) y L'altro d'Annunzio (Foggia, 1982), Santina Quagliani, Gabriele d'Annunzio. La pulsione verso il trascendente della Massoneria (Roma, 1995) y Aldo A. Mola, L'ultima impresa del Risorgimento: la Massoneria per d'Annunzio a Fiume (Foggia, 1990). 

De Emilio Salgari e la Massoneria trata Donatello Viglongo (Torino, 1999) y de Manlio Cecovini, scrittore e uomo politico lo hizo el propio Oriente de Torino en 1985. Y así podríamos seguir con tantos otros representantes de la literatura masónica italiana como Carlo Lorenzini, más conocido como Collodi (1826-1890) analizado por Claudio Nobbio, Pinocchio. Quando il personaggio letterario cela una natura iniziatica (Roma, 2002); el escritor y crítico Luigi Capuana (1839-1915); el novelista y periodista Edmondo de Amicis (1846-1908) cuya novela De los Apeninos a los Andes. Corazón, ha sido y sigue siendo lectura obligada de tantos jóvenes y adolescentes. Daniele Sassi en Ricordando Edmondo de Amicis (Roma, 1958) nos acerca a la figura del novelista y a su relación con Giovanni Bovio. La lista podría prolongarse con el literato Francesco Salfi (1759-1832) y los poetas, a caballo entre el siglo XVIII y el XIX, Giovanni Meli (1740-1815), Vincenzo Monti (1754-1828) del que fueron publicadas sus Ode del Fratello Vincenzo Monti (Roma, 1976), entre las que destaca la cantata masónica "L'Asilo della Veritá", Cesare Arici (1762-1836) y Vincenzo Lancetti (1767-1851). El literato Gabriele Rossetti (1783-1854), el escritor y hombre político Francesco Domenico Guerrazzi (1805-1873), el poeta Giovanni Prati (1814-1884), el patriota y literato Francesco de Sanctis (1817-1883), los escritores Giuseppe Montanelli (1813-1862), Giuseppe Cesare Abba (1838-1910), el dramaturgo Pietro Cossa [alias Ulisse Bacci] (1830¬1881), el poeta y músico Arrigo Boito (1842-1918), el poeta, filósofo y psicólogo Alberto Castellaci (1864-1932), el literato Federico Garlanda (1813-1913) fundador de la revista "Minerva" en la que colaboró Einaudi; los poetas dialectales, el milanés Carlos Porta, Ludovico Giardini (1866-1946) autor de E'caplan d'la Camarlona, y el siciliano Vito Mercante (1873-1936), todos ellos citados por Giordano Garberini en sus Biografie massoniche(Roma, 1972-1979), el periodista, poeta y literato Francesco Gaeta (1879-1927) estudiado por Christina Tesone en su tesis doctoral L'attivitá giornalistica di Francesco Gaeta, poeta e letterato (Pisa, 1995) y por supuesto el poliédrico Hugo Pratt (1927-1955) -nómada, soldado, dibujante, escritor, aventurero y masón- uno de los que más han contribuido a que el cómic se haya convertido en una expresión artística de primera fila elevando su Corto Maltés a mito contemporáneo e icono de la cultura popular europea. Corto Maltés nació a bordo de la revista francesa Pif Gadget, traducida y publicada en quince idiomas. Posteriormente serían novelas como Corto Maltés en Siberia, su primera obra, llevada al cine por el francés Pascal Morelli con el título de Corto Maltese. "La cour secrete des arcanes", u otras igualmente conocidas como Corto Maltese. Favola di Venezia (sirat al bunduciyyah) (Milano, 1997-2002) en la que encontramos sus antecedentes masónicos y esotéricos. A finales de noviembre de 2002 mereció un congreso nacional, celebrado en Viareggio, bajo el título de Il derviscio, lo sciamano il massone. Gli incontri iniziatici di Corto Maltese con intervenciones de Antonio Piromalli, Alberto Gedda, José A. Ferrer Benimeli, Giovanni Rabbia, Aldo A. Mola, Luigi Pruneti, Luigi Danesin y Claudio Nobbio (Roma, 2004). 

Finalmente hay que recordar igualmente al poeta y controvertido masón Licio Gelli, del que Ferrucio Monterosso publicó recientemente un Saggio sulla poesia di Licio Gelli (Bari, 2000) con el título de Nelle zolle delle vita umana, l'eterno enigma.

Lógicamente la relación establecida en Italia entre masonería y literatura podría prolongarse con las alusiones masónicas de figuras tan representativas como Italo Calvino (1923-1985) en su trilogía El vizconde demediado, El Barón rampante y El caballero inexistente, escrita en la década 1950-1960 y tantas veces editada y traducida, pero tratándose de una panorámica general lo anterior es una muestra evidente y sintomática de la estrecha vinculación que la masonería italiana, o si se prefiere, los masones italianos, han tenido con la literatura en los diferentes campos que van de la poesía al teatro pasando por la novela, el cómic y la literatura política. Vinculaciones de las que no ha escapado ni siquiera la figura más representativa de las letras italianas Dante Alighieri (1265-1321) con múltiples trabajos que estudian, sobre todo, el fenómeno iniciático, y de los que entresacamos, a título de ejemplo, los siguientes: Lamberto Bunel, Il pensiero massonico di Dante (Riti e Simboli massonici nella Divina Commedia (Roma, 1922), Tommaso Giuffreda, Simboli, segni e riti massonici nella Divina Commedia. Colloqui con Dante (Milano, 1953), William Anceschi, Nuove indicazioni su alcune questioni concernenti Dante come iniziato (Roma, 1956), Guido Francocci, La Poesia iniziatica di Dante (Roma, 1947) y Antonio Coen, Motivi iniziatici nella 'Vita Nova' di Dante (Roma, 1957), conferencia impartida en Roma en la Gran Logia en octubre de 1954 por el entonces Gran Maestre de la Gran Logia de Francia. 

Si de Italia pasamos a Inglaterra, Escocia, Irlanda y Estados Unidos también nos vamos a encontrar con una rica representación masónico-literaria ya desde el siglo XVIII, siendo una de las más características la de William Rufus Chetwood, The Generous Free-Masons; or the Constant Lady, whith the Humours of Squire Noodle, and his Man Doodle. A Tragicomi-farsical Ballad Opera (Londres, 1731) [378] opera en tres actos con música por el autor de la Lover's Opera London. De la importancia del teatro masónico en el siglo XVIII y de la presencia de actores masones trata el interesante, sugestivo y revelador trabajo de J.W. Reddyhoff, The York Company of Comedians and the Craft (Londres, 1988), así como el de Harry W. Pedicord, White Gloves at fve: Fraternal Patronage of London Theatres in the eighteenth Century (Londres, 1980) y Masonic Theatre Pieces in London 1730-1780 (Londres, 1984). 

En el terreno de la poesía hay que destacar a Alexander Pope (1688-1744) estudiado por W.J. Williams, Alesander Pope and Freemasonry (Londres, 1925); el dramaturgo irlandés Richard Brinsley Sheridan (1751-1816) y el escritor -igualmente irlandés- Jonathan Swift (1667-1745), el autor de Los Viajes de Gulliver, mordiente sátira de la sociedad inglesa; el poeta nacional de Escocia Robert Burns (1759-1796), hijo de masón, iniciado en la logia St. David n° 174 de Tarbolton el 4 de julio de 1781, fundador de la St. James y honorario de la Kilwinning de Edimburgo, escribió numerosas poesías masónicas -entre ellas Farevell to the Brethren of St. Kames Lodge, Tarbolton y The Freemason Apron- del que se ocupan R. Carr, A Tribute to Robert Burns, masonic Poet (Londres, 1985) y John Webb, Robert Burns, poet and freemason (Londres, 1990), al igual que Michele Moramarco en el capítulo Massoneria e letteratura de su Nuova EnciclopediaMassonica (Reggio Emilia, 1989) y Denslow en 10.000 Famous Freemasons (Macoy, 1957-61). Del poeta y escritor Walter Scott (1771-1832), iniciado en la logia St. David n° 36 de Edimburgo el 2 de marzo de 1801, se interesaron, entre otros, Mackay, Sir Walter Scott as a Freemason (Londres, 1907) y Walter Giusucci, Walter Scott, este último desde la "Rivista Massonica" (Roma, 1970). El listado se puede completar con nombres como el escritor Henry Beyle Stendhal (1783-1842), el poeta Samuel Woodswoorth (1759-1824), el igualmente poeta lord Byron (1788-1824) estudiado por Andreas Rizopoulos, Lord Byron: Freemason (Londres, 1997), el humorista y novelista Theodore E. Jook (1788-1841), el poeta, geólogo y médico James Gates Percival (1745¬1856), el poeta y traductor de Sófocles y Calderón, Edward Fitzgerald (1809-1883), el novelista Sir Henry Rider Halgard, creador de Las minas del rey Salomón, etc. 

En un segundo bloque de escritores masones hay que situar al novelista norteamericano Mark Twain (1835-1910) nacido en Florida e iniciado en la logia Polar Star de St. Louis (Missouri) el 22 de mayo de 1861, autor de Las Aventuras de Tom Sawyer; al poeta y dramaturgo Oscar Wilde (1851-1900) iniciado en la Apollo Lodge n° 357 de Oxford, en 1875; y a Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930), iniciado en la logia Phoenix n° 257 de Portsmouth en 1887, el creador de Sherlok Holmes y del Dr. Watson, estudiado por Runcinan, Sir Arthur Conan Doyle, Sherlok Holmes and Freemasonry (Londres, 1991), por Franco Eugeni, Il fratello Sir Arthur Conan Doyle ovvero il "fratello" Sherlock Holmes e tanti modi di parlare di massoneria (Torino, 2000) y por Franijois Labbé, Litterature et Franc-Maqonnerie. "La vallée de la Peur" de Conan Doyle (Paris, 1980). Las referencias a la masonería las encontramos también, además de en The Valey of Fear, en The Lost World (1912), The Land of Mist (1926), The Adventure of the Norwood Builder, The Adventure of the Retired Colourman y en The Redheaded League, como nos recuerda Frederick Smyth en Freemasonry in Fiction (Londres, 1980), donde, además, se ocupa de otros muchos autores con referencias masónicas en sus obras, como Russell Hoban en su novela The Lion of Boaz-Jachin and Jachin-Boaz (1973), injustamente comparada con los trabajos de Tolkien. El capitán y masón Frederick Marryat (1792-1848), iniciado en la Lodge of Antiquity en 1826, escribió una serie de novelas de las que quizás la más conocida es Mr. Midshipman Easy (1836), aunque en la que más referencias hay a la masonería es en Newton Forster (1832). Frederick Arthur, en su The Mysterious Monsieur Dumont (1912), hace diversas descripciones de ceremoniales cuasi-masónicos, sobre todo al referirse a Molay y los templarios, y al reinado de Luis XV, los enciclopedistas, jacobinos, etc. 

Capítulo aparte merece el máximo exponente de la llamada literatura masónica inglesa -aunque provenga de la India colonial- Rudyard Kipling (1865-1936) iniciado en la Lodge Hope and Perseverance de Lahore, Punjab [India] en 1886 con dispensa especial porque todavía no había cumplido los 21 años de edad. Premio Nobel de Literatura es sin duda el escritor masón más citado tanto por sus novelas de aventuras como El hombre que quiso ser rey, la historia de dos masones aventureros ambientada en la India, como, sobre todo, por su poema Mi Logia Madre, del que se conservan cientos de versiones-traducciones, como la que con el título Poesía y música masónicas. Mi logia Madre hizo Giner de los Ríos, miembro de la logia Unión, en la revista "Latomia" de Madrid el año 1932. Entre los que se han ocupado de Kipling, masón, hay que citar, entre otros, MacMunn, Rudyard Kipling, Craftsman (1937), Bazley, Freemasonry in Kipling (Londres, 1961), Harry Carr, Kipling and the Craft (Londres, 1964), M.S.A., Kipling andMasonry (Washington, 1964), Sergio Landini, Rileggere Kipling (Roma, 1968), Endelmoot, Masonic Allusions and Themes in the Works of Rudyard Kipling (University of South Florida, 1980), Raymond Carr, Kipling and the Law of Brotherhood (Londres, 1984), Salvatore Loi, Rudyard Kipling(Roma, 1986). 

Resultan curiosos los trabajos que a Shakespeare dedican Palmer, Shakespeare and Freemasonry (Londres, 1919), Alphonse Cerza, William Shakespeare et la Franc-Maqonnerie (Paris, 1974), Birt, Shakespeare and Masonry (Londres, 1985) y Monica Capellini, Il Canzionere shakespeariano. I sonetti di Shakespeare possono essere interpretati in chiave muratoria (Roma, 1988). 

El poeta inglés John Keats (1795-1821) es estudiado por Fischer, Keats and Masonic beauty (Londres, 1980) y Jean-Pierre Lasalle hace otro tanto con el precursor del romanticismo Edward Young (1681-1765) en Edouard Young, poete et francmaqon (Toulouse, 2000). Edgard Albert Guest (1881-1959) uno de los versificadores más populares en Estados Unidos escribió numerosos poemas masónicos. 

A propósito de la controvertida novela Ulysses (1922) de James Joyce (1882-1941), R.D. Seligman's escribió Masonic Allusions in James Joyce's Ulysses, citado por Smyth. Otro tanto hizo Leonard Albert en sus artículos, Joyce and Freemasonry, Ulysses, Cannibals and Freemasons, publicados en América, y D. Gifford y R.J. Seidman en Notes for Joyce (New York, 1974) que recogen una muestra de sus alusiones masónicas. 

El poeta americano Edwin Markham (1852-1940), miembro de la logia Acacia n° 92 de Coloma (California) alcanzó fama con el poema The Man with the Hoe (1899), una especie de profecía de los tiempos modernos. Escribió varios poemas masónicos siendo proclamado por la Gran Logia de Oregón "poeta laureado" de la masonería americana y decorado con la Masters Medal de la Gran Logia de Nueva York en 1935. 

A su vez Edgard Albert Guest (1881-1959) elevado al grado de Maestro masón en la logia Ashlar n° 91 de Detroit, el 21 de mayo de 1908, fue uno de los versificadores más populares de los Estados Unidos de la primera mitad del siglo XX. 

De carácter más general es el trabajo de Barret que se ocupa de los románticos masones en Masonic Romantics(Londres, 1978) así como los de Lance C. Brockman que se interesa por la intersección entre el teatro y el rito escocés en Catalyst for Change: Intersection of the Teater and the Scotish Rite (Washington, 1994) y M. Roberts que centra su atención en la vinculación entre los poetas británicos y las sociedades secretas en British Poets and Secret Societies (Londres, 1986). 

La investigación universitaria de Frederick R. Weismann va orientada hacia el teatro y el espacio ritual escocés de la masonería en Theatre of the Fraternity. Staging the Ritual Space of the Scottish Rite of Freemasonry, 1896-1929 (Mississipi, 1996). 

Entre los diferentes autores que en sus novelas aluden a la masonería de una u otra forma, sin que haya constancia cierta de su pertenencia a la misma, podemos citar a Thomas Mann en La montaña mágica, a Chesterton (1874-1936) en The Napoleon of Notting Hill (1904), Frederick Arthur, The Mysterious Monsieur Dumont (1912) -en la que se describe una colorista ceremonia quasi masónica titulada "The Meeting of the Templars"-, Guy Thorne, Love and the Freemasons (1915), Denis Wheathey, The Prisoner in the Mask (1957), Berkeley Mather, The Terminators (1971) -donde hay referencias a los "Hijos de la Viuda", etc. 

Más recientemente, en la novela de Katherine Neville, The Eight (Londres, 1988) -que ha alcanzado una gran difusión y éxito- aflora la masonería de forma constante como hilo conductor de un argumento complejo y atrayente que se desarrolla entre 1790 y 1970. 

También en Alemania y Austria se publicaron a lo largo del siglo XVIII piezas de teatro, como Die Freimaurer oder Ihr Schónen Forschet Umsonst (Frankfurt-Leipzig, 1781) [385], o Die Freimaurer, una comedia en tres actos (Wien, 1784), [386]. Pero sobre todo fueron filósofos los que nos dejaron su visión y expresión personal de la masonería, como Goethe, Fichte, Herder, Lessing y Krause, aunque de todos ellos nos interesa citar en especial a dos, a Gotthold E. Lessing (1729-1781), en cuanto dramaturgo y crítico, autor de los Diálogos masones. Ernst und Falk y del poema dramático de la tolerancia Nathan el Sabio, y a Johann Wolfgang Goethe (1759-1839) y no en su versión de filósofo sino en la de poeta. De Leseing masón se han ocupado muchos autores que han estudiado en especial sus Diálogos masones, como Bienz, Contiades, Deliniere, Mencke, Michelsen, Müller, Peláez Guerra, Pilard, Zemella... y Raymond Karter, Gotthold Lessing. The masonic dramatist(Londres, 1975) [1715]. 

Otro tanto se puede decir del Goethe masón del que tantos se han ocupado como G. Deile, Goethe als Freimaurer (Berlin, 1908), Lanfranco Frezza, Johann Wolfang Goethe un massone di Desiderio (Roma, 2001), Thomas Richert, Der Geheime Rat Goethe als Freimaurer und Illuminat (Bayreuth, 1999), Guy Rolland, Goethe Franc-Maqon (Paris, 1974), Giuliano Gazzani, Goethe massone (Roma, 1982-84). Michele Moramarco alude a las obras en las que Goethe atacó cáusticamente el ocultismo cagliostrano en El buscador de tesoros y El aprendiz de brujo, ambas de 1797, o en la comedia El Gran Cofto que en su día estudió W. Martens, Geheimnis und Logenwesen als Elemente des Betrugs in Goethes Lutspiel "der Grosscophta" (Heidelberg, 1979), comedia reeditada en Palermo en 1989 con un estudio introductorio de Giuseppe Giarrizzo, a raíz del Congreso sobre Goethe poeta e massone di Taormina celebrado en Roma en 1988 con motivo del vicentenario del viaje de Goethe a Italia. Precisamente Giuseppe Pitre recordaba, a comienzos del siglo XX, Il Viaggio di Goethe a Palermo nella primavera del 1787 (Palermo, 1907). 

También habría que destacar a Friedrich von Schlegel (1778-1829) en cuanto poeta y literato, y a Friedrich August Wolf (1759-1824) en su papel de filósofo y crítico de Homero al sostener la pluralidad de autores tanto de la Ilíada como de la Odisea. En este aspecto coincide con el también poeta Heinrich Voss (1751-1826) recordado precisamente por la traducción alemana de Homero. A estos habría que añadir otros poetas como Gottfried A. Burger (1747-1794); Friedrich Ruckert (1788-1861) en cuya obra son frecuentes las alusiones a la masonería; Friedrich von Schiller (1759-1805); Aloys Blumauer (1755-1798), autor de una "plegaria del masón" y de una parodia de la Eneida hostil a la curia romana y a los jesuitas; Mathias Claudius (1740-1815) cuya poesía más conocida Der Tod und das Mädchen fue musicalizada por Schubert. 

Christoph Martin Wieland (1733-1813), poeta y gran amigo de Goethe, traductor de Shakespeare, fue iniciado a los 76 años por influjo del propio Goethe. En este listado habría que incluir también a Ludwig Zacharias Werner (1768-1823) autor de un drama masónico sobre los templarios, aparte de otras obras sobre Martin Lutero, Atila, Wamba, etc.; Friedrich Gottlieb Klopstopck (1724-1803) miembro de la misma logia a la que pertenecía Lessing es autor de Odas que fueron editadas por Bode (1730-1793), a su vez escritor, además de impresor, editor y compositor; Adelbert de Boncourt de Chamisso (1781-1838) autor de Peter Schelemihl, "el hombre que vendió su sombra"; Friedrich Maximiliam Klinger (1752-1831), el primer artífice del movimiento literario protoromántico del Sturm und Drang, fue iniciado en la logia Modestia cum libertate, de Zurich, en 1779. 

Grassl, tomando como punto de partida al poeta Hólderlin (1770-1843) analiza la literatura de los Iluminados en dos trabajos: Hölderlin und die Illuminaten (Berlin, 1972) y Tragende Ideen der illuminatistich-jacobinischen Propaganda und ihre Nachwirkungen in der deutschen Literatur (Heidelberg, 1979) en los que trata de Hólderlin y los Iluminados, y de las Ideas fundamentales de la propaganda iluminístico-jacobina y sus consecuencias en la Literatura alemana. Otro tanto hace Stephan, Literarischer Jakobinismus in Deutschland (1789-1806) (Stuttgart, 1976). Más circunscrito a nuestra temática -aunque limitado al siglo XVIII- es el trabajo de Elisabeth Grosseger dedicado al teatro masónico entre los años 1770 y 1800 especialmente a los dramas masónicos representados en los teatros privilegiados de Viena: Freimaurerei und Theater 1770-1800. Freimaurerdramen an den k.k. privilegierten Theatern in Wien (Wien-Kóln-Gratz, 1981) y el de Thalmann que se ocupa de la novela romántica, Der Trivialroman des 18, Jahrhunderts und der romantische Roman. Ein Beitrag zur Entwicklung der Geheimbundmystik (Berlin, 1923). También referidos al siglo XVIII son dos estudios de Haas dedicados a los comienzos de las novelas alemanas sobre sociedades secretas y a la teoría sobre la novela en ese siglo: Die Anfange des deutschen Geheimbundromans (Heidelberg, 1979) y Die Turmgessellschaft in Wilhelm Meisters Lehrjahren. Zur Geschichte des Geheimbundromans und der Romantheorie im 18 Jahrhundert (Bern-Frankfurt, 1975). Por su parte Kópcke se interesa por la antinovela en Jean Pauls "Unsichbare Loge". Die Aufklärung des Lesers durch den "Anti-Roman" (Berlin, 1975). En tanto que Francis Labbé analiza la masonería, la literatura y el movimiento de las ideas en Alemania a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX: Franc-Maqonnerie, Littérature et mouvement des idées en Allemagne (fin du XVIIIe, début du XIXe siecle) (Paris, 1980). Un aspecto más particular es el tratado por Egidio Saracino, I numeri Segreti di Parsifal (Roma, 1998), Lindner, Verzeichnis Sammlung Kupferstiche und Bücher des 18. Jahrhunderts (Hannover, 1968), Martens, Mirgeler, etc. 

El escritor dramaturgo Hugo von Hofmannsthal (1874-1929), con una larga tradición familiar masónica, deja traslucir en varias obras su propio pensamiento masónico. 

En el mundo francófono también encontramos masones ilustres como los poetas André Chenier (1762-1794) y Jacques Cazotte (1719-1792) ambos guillotinados durante la revolución francesa; Adrian-Franfois Boieldieu (1775-1834) autor de La Dama Blanca; Pierre-Antoine-Franfois Choderlos de Laclos (1741-1803) autor de Las Amistades peligrosas; el poeta y jefe del movimiento simbolista Stephane Mallarmé (1842-1892) conocido por La Siesta de un fauno; o el marqués de Sade (1740-1814) miembro de la logia 'Los Amigos de la Libertad' de París, instalada el 6 de febrero de 1791. 

También habría que citar al escritor Jean P.C. Florian (1755-1794); al novelista Eugéne Sue (1804-1857) autor del Judío errante, Los Misterios de París y Los siete pecados capitales; al abate y poeta Jacques Delille (1738-1813), traductor de Virgilio y de Milton; al literato Louis Sebastian Mercier (1740-1814); al poeta Eugéne Pottier autor de la Internacional y de otros himnos publicados en 1887 con el título de Chants Révolutionnaires; Franfois Ponsard (1814-1867); Catville Mendes (1841-1909) y Cloris Hugues (1851-1907). 

De otros se duda, como el autor de "El Genio del Cristianismo" Franfois-René Chateaubriand (1768-1848) del que Jacques Brengues dice fue iniciado en Londres y que luego mantuvo su amistad con distinguidos masones. En un pasaje de "Memorias de Ultratumba" (2a parte. Libro I) relata un banquete "fraternal" que reunió, el 27 de enero de 1803, a Chateaubriand y Luis-Claude de Saint Martin. Otro tanto habría que decir de Alphonse de Lamartine (1790-1869) quien sin ser masón, sin embargo su obra literaria y su acción política están impregnadas de masonería debido a sus numerosos amigos masones empezando por uno de sus maestros el abate Dumont, vicario de Bussiéres (1767-1852) iniciado el 30 de diciembre de 1812 y miembro de la logia 'La Parfaite Union' de Máfon. Tampoco lo fue Victor Hugo, contrariamente a una leyenda bien enraizada y que todavía perdura, si bien es cierto que su padre sí lo fue en Aix-en-Provence, aunque su obra literaria más importante La aventure tyrolienne no llegó a entrar en la historia. 

Lógicamente tampoco lo pudo ser Franfois Rabelais (c. 1494-1553) del que, sin embargo, Paul Naudon ha revelado sus caracteres masónicos, tal vez heredados de su maestro Maurice Scéve (c. 1500-c.1560), clasificado entre los poetas esotéricos e iniciados, estudiado por Bernard Guillemain, Un poete magonnique lyonnais au XVIe siecle (Paris, 1976). 

La abundante y rica literatura masónica francesa del siglo de las luces ha sido estudiada por Gordon R. Silber, Poemes et chansons magonniques du 18eme siecle. Un aspect peu connu de la franc-magonnerie (Paris, 1975) que recoge en una primera parte una completa e interesante bibliografía de los impresos que contienen poemas y canciones masónicos y en una segunda un repertorio de poemas y canciones masónicos en francés, aparecidos entre 1735 y 1747. Esta cuestión interesó también a André Doré, Eros magonnisant (París, 1984) y a un anónimo sobre Arlequin franc-magon (París, 1919) seguido de un estudio sobre los masones en el teatro. Las experiencias masónicas en la literatura francesa del siglo XVIII y en especial las novelas atrajeron a E. Von Jan en dos de sus trabajos: Der franzósische Freimaurerroman im 18. Jahrhundert (Berlin, 1925) y Freimaurerische Dichtung in der franzósischen Literatur des 18. Jahrhunderts (Würzburg, 1922). 

Como obras generales disponemos de cuatro obras básicas que nos introducen en el complejo mundo de las relaciones entre literatura y masonería. Por una parte Daniel Beresniak y su Franc-Magonnerie et Romantisme(París, 1987) en la que a pesar de su carácter ideológico aporta un útil listado de literatos masones o amigos de los masones; Jacques Brengues, Les écrivains francs-magons (París, 1984); Paul Deselmme, Écrivains belges francs-magons de jadis et de naguere (Bruxelles, 1983) que abarca desde el príncipe Charles-Joseph de Ligne a Johan Daisne y Fernand Dumont, y su posterior estudio Les écrivains belges franc-magons au XIXe siecle: des intellectuels engagés (Bologna, 2001), en el que el término 'escritor' está tomado en su sentido más amplio y no en el estrictamente 'literario' referido a la poesía, novela, teatro y narrativa en general. Finalmente Jacques Lemaire analiza la 'Revista Trimestral' (1854-1868) considerada como una "obra" masónica al servicio de la literatura: La 'Revue Trimestrielle' (1854-1868): Une 'oeuvre' magonnique au service de la littérature (Bologna, 2000). Más elemental es el artículo periodístico de Edoaurd Boeglin titulado los escritores francmasones, Des écrivains francs-magons y publicado en la revista 'Panoramiques' en su número 20 de 1995. 

Dentro del capítulo de escritores más o menos vinculados con la masonería están los estudios de Yves Gasnier, Renan et la Franc-Magonnerie (París, 1993), L.L., Gérard de Nerval et la Franc-Magonnerie (París, 1980), del que también se ocupa Pierre Bayard, Les écrits magonniques de Gérard de Nerval (Rouvray, 1998), Franfois Labbé que analiza el 'Manon Lescaut' del abate Prevost (1731) en La nostalgie de Prométhée ou l'histoire du Chevalier des Grieux et de Manon Lescaut et ses lecteurs (Berlin, 1987-París, 1988), o Simone Vierne que estudia George Sand et la Franc-Magonnerie (París, 2001). 

Precisamente en la obra de Gérard de Nerval (1808-1855), el escritor de la vida trágica, sobresale el elemento masónico, a pesar de que no consta su militancia masónica. Entre sus obras destaca Les Illuminés en la que utiliza las aventuras de varias figuras destacadas de la masonería del siglo de las luces, como Cagliostro, Cazotte y Saint-Germain. Pero es, sobre todo, en su obra Voyage en Orient, donde Nerval revela su familiaridad con la temática masónica. También se ocupa de los Iluminados, Alexandre Dumas, padre (1802¬1870) en Les Contes de Charny (1853) donde son protagonistas Cagliostro y Luis Felipe, duque de Orléans y Gran Maestre en Francia. Otro tanto podríamos decir de Le Collier de la Reine. 

Alusiones masónicas se encuentran igualmente en autores tan dispares como Julio Verne (1828-1905) del que existe una interesante tesis de doctorado presentada en la Universidad de Grenoble por Simone Vierne, Jules Verne et le roman initiatique (Grenoble, 1973); André Gide (1869-1951) en Les Caves du Vatican y Franfois Mauriac (1885-1970) en Pierre d'achoppement. 

Drieu La Rochelle (1893-1945), en la novela anticonformista, entre reaccionaria y revolucionaria, ambientada en la Bolivia de la segunda mitad del 1800, denuncia el reparto de poderes entre la Iglesia católica y la Masonería. 

Desde Bélgica Raymond Trousson se interesa por Charles de Coster (1827-1879) como literato más que como político, como ya lo habían hecho otros autores como Bartier, Horemans, Van Den Dunge, Wilmotte, Hanse, Charlier..., y lo hace en dos ocasiones, Charles de Coster journaliste (Bruxelles, 1992) y Charles de Coster et la Franc-Magonnerie (Bologna, 2000). A este propósito se pregunta Paul Deselmme hasta qué punto es legítimo, sin forzar los textos, tener la 'Légende d'Ulenspiegel' por una transposición del simbolismo de los ritos masónicos. Esta cuestión es también estudiada por Éric Lysoe, Sacralisation et profanation dans 'La Légende d'Ulenspiegel' (Bologna, 2000). Ruggiero Campagnoli nos presenta otro personaje belga polifacético y repetidas veces tratado, pero lo hace desde su faceta menos conocida de novelista: Goblet d'Alviella romanziere(Bologna, 2000) a través de su novela 'Partie perdue'. 

Jacques Brengues tiene diferentes trabajos como La guerra de los sexos y el Amor masón en la poesía (París, 1987) y La iniciación y la novela iniciática (París, 1988-Bruxelles, 1990). Pero donde Jacques Brengues más ha profundizado ha sido en el terreno de la lingüística masónica, tanto la del siglo XVIII: Pour une linguistique magonnique au XVIIIe siecle (París, 1974) como la posterior: Histoire récente de la linguistique magonnique(París, 1980). En esta misma línea son interesantes los trabajos de Christian Lauzeray, Franc-Magonnerie et minorités linguistiques en France: Euskadi et Gascogne (París, 1992) y de Jacques Lemaire, La langue des rituels du marquis de Gages (Bruxelles, 2000) en el que el lenguaje utilizado en los rituales del marqués de Gages es considerado como un 'idiolecto' teñido de arcaísmos y particularismos dialectales. En esta misma línea Guy Tamain se remonta también al siglo XVIII -y más concretamente a 1745- en un curioso trabajo sobre la llave geométrica del primer alfabeto masónico: La clé géometrique du premier alphabet magonnique (París, 1988). 

Las leyendas sobre Hiram consideradas como el punto de partida del imaginario masónico son objeto de análisis por parte de Daniel Kerjean en Hiram et ses légendes. Naissance et évolution de l'imaginaire magonnique(París, 1990) y más recientemente por Roger Dachez, Hiram et ses freres: une légende fondatrice (París, 2002). Como contraste en su interpretación contemporánea se puede citar la obra de Christian Jacq, Maître Hiram et le Roi Salomon (Monaco, 1989). 

La imagen del masón, caballero de la libertad, en versión bufa, la encontramos en la divertida novela Prin de Vladimir Nabokov (1899-1977) que describe los ambientes de los rusos emigrados a Estados Unidos por razones políticas, y donde introduce la figura de Aleksander Kukolnikov, transformado en Al Cook, un hombre "totalmente normal": masón, dirigente industrial, jugador de golf, anfitrión delicado... 

Finalmente, y dejando de lado la literatura fantástica y polémica de Léo Taxil pseudónimo de Gabriel-Antoine-Jogand Pagés (1854-1907) -que exigiría un capítulo aparte-estudiada, entre otros, por Ferrer Benimeli en Satanismo y masonería (Madrid, 1982-Londrina, 1995), y como contraste, merece la pena señalar a Pierre Danlot y sus Contes magonniques (Rouvray, 1997) que recoge doce relatos breves como el dedicado a Le chantier d'Hiram le bronzier, Des moines francs-magons en 1790, A la recherche de l'epée perdue, etc. 

Con una visión entre simpática y cáustica, con los rasgos típicamente sutiles de Roger Peyrefitte (1907-2000), hay que señalar su novela Les Fils de la Lumiere (París, 1961) traducida al italiano con el título de Il Grande Oriente (Milano, 1965). 

Rusia está tradicionalmente ligada al poeta y novelista masón Aleksandre Sergevic Puskin (1799-1837), al que habría que añadir, al menos, otros dos escritores como Kheraskov y Griboedov. Lauer nos acerca a los poetas masones rusos del siglo XVIII en Russische Freimaurerdichtung im 18. Jahrhundert (Berlín, 1979), mientras Henry L. Zelchenko lo hace a los cuentos masónicos de Rusia: Masonic Tales from Russia (Londres, 1980). Sin embargo, León Tolstoi (1828-1910) -quien nunca fue masón- es el que tiene más referencias a la masonería en Guerra y Paz, ya que conocía muy bien la masonería, pues no en vano su padre y una decena de miembros de su familia habían sido miembros de la misma a lo largo del siglo XVIII, como han estudiado Chamberlain, A Russian initiation Ceremony (Londres, 1974), Serge Theakston, Tolstoi et la véritable magonnerie (París, 1975) y, sobre todo, Harald Quistgaard, Léon Tolstoi et les Francs-Magons (París, 1977). Tolstoi tuvo en Goethe un precursor cuando se trata de dejar a los personajes de sus novelas expresar ideas masónicas. El propio Tolstoi llegó a reconocer en 1905 que "inconscientemente era masón" en su forma de pensar. 

En Serbia destaca Desitey Obradovic (1742-1811), iniciado en Triestre, padre de la literatura serbia y Ministro de Instrucción en la primera Serbia "libre". En Polonia, Kazimiers Máciej Brodzinski (1791-1835) poeta preromántico, crítico literario y profesor de literatura polaca en la universidad de Varsovia. Y en Suecia, Abraham Viktor Rydberg (1828-1895), poeta, escritor y crítico iniciado en la logia Solomón de Gotemburg. 

En Brasil la literatura masónica en su acepción más general ocupó la atención de Morivalde Calvet Fagundes en Subsídios para la Historia de la Literatura Magónica Brasileira (Caxias do Sul, 1989). En el terreno de la poesía masónica hay que citar a Anselmo Figueira Chaves, Antologia Poética Nacional Maçônica (Río de Janeiro, 1980) que recoge una muestra poética de 54 poetas masones brasileños desde José Bonifácio (1763) a Gióia Júnior (1932). Incide en la misma cuestión Raimundo Rodríguez en Os maçôns e las musas. O movimento poético e a Orden Maçônica no Brasil (Sao Paulo, 2001). En la narrativa podemos destacar a Getulio Gadelha Dantas, Fragmentos da Petra Bruta (Bello Horizonte, 1982), y finalmente en la novela televisiva Oreste Lima Cipolati y L. Pereira de Alcantara, A Acacia há de florescer (Río de Janeiro, 1986). El estereotipo del masón anticlerical lo encontramos en Dona Flor e seus dois maridos (1966) del brasileño Jorge Leal Amado de Faria (1912-2001). 

De Portugal, sin ser masón, hay que señalar al poeta Fernando Pessoa (1888-1935) y su defensa de la masonería con motivo de la ley de Salazar contra las sociedades secretas. Tema tratado por Aurelio Barreiro, Fernando Pessoa y la masonería (Barcelona, 1995) y Jorge de Matos, O Pensamento maçônico de Fernando Pessoa (Lisboa, 1997). 

De Bolivia resulta representativo Mario Rivadeneira con su obra poética El Tiempo Simbólico y Esotérico (Santa Fe, 1996) dedicada a la Gran Logia de Colombia, a su logia Madre Propagadores de la Luz n° 1 y a todos los masones del mundo, en la que recuerda que la poesía, al decir de Albert Einstein, pertenece al Orden de la Armonía Universal, junto con la física, la música y la pintura, a las que Rivadeneira añade también la Filosofía como integrante de la Mente o el Espíritu. 

España e Hispanoamérica no han contado con un gran panteón de masones pertenecientes al mundo de la literatura. Sin embargo dos nombres son los más aireados: Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) autor conocido, entre otros, por sus Cuatro Caballeros del Apocalipsis y Sangre y Arena, del que se ocupan Luis M. Lázaro Lorente, Blasco Ibáñez: Masonería, Librepensamiento, Republicanismo y Educación (Alicante, 1990) y Blasco Mucci, Blasco Ibáñez, pioniere della solidarietá e della toleranza (Roma, 1996); y el poeta nicaragüense Rubén Darío [Félix García Sarmiento] (1867-1916) del que Manuel Mantero se cuestiona si en realidad fue masón, en ¿Era masón Rubén Darío? (Madrid, 1989). Sin embargo Giordano Gamberini afirma que fue iniciado en la logia Progreso n° 16, de Managua, el 24 de enero de 1908. 

Menos dudas parece que ofrecen José Hernández (1834-1886) el poeta argentino autor de Martín Fierro iniciado en la logia Asilo del Litoral n° 18, el 28 de agosto de 1861; el escritor y poeta peruano José David Guarini (1830-1890); el poeta mejicano Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893) que llegó a ser Gran Mestre de la Gran Logia Valle de México; y el igualmente poeta venezolano Andrés Eloy Blanco (1898-1955) fundador del Supremo Consejo venezolano. 

De otros, como el también poeta Antonio Machado (1875-1939) existen serias dudas a pesar de que José Antonio García Diego y Ortiz defiende, o mejor dicho pretende demostrar, -aunque sus 'argumentos' no convencen- la pertenencia de Machado a la masonería en dos de sus trabajos: Antonio Machado masón(Zaragoza, 1989) y Antonio Machado y Juan Gris. Dos artistas masones (Madrid, 1990). En ambos utiliza como fuente privilegiada un artículo de Emilio González López, Antonio Machado y la Masonería publicado, en una revista masónica de lengua castellana titulada "El Sol de la Fraternidad", en Nueva York, el 26 de octubre de 1957 y posteriores entrevistas con dicho autor. De un intento similar de atribuir su pertenencia a la masonería tampoco se escapa García Lorca (1898-1936), como recoge Poli Servian en el artículo ¿Fue Lorca masón?(Granada, 2001) según novedosos datos del profesor López Casimiro sobre la posible vinculación del poeta a las logias granadinas. Manuel de Paz Sánchez en Intelectuales, poetas e ideólogos en la francmasonería canaria del siglo XIX (Santa Cruz de Tenerife, 1983) se limita a recoger algunos poemas de Domingo Carballo y de Elías Mujica. Más interesante y directo es el trabajo de Orlando González González, La personalidad masónica literaria de Aramburu (La Habana, 1989) y de Ma de las Nieves Pinillos, El masón Rufino Blanco Fombona, Gobernador Provincial de la República Española (Zaragoza, 1993) referido al escritor venezolano de la generación modernista que vivió exiliado en Europa y varios países americanos durante la dictadura de Gómez. 

Conocidas a nivel internacional son dos masonas, Rosario de Acuña y Carmen de Burgos de las que se conservan artículos, escritos y cuentos no directamente masónicos que han sido estudiados, entre otros por José Bolado, Vicente Bernaldo de Quiros y Concepción Nuñez. De Clara Campoamor ha sido editada su obra La revolución española vista por una republicana (Bellaterra, 2002) que sobrepasa el género de literatura política. Y en el estudio introductorio de Neus Samblancat Miranda se aportan datos interesantes y no demasiado conocidos sobre la posible pertenencia de Clara Campoamor a la masonería, más allá de la condena que sobre ella dictó el Tribunal de Represión de Masonería y Comunismo y que la mantuvo en el exilio hasta su muerte en Lausanne el 30 de abril de 1972. Las tres, Clara Campoamor, Rosario de Acuña y Carmen de Burgos, representan tres importantes peldaños en el proceso de emancipación de la mujer española. 

Frente a masones y masonas que en su obra literaria no se ocupan de la masonería encontramos en España otros autores, que, no siendo miembros de la masonería, tratan de ella en sus obras y lo hacen de una forma directa e importante. El más representativo es Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales. Una de las cosas que más llama la atención al leer los Episodios es la presencia constante de la masonería en la mayor parte de los mismos. Presencia que tendrá en algunos más incidencia que en otros, pero que va tomando protagonismo de una forma progresiva hasta alcanzar, por decir así, el punto culminante en el episodio que está dedicado íntegramente a la masonería: El Grande Oriente del que existen múltiples ediciones, como la de Madrid de 1993. Sobre esta cuestión José Antonio Ferrer Benimeli tiene, entre otros trabajos, La Masonería en los Episodios Nacionales de Pérez Galdós (Madrid, 1982) donde se analiza el cómo y porqué del interés galdosiano por la masonería en sus novelas en las que ofrece una clara dicotomía: La visión popular negativa y truculenta de la masonería, y aquella más liberal y liberalizadora con la que Galdós se identifica. 

Otros escritores del momento, como Pereda y Pardo Bazán o Clarín y Juan Valera, también aluden en sus novelas -aunque menos- a la masonería decimonónica española con características -al igual que Galdós- claramente satíricas y desmitificadoras como recoge Soledad Miranda en Religión y clero en la gran novela española del siglo XIX (Madrid, 1982). En el otro extremo el P. Luis Coloma, en su novela Pequeñeces nos ofrece la imagen tradicional y clerical de la masonería como manifiesta Ricardo Serna en sus interesantes estudios Masonería y Literatura. La masonería en la novela emblemática del jesuita Luis Coloma (Madrid, 1998) y La Masonería en "Pequeñeces", novela emblemática del jesuita Luis Coloma (Zaragoza, 1999). De Coloma y Machado vuelve a ocuparse Ricardo Serna en Masonería y Literatura. Dos ámbitos en confluencia (Santa Cruz de Tenerife, 2009). 

Una actitud parecida, aunque desde principios ideológicos radicalmente diferentes es la del escritor y novelista Pío Baroja puesta de manifiesto por Isabel Martín Sánchez en La masonería en la obra de Pío Baroja. Las Memorias de un hombre de acción (Zaragoza, 1999) y por Javier González Martín en sus dos trabajos La masonería en Pío Baroja. Un estudio de "Con la pluma y el sable" (Zaragoza, 1995) y La crítica contubernista, mito y antropología en el pensamiento barojiano (1911-1936) (Toledo, 1996). 

Mucho antes, a comienzos del siglo XIX, otro escritor Blanco White tampoco ocultaba su animadversión hacia la masonería como señala Manuel Moreno en La Masonería española ante Blanco White (Zaragoza, 1989). En este mismo sentido tenemos que incluir al general Francisco Franco Bahamonde en una de sus facetas menos conocida, la de novelista-guionista, pues en Raza -posteriormente llevada al cine- y publicada con el pseudónimo de Jaime de Andrade (Madrid, 1942-Barcelona, 1997) está igualmente patente el fantasma de la masonería que tanto le obsesionó a lo largo de su dilatada vida militar y política y que ha sido exhaustivamente estudiada por Juan José Morales Ruiz entre otros trabajos en La crisis del 98 en el discurso antimasónico. 'Raza', el guión que escribió Franco (Zaragoza, 1999). 

De las sugerentes y evocadoras alusiones masónicas de Alejo Carpentier en El siglo de las luces se ocupan el profesor André Jansen en La masonería en la literatura hispanoamericana (Zaragoza, 1993) y Patrick Collard, Historia e iniciación. La masonería y algunos de sus símbolos en 'El Siglo de las Luces' de Alejo Carpentier(París, 1993). Referido al mismo escenario es el trabajo de José A. Ferrer Benimeli, Révolution frangaise et littérature clandestine á Cuba (Pointe-á-Pitre, 1988) presentado en el Coloquio Internacional "El período revolucionario en las Antillas" que tuvo lugar en Martinica y Guadalupe en 1986. 

Dos grandes poetas y líderes de sus respectivas patrias e independencias son Rizal y Martí, el primero con novelas políticas como Noli me tangere y El Filibusterismo aunque es igualmente conocido por su poema El último adiós escrito según la tradición estando ya en capilla poco antes de ser fusilado en Manila. Los primeros en descubrir al poeta cubano José Martí fueron Rubén Darío, Unamuno y Juan Ramón Jiménez que lo califican como poeta de acción. Sobre uno y otro, vistos desde sus respectivas militancias masónicas hay varios y sugerentes trabajos de Susana Cuartero Escobés, José Manuel Castellano y Manuel de Paz Sánchez, entre otros. 

El asesinato del general Prim en diciembre de 1870 y su velatorio en la basílica de Atocha es rememorado por Franfoise Randouyer en Les Francs-magons dans la basilique. Un événement magonnique vu par la presse et la littérature (París, 1979). Especial atención merece una figura como la de Antonio Romero Ortiz quien el 10 de mayo de 1881 sucedió a Práxedes Mateo Sagasta como Gran Maestre del Gran Oriente de España. En aquel momento era el Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas de España y acababa de ingresar en la Real Academia de la Historia con un discurso dedicado al Justicia de Aragón que fue contestado por el también masón Víctor Balaguer. De Romero Ortiz se ocupó Ana Ma Freire López en Cartas inéditas de escritores españoles en la colección de autógrafos de don Antonio Romero Ortiz (Madrid, 1991). 

Otras personalidades, como la del masón y teósofo Mario Roso de Luna (1872-1931), estudiado de forma exhaustiva y con gran autoridad por Esteban Cortijo, también destacan en facetas quizá menos conocidos como la novelística. En el caso de Roso de Luna el tema ocultista es protagonista en no pocas de sus novelas. De las muchas obras de Roso de Luna podríamos citar como ejemplo En el umbral del misterio (Madrid, 1909), El mago rojo de Logrosán (Madrid, 1917), El tesoro de los lagos de Somiedo (Madrid 1916-Gijón, 1980), Wagner, mitólogo y ocultista (Madrid, 1917 y 1987), Páginas ocultistas y cuentos macabros (Madrid, 1919 y 1982), etc. 

En el capítulo de Memorias es reveladora la obra de Diógenes Diaz Cabrera, Once cárceles y destierro (Santa Cruz de Tenerife, 1980) en la que narra con brillantez y desgarro las consecuencias de su paso por el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo. Y la no menos sugestiva y testimonial de Prisciliano (pseudónimo del Dr. Eduardo Alfonso), La Masonería Española en Presidio (Madrid, 1983). 

Finalmente, hoy día estamos asistiendo en España a un fenómeno un tanto curioso y es al protagonismo de la masonería en algunas novelas. Fue Lorenzo Villalonga en Bearn o la sala de las muñecas, publicada en castellano en 1956 y luego en catalán con abundantes ediciones posteriores, el pionero de esta fórmula. Las afinidades entre Bearn (cuya acción se sitúa a lo largo del siglo XIX en una casa solariega en la zona montañosa del norte de Mallorca) con la novela Il Gattopardo del príncipe de Lampedusa tienen no pocos puntos en común. Ambas novelas lograron una gran difusión al ser llevadas al cine. 

De reciente publicación es la novela de Manuel Ayllon, Historias de masones. De El Escorial a Banesto. 1577-1993 (Madrid, 2001) que se puede considerar dentro del género de novela histórica. Aunque su estilo es bueno y la lectura amena, sin embargo el autor hace gala de un gran desconocimiento de la historia que no duda en manipular, elevando a categoría de acontecimientos masónicos, hechos, realidades y personalidades totalmente ajenos a la masonería. Otro tanto se puede decir de Silvestre Hernández Carné en Las tres flores de lys(Oviedo, 2002) en la que sin embargo, en cuanto novela policíaca y a través de un suspense bien conseguido capta la atención del lector en una trama en la que se involucra a la masonería actual en una serie de misteriosos crímenes rituales cometidos en Zaragoza. 

Un caso aparte es la versión española de Lars Gustafson, Música fúnebre para masones (Barcelona, 1988) ya que es un clásico fraude, pues la única vez que aparece en toda la obra la palabra 'masones' es en el título, no teniendo la novela la más mínima vinculación ni con la masonería, ni con los masones. Muy distintas en la forma y en el fondo son otras dos novelas escritas recientemente por dos expertos en la historia de la masonería y que, por lo tanto, no incurren en los errores históricos de Ayllón y Hernández Carné. A esta cualidad añaden el de haber conseguido un estilo y rigor que confieren un alto nivel al contenido histórico de las respectivas novelas, y al mismo tiempo proporcionan un acercamiento correcto a la masonería a través de la trama novelística. En el caso de José Antonio Ayala, La sombra del Triángulo se trata de una biografía anovelada en torno a la figura de Angel Rizo Bayona, marino, diputado a Cortes durante la Segunda República y masón destacado del Gran Oriente Español. La novela de Pedro Víctor Fernández Fernández, El triángulo de León, de carácter histórico se desarrolla también en la Segunda República si bien se extiende a la guerra civil y período inmediatamente posterior. En ambos casos al acierto de la forma elegida se une el contenido y expresión histórica, ideológica y ritual de la masonería manifestados sin fisuras a lo largo de las respectivas tramas argumentales. En la misma línea hay que incluir a Ricardo Serna Galindo en La Noche de papel y Los escritos, recopilación de relatos cortos en uno de los cuales "La noche de la promesa" se describen rituales de iniciación del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Del mismo autor existen dos útiles trabajos generales tituladosEstudios literarios al socaire de la masonería (Zaragoza, 2001) y El asunto literario en la investigación masonológica (Oviedo, 2010), éste último publicado, con otros autores, como Víctor Guerra, La masonería en la novelística actual, en el número monográfico de la revista Cultura Masónica (julio 2010) dedicada a Masonería y Literatura. 

Una última novela centrada en el tema masón es Hijas de la luz (2011) de Nora Ortiz, pseudónimo de Natividad Ortiz Alvear, especialista precisamente en la masonería femenina española. Y a otro nivel, de ensayo, es el sugerente trabajo de Yvan Pozuelo Andrés, Una muestra de famosos escritores liberales "antimasones" , publicado en la revista digital Actuallynotes (2009) en la que hace un agudo análisis de cinco escritores críticos de la masonería: Guy de Maupassant, Benito Pérez Galdós, André Gide, Thomas Mann y Georges Simenon, que, sin ser masones, se interesan de formas diversas en sus respectivas obras literarias por la cuestión masónica vinculada con la historia, la política, la Iglesia, el librepensamiento, etc., pero siempre entendida como una red de amistades interesadas. 

En el terreno ambiguo del cómic, entre literatura popular y modo de formar la opinión pública, -en el que ya hemos encontrado a Hugo Pratt y su Corto Maltés- existe también uno titulado ¿Ustedes masón... o masoncito?(México, s.f.) de Rius en el que el autor responde de forma sintética a varios interrogantes sobre el origen, desarrollo y funciones de la masonería añadiendo a la mera información agudos comentarios humorísticos. 

Como complemento resulta también muy útil el cómic de C. Javeau, La Franc-magonnerie vue par l'opinion publique (Bruxelles, 1984). 

En síntesis el binomio masonería-literatura consta de una gama de matices y enfoques que se pueden reducir a cuatro apartados: 
1. Literatos de renombre que al mismo tiempo fueron masones pero que no reflejan directamente su compromiso con la masonería en sus escritos literarios. 
2. Masones que sí manifiestan su dualismo masónico-literario. 
3. Estudios críticos sobre dichos autores y sus obras. 
4. Autores no masones que aluden a la masonería en sus obras y que incluso la elevan a categoría de protagonista. 

1 Una primera versión italiana de este trabajo, posteriormente corregido y ampliado, fue presentada en el Congreso Nacional, patrocinado por el Soberano Gran Comendador y Gran Maestro de la Gran Logia de Italia, dedicado a Hugo Pratt y su Corto Maltés y celebrado en su ciudad natal, Viareggio, el 23-24 de noviembre de 2002. Las actas fueron publicadas con el título Il derviscio lo sciamano il massone Gli incontri iniziatici di Corto Maltese [a cura de Luigi Prunetti] Roma, Lizard, 2004. 


Bibliografía 

Ferrer Benimeli, José Antonio y Susana Cuartero Escobés. Bibliografía de la Masonería. Madrid: Fundación Universitaria Española, 2004. Tres volúmenes. [ Links ] 

*.Doctor en Historia (1972), Profesor Titular Emérito de Historia Contemporánea, Fundador y Presidente de Honor del Centro Estudios Históricos de la Masonería Española, Universidad de Zaragoza, España. Correo electrónico: bibliotecasalvadorzaragoza@gmail.com 

Fuente: http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1659-42232014000200001

Celta.´.

Hablando de...Diplomacia Siglo XXI.

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De la Tendencia 2.0 - Sobre diplomacia hay mucho escrito. Grandes y respetados teóricos han intentado describir este concepto que se desarrolla de forma profesional desde la Italia del siglo XVII, y mucho antes con los primeros emisarios entre los demos griegos.

30 años de guerra –1618-1648–, y seis, de arduas negociaciones condujeron el 24 de octubre de 1648 a la firma de los tratados de Westfalia. Fueron convocados los diplomáticos más hábiles de la época. La importancia de Westfalia es unánimemente reconocida. Las relaciones entre distintos países que, hasta aquel momento eran juzgadas como una alternativa de paz, o de guerra, se convirtieron en parte importante de la política, no sólo de las diversas casas reinantes sino también de los Estados como tales.

Etimología: diplomacia deriva del griego diploma y del verbo diplom, que dignifica plegar. El diploma era un acto, un documento que manaba del soberano y confería privilegios a sus destinatarios. Este documento se entregaba plegado, como su nombre lo indica, costumbre de la que se ha conservado el término pliego para designar ciertos papeles oficiales. El código de Manú es el primer monumento jurídico en que se habla de diplomacia.

Para Nicholson se trata de sentido común y comprensión, aplicados a las relaciones internacionales. La aplicación de la inteligencia y el tacto a la dirección de las relaciones oficiales entre gobiernos de Estados independientes. Según Cohen se trata del manejo profesional de la relaciones entre soberanos.

La diplomacia es el conjunto de reglas y métodos que permiten a un Estado instrumentar sus relaciones con otros sujetos de derecho internacional, con el doble objeto de promover la paz y cultivar una mentalidad universal, fomentando la cooperación con dichos sujetos en los más diversos campos (Cantilo).

El caso de uno de los más prestigiosos académicos del ámbito del arte de la diplomacia se supo auto-mejorar en su definición. Berridge en 1995 describía que la diplomacia se trata de la conducción de las relaciones internacionales por negociación, más que por la fuerza, la propaganda, o el recurso al derecho y por otros medios pacíficos que están directa o indirectamente diseñados para promover la negociación. La considera una actividad esencialmente política y una institución del sistema internacional. Solo un lustro más adelante su descripción incluía: la conducción de las relaciones entre e soberanos a través de oficiales instalados en el país o en el exterior, siendo estos últimos miembros de su servicio exterior o temporariamente diplomáticos.

Y ¿hoy? Qué hace a la diplomacia, o más importante ¿qué hace que alguien pueda cumplir la función diplomática? Un ministro de relaciones exteriores es un lugar tradicional donde hombres con traje analizan los desafíos internacionales que les confieren a sus países, en círculos cerrados. Y son necesarios ya que el Estado sigue siendo el que en términos de autarquía, tiene la última palabra como nación.

Pero como en todo, el mundo evoluciona y las relaciones internacionales que se establecen por fuera del Estado, respetando su posición en el sistema de naciones del mundo, es cada vez mayor. Hay incluso un movimiento de diplomacia paralela, que antes se podía llamar Diplomacia Track 2 (como Mercocuidades, o el avance de Organismos No Gubernamentales con fines específicos como Derechos Humanos o Estudio de Niveles Sociales, que se convirtieron en una manera de hacer diplomacia per se). Además el concepto de Paradiplomacia en sí, crea un nuevo sentido a las relaciones internacionales del siglo XXI.

Ergo hay que replantearnos el concepto de Diplomacia ¿Qué hacemos como ciudadanos de un país, cuando salimos al mundo? Porque ésa también es una forma de establecer las bases de nuestra diplomacia ¿Qué es lo que le estamos presentando a la comunidad internacional cuando viajamos? Lo que seamos y hagamos en el exterior, es también lo que representamos del origen del que venimos. Seamos entonces responsables de la tradición y las costumbres que llevamos. Afuera somos los embajadores de nuestro origen.

Queda por supuesto el legítimo lugar de aquel que como elemento político es un funcionario cuyo papel responde a la esfera diplomática, mas también contamos con funcionarios que se destacan en organismo públicos y/o privados haciendo diplomacia 2.0.

La materia de política exterior nunca fue un negocio simple. Los Estados tiene intereses, y aún más, conflicto de intereses con otros Estados. La diplomacia es un arte e incluso una artesanía que requiere de experiencia y conocimiento, pero eso es tanto hoy como hace más de mil años. El problema es que desde fines del siglo XIX, la política internacional se tornó muy compleja, y eso comenzó a difuminar la línea entre el diplomático de carrera, sustentado por la Convención de Viena de 1961, y la nueva diplomacia sin fronteras.

La gobernanza de internet está asentando precedentes cruciales sobre la forma en que se gobiernan las comunicaciones. En 2015 el brote y el intento de control del Ébola fue otro ejemplo de las esas cuestiones o culturas olvidadas que el mundo tuvo que abordar, mientras que el cambio climático tuvo catástrofes devastadoras que requieren de una política y acción social de largo plazo.


"ALGUNOS DE LOS ACTORES DE ESTAS CRISIS NO SON LOS TRADICIONES, Y NO SE AGLUTINAN SOLAMENTE EN LA ESFERA DEL ESTADO-NACIÓN (SEGÚN LA PAZ WESTFALIANA). FUNDACIONES MACRO-GLOBALES JUEGAN UN ROL DECISIVO EN EL DESARROLLO Y APLICACIÓN DE CIERTAS POLÍTICAS EN LUGARES DE CATÁSTROFE HUMANITARIA Y NATURAL."

Además las comunicaciones, secretas o seguras para el diplomático de antaño, son hoy obsoletas frente a los cambios radicales de la tecnología y la electrónica, las redes sociales, los smartphones, la internet. Nunca en la historia de la humanidad, tuvo el público en general tantas oportunidades para mantenerse al tanto (y no necesariamente informada) sobre la política exterior de su país. Y tampoco nunca antes habían estado esperando, estar informados sobre la política exterior (aunque las fuentes o las actividades sean reales o no programadas). Esto implica incluso una nueva oportunidad laboral para aquellos que se dedican a las redes sociales.

La influencia de los medios sobre la diplomacia es doble. Da forma a un crisol en el que los temas políticos adquieren forma en la nación. Disemina información e imágenes de estados en el extranjero, que a veces están en conflicto con la diplomacia oficial. El rol desempeñado por los medios en asuntos exteriores se ha visto dramáticamente exacerbado por la televisión. Las cámaras de televisión en un área de conflicto, tientan a los perturbadores a hacer demostraciones de violencia exclusivamente para las cámaras, dando una desacertada impresión del estado y la naturaleza de la perturbación. La TV da una visión superficial de complicados acontecimientos.

Es increíble como un Jefe de Estado hoy puede prescindir de una foto con su ministro de política exterior o si Secretario de Estado, mas no puede no tener dentro de su casa, en lo más cotidiano, un experto en redes sociales que le maneje el Facebook o el Twitter (y eso se extiende a sus más allegados –hijos, cónyuges, colegas cercanos a su oficina–). Sí. Estamos en esa situación donde el reedership de un blog, o la cantidad de likes o twitts puede definir a la política de Estado, de una forma u otra. Esto representa también un desafío para la diplomacia convencional, que si bien, necesaria es, debe evolucionar.

consideramos que la forma de avanzar desde la diplomacia, es a partir de la siguiente afirmación: los temas que antes eran propios de la política están ahora orientados a lo internacional, y los desafíos que implican no pueden ser resueltos por un solo Estado-nación. Entonces ¿por qué es importante la Diplomacia? Debido a que la diplomacia es algo más que simples comunicaciones de alta velocidad.

Al tener diplomáticos con el lenguaje y las habilidades culturales asignadas a donde pueden ser llamados 24/7, independientemente de las zonas horarias, un país mantiene la capacidad para hacer frente a las crisis, sino también para hacer el trabajo del día a día en el que sólo tiene pies en el piso.

Desde este espacio proponemos un modelo de sinergia coordinada donde podemos destacar los siguientes componentes: delegación de las funciones de representación a otros actores además de diplomáticos de carrera; un papel cada vez mayor de Ministerio de Asuntos Exteriores en la realización de las actividades de política exterior; cooperación activa entre los empresarios y diplomáticos; el creciente papel de especialistas en campos como negocios, industria de la energía y de la información; estar al tanto de las vías de comunicación que se han diversificado; desarrollo de tecnologías de la información innovadoras; un enfoque en soluciones inmediatas, la creciente importancia de los formatos de cooperación multilateral.

Como se sabe, los diplomáticos tienen un profundo conocimiento de idiomas, culturas, costumbres locales y los cambios en la política. Además, el conocimiento orientado a la empresa abriría canales de diálogo mejor y más eficaz entre empresarios de ambos países.

la fórmula de una buena diplomacia es:

= DIPLOMÁTICO SAGAZ + TÉCNICO/ESPECIALISTA + 2.0 EN TECNOLOGÍA.


José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

Hablando de... Algunos consejos para aplicar la diplomacia en la vida cotidiana

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Es el uso de la inteligencia y el tacto entre las relaciones entre personas y las naciones. es el arte de la cortesía y el aspecto relevante de una personalidad agradable:


  • Utilizar un tono de vos baja y bien modulado.
  • Saber escuchar.
  • Mirar a los ojos a nuestro interlocutor.
  • No hablar excesivamente de nuestros propios intereses.
  • No jactarnos de nuestras cualidades ni hablar en exceso de nuestros bienes.
  • Evitar el uso de bromas pesadas.
  • la edad y la virtud de una mujer no se deben cuestionar.
  • Evitar el uso de palabras vulgares tanto de palabras rebuscadas y gestos exagerados, son una clara señal de inseguridad.
  • evitar ser arrogante, petulante. la sabiduría no se impone simplemente se manifiesta y los demás la perciben.
  • Respetar lo ajeno.
  • POR FAVOR y GRACIAS son palabras mágicas que nos abren todas las puertas.
  • SONRÍA al solicitar, ofrecer o agradecer un servicio o favor.
  • Responde siempre a una invitación que se le haga, ya sea confirmando su asistencia o excusando su asistencia.
  • En los templos, en los teatros, en los cines en cualquier lugar en donde debamos caminar por una fila de asientos hasta acomodarnos, debemos hacerlo de frente a los que están sentados, dar la espalda es señal de desconsideración y mala educación. ademas debemos hablar en vos baja y estar pendiente de quien llega para saludarlo con una señal o con un gesto, ya que hablar en voz alta detona poco refinamiento.

José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

V Simposio Internacional Historia de la Masonería Latinoamericana y Caribeña

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300 Aniversario de la Masonería Moderna
V Simposio Internacional Historia de la Masonería Latinoamericana y Caribeña
Presidencia de Honor Dr. José Antonio Ferrer Benimeli,
(Universidad de La Habana, 26 al 30 de junio de 2017)


El Centro de Estudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y Caribeña (CEHMLAC), la Cátedra Transdisciplinaria de Estudios Históricos de la Masonería Cubana Vicente Antonio de Castro (CTEHMAC), adscripta a la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, de la Universidad de La Habana; la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana; el Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME) de la Universidad de Zaragoza; la Revista de Estudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y Caribeña (REHMLAC+), adscrita a la Universidad de Costa Rica; y la Academia de la Historia de Cuba, convocan a las instituciones académicas, profesores, investigadores y personas interesadas en el estudio de la masonería latinoamericana y caribeña, a participar en el V Simposio Internacional de Historia de la Masonería Latinoamericana y Caribeña, en conmemoración al 300 Aniversario de la fundación de la Masonería Moderna. El evento se efectuará del 26 al 30 de junio de 2017, en La Habana, Cuba.

Normas de participación:

Las ponencias deberán ajustarse a las normas editoriales de la REHMLAC+ que pueden encontrarse en Normas de los artículos

El V Simposio contempla dos tipos de asistentes: ponentes y oyentes.
El período de inscripción será entre del 1º de diciembre de 2016 al 1º de abril de 2017.
Los ponentes deberán enviar, antes del vencimiento de la fecha de inscripción, un resumen de no más de 200 palabras, incluyendo: título, palabras clave, autor, filiación académica o profesional y contactos.
El tiempo de exposición no será mayor de 15 minutos.

Datos de interés

El idioma oficial en que sesionará el V Simposio será el español.
El V Simposio contará además con otras actividades histórico-culturales.

Para mayor información sobre el evento e inscripción los interesados pueden establecer comunicación con el Comité Organizador a través de las siguientes personas y direcciones:

Presidente Comité Organizador
MsC. Javiher Gutiérrez Forte, correo electrónico: jhgf@ffh.uh.cu

MsC: Yasmin Ydoy Ortiz, correo electrónico: academia.historia@ohc.cu

Claudia Suárez Torres: academia.historia@ohc.cu
Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, Universidad de La Habana: Teléf.: 78326841

Correo electrónico del V Simposio: vsimposiohabana@gmail.com



Celta.´.

Historia de la Diplomacia... El bloqueo naval a Venezuela de 1902-1903 y los Protocolos de Washington.

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A la derecha el crucero protegido SMS Vineta, en el centro el crucero ligero SMS Falke,
 a la izquierda el cañonero SMS Panther
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El 9 de diciembre de 1902 el Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, General Cipriano Castro, emocionaba a la Nación entera con su enardecida proclama:

“¡La planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria!.” 

Eso pasaba porque con la justificación del cese de los pagos de la llamada deuda diplomática de Venezuela con las potencias europeas, pero sin previo aviso de inicio de hostilidades, la Gran Bretaña y la Alemania decidieron que ese aciago día tomarían por la fuerza, como de hecho lo hicieron, los pocos barcos que constituían la “flota de guerra” venezolana y sitiarían nuestras costas con la Royal Navy y la Kaiserliche Marine, que en ese momento eran las mayores y tecnológicamente más desarrolladas escuadras bélicas del mundo.

Lo que en la historiografía venezolana y mundial se ha llamado genéricamente “el Bloqueo”, fue una acción de guerra completamente contraria a la doctrina jurídica del Derecho Internacional, que en ese momento y aún hoy en día norma cualquier acción de guerra que estuviera a punto de ser llevada a cabo por una nación en contra de otra. El Bloqueo estuvo constituido por tres momentos: por un lado el asalto y destrucción parcial de la marina de guerra venezolana; por otro el bloqueo mismo a los puertos más importantes del país junto con el bombardeo a las costas de Puerto Cabello y por último, el intento de desembarco en las costas zulianas, acción fallida esta última, debido a las especialísimas condiciones de navegación del Lago de Maracaibo, que eran del todo desconocidas por los alemanes, impidiendo esa circunstancia que tuviera un final exitoso.

En un primer momento, en Venezuela y en los medios diplomáticos del mundo, se creyó que esta ofensiva europea desataría una respuesta contundente por parte de los Estados Unidos, a fin de hacer cumplir la Doctrina Monroe. Por otro lado, estaba el hecho de que el Embajador norteamericano en Venezuela, Francis Loomis, había sido acusado de complotar o en última instancia, por aceptar las presiones de la New York and Bermúdez Company para conspirar contra el Gobierno venezolano, presunta razón por la cual posteriormente fue removido de su cargo y sustituido por Herbert W. Bowen en la Jefatura de la Legación estadounidense en Venezuela.

Esos dos antecedentes, aunados a las batallas en paralelo contra La Libertadora, probablemente contribuyeron a que el Presidente venezolano tomara la decisión de nombrar como negociador por la parte venezolana al Embajador norteamericano en Venezuela Bowen, cuando se determinó aceptar la mediación propuesta por los Estados Unidos de Norteamérica como la única forma de solucionar el conflicto. Pero, tanto con los resultados inmediatos de esa negociación como con los posteriores, se demostró que la política de esa Nación del Norte no incluía la alianza con los países latinoamericanos, sino muy por el contrario, tendía al establecimiento de asociaciones estratégicas con las otras potencias occidentales, tal como 80 años después quedaría firmemente demostrado con un incidente parecido, esa vez con la nación Argentina.

De esta forma, las potencias europeas y Estados Unidos lograron que una arruinada e inerme Venezuela, la del primer lustro del siglo XX, se responsabilizara en 1903 por la firma de los célebres Protocolos de Washington, documentos a los que ningún venezolano tuvo acceso antes de firmados y que contradecían específicamente casi todas las instrucciones giradas por el Presidente Castro, con toda la buena intención de arreglar el conflicto. Los Protocolos fueron acuerdos binacionales con cada una de las diez (10) naciones reclamantes de deudas vencidas, cuya negociación fue llevada a cabo conjuntamente por un representante del país reclamante y el representante de Venezuela.

Ahora bien, como ya se dijo y es ampliamente manejado en la historiografía sobre el tema, el representante designado por el Gobierno venezolano fue el señor Herbert Bowen, quien a pesar de tener instrucciones muy precisas sobre los términos en los cuales debía llevarse a cabo la negociación, emanadas directamente del Presidente de la República y transmitidas a través del Canciller del país que él iba a representar, hizo caso omiso de ellas y una vez que tuvo las credenciales del nombramiento en su poder, firmó unos tratados en condiciones verdaderamente indecentes para la República venezolana, con la excusa de que él y el Presidente de los Estados Unidos ya se habían comprometido con las potencias para negociar bajo esas condiciones netamente perjudiciales para el país y que, a esas alturas del proceso, ya no podían modificarse.

Los Protocolos tienen como característica más sobresaliente, la aceptación a priori por parte de Venezuela, de una responsabilidad civil por los daños causados a extranjeros y/o sus bienes, en ocasión de los intentos revolucionarios que sucedieron en el país, durante todo el tiempo que transcurrió entre el establecimiento de la Cuarta República y el final del Siglo XIX. Ahora bien, dicha condición viola todos los principios establecidos en la doctrina del Derecho Internacional Público, la cual señala que los Estados no pueden tener ninguna responsabilidad por daños causados por terceros en una acción en contra del Estado mismo. Además, hay un principio general del Derecho Internacional Privado que predica que ningún Estado puede privilegiar a los extranjeros por encima de los nacionales, en el caso de reclamaciones existentes de las cuales tenga que hacerse responsable, como le indicaba F. Arroyo Parejo en su comunicación sobre la doctrina jurídica en caso de deudas por pérdidas de guerra:

“La guerra civil constituye una causa de fuerza mayor, una calamidad cuyas deplorables consecuencias deben soportar por igual, nacionales y extranjeros; como a los primeros no les asiste derecho a reclamar por este género de perjuicios, sería injusto y más que injusto, odioso, acordarlo a los segundos, pues ello equivaldría a crearles dentro del Estado un fuero privilegiado.”.

Pero ya se evidenciará en los documentos mostrados en este estudio, que ese era sólo uno de los problemas jurídicos de la firma de los Tratados. El mayor de los problemas no era siquiera doctrinal. La deuda reclamada en su mayor parte era sencillamente inexistente, ya que no constaban pruebas que la demostraran y en muy buena parte, las reclamaciones eran inviables, ya que los reclamantes no tenían derecho a ella, ya fuera porque no eran extranjeros (y se suponía que los Tratados reclamaban las deudas con nacionales de los países agresores o reclamantes) o porque los documentos probatorios de ella simplemente habían sido forjados.

La segunda característica sobresaliente de la negociación fue la creación de unas comisiones mixtas que estarían encargadas de negociar condiciones del pago de las deudas. Con una mirada desprevenida, podría parecer que la creación de la comisiones mixtas es usual en las negociaciones diplomáticas; sin embargo, es de hacer notar que las comisiones mixtas normalmente se conforman en función de empezar las negociaciones, que culminan con la firma de contratos bilaterales o multilaterales, en los cuales las Naciones logran tratos, en que resultan beneficiadas ambas partes. Hemos encontrado documentación que demuestra que la instalación de dichas comisiones fue una simple formalidad en la negociación, porque el argumento jurídico que privó en todos las sentencias fue la aceptación a priori, por parte de Venezuela, de la responsabilidad por la deuda, tal como reza el texto de los citados Protocolos de Washington. 

Las Comisiones Mixtas de 1903 estaban conformadas por un representante venezolano, uno de la Nación reclamante y un tercero en discordia que las presidía, que en la mayoría de los casos era un juez de los tribunales de la nación norteamericana. Hay suficientes documentos probatorios de que, aún cuando los comisionados venezolanos demostraron la inexistencia de la deuda o la inviabilidad de las reclamaciones o del cobro de intereses capitalizados o anatocismo, los terceros en discordia siempre asignaron a las potencias reclamantes, su parte del botín extraído o por extraer de esta arruinada y vulnerable nación caribeña, basados en la firma del Protocolo correspondiente. Pero es que hasta el cronograma de funcionamiento de las llamadas Comisiones Mixtas fue alterado, para beneficiar de una manera grosera las posibilidades de los reclamantes de obtener un trato privilegiado. Es así como en la argumentación final de varios de los dictámenes de los terceros en disputa, encontramos que los Jueces aceptaban la reclamación con base en lo estipulado en el Protocolo, pero en vista de la falta absoluta de pruebas o de la contundencia de las pruebas contrarias, determinaban reducir el monto a pagar, en vez de dictaminar la ventaja para la Nación suramericana.

La tercera característica evidente de los Protocolos de Washington es que se privilegia, en contra de la opinión expresa del Presidente del Gobierno venezolano, el pago de unas Naciones sobre otras, a fin de que no se repartiera equitativamente entre todos los reclamantes, en el caso de las reclamaciones justas, sino que hubiera una orden de jerarquía de privilegios, que fue al final, lo único que decidió la Corte Internacional de la Haya en este caso.

En la bibliografía revisada, hemos encontrado referencia de algunos de los documentos que aquí citamos, los cuales han sido consultados en archivos tan diversos como el Archivo Histórico de Miraflores y el Archivo del Congreso de los Estados Unidos; pero es nuestro interés fundamental poder sacar a la luz pública que en el Archivo Histórico de la Cancillería venezolana reposa una serie de documentos, hasta ahora poco consultados y por supuesto inéditos, que incluye cartas, notas diplomáticas, instrucciones confidenciales, cables codificados con sus claves de decodificación y las credenciales otorgadas, que constituyen la historia del bloqueo a las costas de nuestra Nación en 1903 y sobre todo de las negociaciones para la firma de los Protocolos de Washington. Existe además un itinerario detallado de todas las presentaciones de las reclamaciones y del vaciado de pruebas a favor y pruebas contrarias en las comisiones mixtas por ambas partes y finalmente, los dictámenes argumentados de los terceros en disputa. Todos estos disponibles en Dirección de Archivos, Bibliotecas y Divulgación del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores

Con el presente ensayo se presenta a la consideración de los estudiosos, la posibilidad de revisión de esta documentación, de la cual esta es solo una selección y al propio tiempo, un análisis de esa escogida serie documental, que pretende constituirse en un aporte al estudio de las fuentes conocidas sobre el tema, ya que aunque el episodio del Bloqueo a las costas ha sido abundantemente tratado en la historiografía venezolana, no hemos encontrado abundancia bibliográfica sobre los Protocolos de Washington y mucho menos, los intríngulis del desarrollo de las Comisiones Mixtas.

En este espíritu, presentaremos la documentación en la que se evidencia que las negociaciones con la Gran Bretaña e Italia no tuvieron el mismo tenor que con Alemania. Mientras los terceros en disputa de las Comisiones Mixtas de las primeras dos potencias argumentaron sus dictámenes en contra de Venezuela, aún sin necesidad de pruebas que sustentaran las reclamaciones, en el caso alemán el árbitro estuvo dispuesto a oír las pruebas contrarias venezolanas, a pesar de que fueron las reclamaciones mejor sustentadas por vales verídicos firmados por personeros del Gobierno y confirmados por las autoridades venezolanas del momento de las negociaciones. En nuestro parecer, esto pudo haber sido el producto de un pulso por el poder entre el incipiente imperio norteamericano y el viejo imperio Germano, el cual comenzaba a perfilarse perdedor en la geopolítica mundial, tal y como quedaría demostrado en el cruento enfrentamiento que representó la I Guerra Mundial, en la que intervendría la nación norteamericana para posesionarse como uno de los polos de poder más importantes del mundo desde ese momento.

Venezuela había pasado los primeras tres décadas del siglo XIX en la Guerra de Independencia y la deuda que ella había acarreado podía de por si, considerarse la responsable del nacimiento de una Nación con unos endeudamientos considerablemente altos. Es importante recalcar lo ya establecido primero por Manuel Rodríguez Campos en su obra “Venezuela 1902: la crisis fiscal y el bloqueo”, en el sentido de que aunque el primer planteamiento de negociación para el establecimiento de la alícuota de los compromisos de Colombia era calculada según la cantidad de sus habitantes, convenientemente para la Nueva Granada, el cálculo final se hizo beneficiándola. Así, a la Nación hermana le tocó pagar un poco menos del dos por ciento con que arrancaron las negociaciones inicialmente, lo cual abultaba la deuda para Venezuela y Ecuador, en cifras que en moneda en efectivo significaba una cantidad considerablemente más alta que la planteada en principio e injustamente abultadas.

El mayor acreedor de nuestra deuda pública externa era Londres, que además de ser el mercado financiero más importante de la época, al mismo tiempo había sido el mayor contendiente geopolítico de España, lo que garantizó en su momento, que dichos recursos fluyeran con cierta celeridad, aún cuando sus costos fueran sumamente altos. Pero en 1872 se creó además “la deuda diplomática”, que comprometía a la Nación a pagar por “las convenciones, arreglos y notas” y que ganaba el tres por ciento y se pagaba con “…el 13 por 100 de cuarenta unidades de la renta aduanera.” Se emitieron bonos al portador con el fin de liquidar las acreencias reconocidas a España, Alemania y Francia.

Pero tan solo unos años después de acabada la Guerra de Independencia, Venezuela se enfrascó en la Guerra Federal, lo que sumió al país en un clima de permanente desorden y violencia, que durante lo que restó del siglo XIX truncó las posibilidades de crecimiento económico, porque no dejaba que el negocio de la tierra se desarrollara hasta el punto que permitiera que los ingresos fiscales derivados de las exportaciones agrícolas crecieran en magnitudes significativas. Ello daba como resultado que la potencialidad financiera de la Nación fuera mínima, reduciendo cada vez más las posibilidades de los siguientes gobiernos para satisfacer las deudas que se acumulaban en cantidades ingentes. Además, según Rodríguez Campos, a lo largo de todo el siglo, la deuda pública externa se elevó exponencialmente con los múltiples empréstitos contratados por los gobiernos venezolanos con los banqueros ingleses y alemanes, que eran en realidad cambio de papeles por otros de mayor cuantía cada vez, emitidos en favor de los prestamistas, que al final llegaron a quedarse con todo el dinero que nominalmente estaban prestando, lo que permitía que los gobernantes de turno y los intermediarios en esas negociaciones, se enriquecieran de manera exorbitante y descarada a costa del Estado venezolano. El clímax de esa situación se puede ver con el empréstito de 1896, que nominalmente pagaba entre otras cosas, el costo de los vapores de guerra “Crespo” y “Zamora”, comprados en Londres y que solo seis años después, dentro de las acciones del Bloqueo de 1902, serían tomados y destazados por la marina real británica, logrando con ello garantizar por adelantado el pago de lo que ellos mismos destruirían posteriormente.

Aunado a esto, existía un conjunto de reclamaciones hechas por extranjeros residentes en el país, contra la Nación venezolana, que en su mayoría habían acudido a los Tribunales de la Nación, los cuales ya habían dictado sentencia firme sobre los casos presentados, con las pruebas presentadas por los reclamantes y con las contrapruebas presentadas por el Estado. O deudas como la del Cable Francés o el Ferrocarril Alemán, que a pesar de ser empresas venezolanas, porque prestaban servicios en Venezuela y se les pagaba aquí, en moneda nacional y por tanto, todas sus transacciones debían regirse por las leyes nacionales, pretendían cobrar sus deudas a la Nación como si fueran empresas extranjeras, a través de las legaciones extranjeras en el país.

Por último, que no por dejarlo en este lugar significa que fuera menos importante, estaba el caso de la concesión maderera, con exención de pago de impuestos, en tierras del Estado Bermúdez, actual Estado Sucre. Esta concesión, que fue dada por el Gobierno del Presidente Antonio Guzmán Blanco en el año 1884 a Horace R. Hamilton y a George A. Phillips para la exploración y explotación de “recursos naturales”, fue traspasada sin autorización venezolana, en cuanto se descubrió que ella estaba ubicada en las inmediaciones de lo que fue la más grande laguna de asfalto del Continente, a la New York and Bermúdez Company, empresa creada had hoc para esta explotación. El Gobierno del Presidente Cipriano Castro inició las acciones legales en los Tribunales venezolanos, para llevar a cabo la conculcación de la concesión, lo que causó una profunda crisis entre el Gobierno y el poderoso Trust del Asfalto, que ejercía una influencia determinante en el Gobierno de los Estados Unidos, a través del lobby que lo representaba.

Es de hacer notar que a la llegada de Castro al poder en 1899, Venezuela no tenía crédito. Además se sucedieron una serie de escaramuzas llamadas en conjunto la Revolución Libertadora, que pese al financiamiento extranjero, fue combatida con éxito por las fuerzas del Gobierno Nacional, por supuesto a costa de la cesación de los pagos de la deuda nacional, cuya existencia o cuantía Castro nunca se imaginó antes de su entrada victoriosa a Caracas.

Las deudas vencidas que pudo haber tenido Venezuela con algunos países europeos se constituyeron en la justificación perfecta para llevar a cabo las acciones que desembocaron en el Bloqueo a las Costas de Venezuela. Pero a los ojos del análisis histórico se hace evidente que las potencias europeas estaban más interesadas en medir fuerzas con los Estados Unidos de Norteamérica y su recién editada Doctrina Monroe, que en cobrar unas cuantas libras esterlinas a un pequeño país que no tenía cómo defenderse del ataque de las más grandes potencias bélicas de la humanidad. Y esto sucedía porque la Doctrina Monroe los compelía a mantener su expansionismo al margen de los territorios americanos, porque ya los norteamericanos habían decidido, a través de adopción de la doctrina del Destino Manifiesto, que serían ellos los se harían cargo de los negocios del Hemisferio. A la vez, los Estados Unidos pretendían que sus intereses económicos dentro del territorio de la nación caribeña estuvieran salvaguardados y considerados prioritarios por los gobiernos nacionales. Por estas razones había que acabar con el experimento nacionalista que se estaba intentando en los albores del siglo XX venezolano y la presión económica aunada a las acciones bélicas fueron el primer intento.

De esta forma, sin aviso y definitivamente muy a pesar de la decidida y firme protesta del Gobierno venezolano, la flota británica (que tenía al menos dos siglos destruyendo las escuadras más poderosas del planeta ) y la alemana, usando como justificación la deuda diplomática, secuestraron la sorprendida flota venezolana , que inerme ante el gigante era parcialmente destruida a fin de llevar a cabo primero el bloqueo de las costas, después el desembarco por el Zulia y por último, el bombardeo a Puerto Cabello.

El día anterior al inicio del Bloqueo, lunes 8 de diciembre de 1902, los Embajadores alemán y británico en Venezuela mandaban a la casa del Canciller venezolano una comunicación en la que explicaban que a partir de ese momento dejaban la Legación correspondiente en manos del Embajador norteamericano, porque ellos, cada uno por su lado, pero con comunicaciones idénticas, partían hacia sendos buques de sus escuadras nacionales, que ya en ese momento estaban anclados en La Guaira. Paralelamente a esa comunicación, el Embajador norteamericano pedía permiso al Gobierno venezolano para encargarse de los asuntos de esas Legaciones. El día martes 9, cuando empezaba el Bloqueo, se hizo evidente la sorpresa del Canciller venezolano, con la nota enviada al Embajador norteamericano, en la que hacía expreso su desagrado por las noticias que recibía cablegráficamente el alto Gobierno desde los puertos venezolanos, a través de los que se conocía la llegada de buques de guerra de las potencias europeas y la toma de los buques de la armada venezolana, sin haber enviado una declaratoria de hostilidades.

El Presidente Castro lanzaba la famosa proclama y tomaba algunas medidas políticas, entre las cuales se contaban el apresamiento y traslado de ciudadanos procedentes de las potencias agresoras a las costas de La Guaira y Puerto Cabello, así como la liberación de todos los presos políticos que podían ser de utilidad bélica al momento de un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con los extranjeros que desembarcaran. Pero ese mismo día, el Embajador Bowen convenció al Presidente Castro de soltar a los prisioneros europeos y acceder a un arreglo arbitral con las potencias extranjeras. Así, paralelamente el Gobierno venezolano solicitaba formalmente los buenos oficios del Gobierno norteamericano, a fin de que sirviera como representante por Venezuela en la solución arbitrada del conflicto que se estaba planteando. El Gobierno venezolano se dejó recomendar por el Embajador Bowen incluso sobre la forma de redactar las solicitudes de apoyo al Gobierno norteamericano, contando con que ellos intervendrían para hacer cumplir la Doctrina Monroe; inclusive hay una comunicación del 12 de diciembre, del encargado de la Legación de Venezuela en Estados Unidos de Norteamérica, en la que señalaba que había una disposición generalizada en la prensa de ese país, tendiente a reclamar a su Gobierno que interviniera en el conflicto de las potencias europeas contra Venezuela, para evitar que se apoderaran de territorio americano. La citada Doctrina Monroe, que hasta ese entonces nunca había sido aplicada, podía ser puesta a prueba en ese momento.

Pero los Estados Unidos, que no estaban dispuestos a entablar disputas con las potencias europeas, entre otras cosas porque todavía en ese entonces no tenían la supremacía militar, aceptó la misión como representante venezolano en las negociaciones para la firma de lo que posteriormente se llamarían los Protocolos de Washington, tal como se evidencia en el documento 5. Esta fecha, contrasta con la “Carta de las Fuerzas Vivas de Caracas proponiendo a Cipriano Castro la mediación del Embajador norteamericano ante las Potencias bloqueadoras de 1902” que tiene fecha 16 de diciembre; y no será sino hasta el 18 de diciembre cuando sea emitida por el Gobierno venezolano la credencial que autoriza a Bowen para fungir de intermediario en las negociaciones , aún cuando ya el 11 de diciembre hubo una nota verbal del Canciller venezolano en la que el Gobierno solicita a Bowen que proponga a los Gobiernos de las potencias agresoras el sometimiento a una decisión arbitral , lo que de hecho lo calificaba ya en ese momento, como negociador por parte de Venezuela.

Después de la credencial de Bowen encontramos en nuestro Archivo un copiador que esboza las condiciones en las que Castro sugiere de su puño y letra se lleve a cabo la negociación para el pago de la deuda. Una de las cosas notables es que la cantidad final de la deuda que reclamaban las naciones agresoras es con muy poca diferencia, la misma cantidad que posteriormente es efectivamente negociada en los Protocolos de Washington. Sin embargo, lo que varía sustancialmente es la forma de pago que se estableció en la formulación final de los documentos negociados. Mientras que Castro pensó en la creación de una nueva deuda pública para la que se asignaría el 13% de la recaudación de las aduanas, tal como lo contemplaban las Leyes vigentes en ese momento y tal como se había venido haciendo durante todo el siglo anterior con todos los gobiernos pasados, lo que se suscribió fue una negociación totalmente diferente. Esa es la razón por la cual después de la firma de los Protocolos de Washington, Castro se quejó amargamente de haber sido traicionado y de haber sido desoído en sus órdenes, en relación a la negociación para el pago de la deuda. Castro supuso que Bowen lograría lo que él no había logrado desde que tomó posesión de la Presidencia de Venezuela: la contratación de un nuevo empréstito para la República, que no se había podido conseguir, debido a la situación de insolvencia que presentaba el país a raíz del altísimo costo de la Guerra Federal.

En Memorandum del 19 de diciembre, día siguiente a la emisión de la credencial que autorizaba a Bowen como representante venezolano para las negociaciones del conflicto, el Canciller Rafael López Baralt explica detalladamente las condiciones en las que el Gobierno venezolano recomienda que se negocie. Las sumas reclamadas, las comisiones mixtas, la manera de pago y otros temas considerados de importancia, fueron listados en este memo, que debía fungir de guía de negociación. Es de hacer notar que las sumas reclamadas, que por demás coinciden con el arreglo final que se firmó en los Protocolos de Washington, son una cantidad ínfima con relación a la deuda externa venezolana total para el momento, porque la negociación incluyó únicamente la llamada deuda diplomática, que consistía en las reclamaciones hechas por los extranjeros radicados en el país y las empresas de extranjeros que trataban de cobrar las cantidades que les adeudaba la Nación como si fueran en sí mismas extranjeras, tales como el Gran Ferrocarril y el Cable Francés. Esto se deduce de las cantidades que encontramos en el estudio de la situación fiscal de Venezuela de Rodríguez Campos, en el que la suma de la deuda pública externa asciende a más de doscientos millones de bolívares de la época, lo que contrasta con la negociación firmada en los Protocolos de Washington, que fue por escasos cuatro millones y medio de bolívares.

El próximo documento de interés que encontramos es un memo, también del Canciller venezolano al Ministro Bowen, en que el Gobierno venezolano requiere a su representante en las negociaciones para la firma de los Protocolos de Washington, que lleve al arbitraje nuestros reclamos por los daños ocasionados por el bloqueo y el bombardeo a las costas de Puerto Cabello. El memo, que requería el reclamo solo por los daños materiales causados y no por el lucro cesante durante las hostilidades fue ignorada por completo, tanto por el norteamericano, como por los representantes de las potencias europeas, conclusión que se deduce de los textos de los Protocolos, en los cuales no solo no se nombra indemnización alguna para Venezuela, sino que uno de los artículos que se firmó decía expresamente que el país se comprometía a no reclamar nada por las pérdidas sufridas a raíz del bloqueo.

Ahora bien, la presente investigación nos ha permitido localizar tres documentos, que evidencian el germen de la ignominia cometida contra Venezuela, durante el Bloqueo y bombardeo a las costas y durante la negociación para la firma del arbitraje que decidiría la controversia. El primero de ellos es un telegrama , en el cual el Ministro Bowen se permite tratar al Presidente de Venezuela como si fuera un subalterno, no solo del Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, sino inclusive de él mismo, dándole órdenes sobre cuáles eran las palabras exactas que debían utilizarse en las comunicaciones oficiales sobre las negociaciones para el arbitrio. Era de esperarse que el Presidente Castro tuviera sus dudas con respecto al desempeño del Tribunal de La Haya, debido a que tan solo tres años antes habían resuelto el caso del Esequibo contra Venezuela, aún cuando nos asistían todos los argumentos del Derecho Público Internacional. Sin embargo, el Ministro Bowen, sin respeto alguno por las convenciones jerárquicas, se refiere en forma altisonante a las objeciones que el Presidente Castro habría hecho al arreglo en La Haya, cuando dice “Me parece que han hablado mucho referente a dicho tribunal, y que mi Presidente no quisiera creer que no tiene confianza en ese respetable tribunal.” Y más adelante, en el mismo texto, dice, como corolario de una orden: “Ahora si más tarde pregunta mi Gobierno, si Ud. acepta el Tribunal de La Haya U. puede contestar poniendo entonces condiciones.” 

El segundo de los documentos referidos es una nota manuscrita del Ministro Bowen del 28 de febrero de 1903, en la que tácitamente expresa que no va a hacer caso de las instrucciones específicas que recibió del Gobierno venezolano y explícitamente que ya tiene firmados algunos de los acuerdos, en los que por supuesto las condiciones no obedecen a las instrucciones del Gobierno venezolano y establecen unas condiciones leoninas para la Patria de Bolívar, que incluyen cláusulas ignominiosas tales como que:

1. Venezuela reconocía a priori la responsabilidad de unas deudas que se enunciaban pero no se especificaban ni probaban.
2. Se apartaría el 30% del ingreso mensual de las dos mayores aduanas nacionales para depositar en las oficinas que representaban los intereses de la banca europea en el país.
3. Dichas oficinas de Aduanas estarían manejadas por funcionarios extranjeros, a fin de garantizar que el primer artículo se cumpliera a cabalidad.
4. Venezuela recibiría de vuelta sus buques de guerra, en el estado en que estuvieran, aún fuera hundidos, sin hacer reclamación alguna por daños. 

Creemos que es en ese momento cuando Bowen rompe abiertamente con las instrucciones que había recibido del Gobierno venezolano, demostrando así que en la política del país del Norte no contemplaba solidarizarse con los países suramericanos, sino todo lo contrario. En este sentido es importante destacar un telegrama del representante británico a su Secretario de Asuntos Extranjeros, en el que se planteaba como disyuntiva histórica para ese país escoger entre la amistad de la Nación alemana o las buenas relaciones con la Nación del Norte de América y que la segunda era la escogencia más apropiada . La historia demuestra claramente cuál fue la decisión tomada en ese momento por la Gran Bretaña.

Si bien es necesario que tanto los investigadores como el público en general conozcan que en el Archivo Histórico de nuestra Cancillería reposa la parte venezolana de los documentos que fueron la base de las negociaciones para la firma de los Protocolos de Washington, con el mismo fin es importante conocer la publicaciones que hizo la Fundación para el Rescate del Acervo Documental Venezolano (FUNRES), de una cantidad importante de los documentos custodiados por los archivos diplomáticos de otras cancillerías, útiles para el estudio del proceso de negociaciones que entre las Potencias europeas y el representante venezolano se llevó a cabo. Es así como se sabe que entre el 12 de diciembre de 1902, fecha de un telegrama de Sir Monson a Lord Lansdowne, Secretario de Asuntos Exteriores británico, en el que se evidencia que el Presidente Castro está dispuesto a negociar el levantamiento del Bloqueo a partir de la aceptación del arbitraje y el 13 de febrero de 1903, fecha de un telegrama de Sir M. Herbert, Ministro Plenipotenciario de Gran Bretaña en Venezuela a Lord Lansdowne, en el que informa que los Protocolos con las potencias agresoras fueron signados esa noche, se recogen 110 telegramas británicos que informan sobre los intríngulis de la negociación para la firma de dichos Protocolos. 

En materia de política internacional, Venezuela había sufrido varios reveses en el siglo que culminaba. Tan solo en el año 1899, se había firmado el Laudo de París, que otorgaba el territorio del Esequibo venezolano, que constituía más de una décima parte del total del mapa venezolano, a la Gran Bretaña. El Laudo de París fue posteriormente considerado un arbitraje viciado de nulidad por diversas razones jurídicas, entre las cuales sobresalían el no haber contado con un representante venezolano y la más importante, obviar en su decisión el Principio del Derecho Internacional Público Americano “Iutis Posidetis Iuris”, por el cual el territorio de la Venezuela moderna lo constituía el territorio que había sido el dispuesto para la Capitanía General por la corona española. Pero en el momento de su firma y en los tiempos inmediatamente posteriores, el laudo fue acatado sin protesto, convirtiéndose en un revés de la política internacional de la Nación y en una demostración del comportamiento de las potencias occidentales, tanto europea como norteamericana, con respecto a los países que después pasarían a llamarse del Tercer Mundo.

Con los Protocolos de Washington, la Nación venezolana sería esquilmada de la manera más grosera; con la firma que comprometía la aceptación, por parte del país, de unas condiciones injustas y humillantes de negociación, que violaban abiertamente las leyes de la República, se obligaba al país, por una parte a responsabilizarse por hechos sobrevenidos, que son causas extrañas no imputables a la responsabilidad del mismo Gobierno; y por otra parte, a aceptar incondicionalmente las reclamaciones por deudas ilegítimas con acreedores, que en la mayoría de los casos, carecían totalmente de pruebas.

Como ejemplo de ello encontramos una carta dirigida por Sir A. Rood a Lord Lansdowne sobre una conversación sostenida con el Ministro de Relaciones Exteriores de Italia, en la que es evidente que la mayoría de las reclamaciones italianas son sencillamente inventadas.

“Esta era la oportunidad de dar una lección a estos degenerados estados que tuviera un efecto saludable y permanente. Personalmente hubiera estado contento si Italia pudiera haber ayudado a establecer un precedente que pudiera utilizarse contra futuros intentos de insubordinación de las Repúblicas Suramericanas de tomar protección bajo el amparo de la Doctrina Monroe, (…) Expliqué, confidencialmente, a su Excelencia que la acción que estábamos actualmente tomando era, entendía, no tanto una reivindicativa de viejos reclamos y daños, sino era más bien debida a específicos atropellos recientes a embarcaciones británicas y súbditos británicos, por los cuales Venezuela había rehusado pagar indemnización. El admitió que Italia no tiene tales reclamos, aún cuando, si fuera necesario, había un caso que pudiera servir de pretexto para una acción inmediata. Porque parece que a ciertos súbditos italianos quienes tenían la concesión de una vieja mina se les ha disparado recientemente y han sido heridos. Las verdaderas razones para desear unirse a las medidas coercitivas eran un cierto número de reclamos, relativamente pequeños comparados con los nuestros, pero los cuales ellos estaban ansiosos de mantener con una demostración de fuerza proporcional a su importancia.” 

En las líneas anteriores se hace evidente que la verdadera intención de toda esta demostración inusual e innecesaria de fuerza militar no era tanto el cobro de acreencias que ya habían sido pagadas varias veces (por la manera como fueron negociados los empréstitos) o sencillamente no existían; se trataba por un lado de realizar un pulso de fuerzas entre las viejas potencias europeas y los Estados Unidos de Norteamérica, que nacía en ese entonces como tal; y por el otro, hacer una demostración de superioridad, en la que quedaba en evidencia que aunque habían perdido buena parte de su poder político sobre sus colonias, las potencias europeas seguían teniendo la supremacía militar con la que amenazaban a cualquier país recién creado, de ser invadido y tomado por la fuerza, si no eran atendidas sus reclamaciones con la urgencia que a los poderosos se les debía.

Los primeros Protocolos en firmarse fueron los de Alemania, Gran Bretaña e Italia, países agresores en el Bloqueo a las costas venezolanas, que fueron firmados el 13 de febrero de 1903. Los tres tenían como primer artículo el reconocimiento incondicional de las reclamaciones, sin poner reparo alguno en los montos originalmente reclamados.

“Art. 3º El Gobierno de Venezuela reconoce, acepta y pagará el importe de las reclamaciones italianas de primera clase, derivadas de las revoluciones de 1898-1900, montantes a 2.810.255 (dos millones ochocientos diez mil doscientos cincuenta y cinco) bolívares.

Se conviene expresamente en que el pago de la totalidad de las mencionadas reclamaciones italianas, de primera clase, se efectuará sin que dichas reclamaciones o la referida suma sean sometidas a la Comisión Mixta y sin ninguna revisión u objeción.” 

Este artículo era especialmente peligroso para los intereses de la Nación, por el posible establecimiento de una jurisprudencia internacional en la que una Nación soberana reconocía a priori, antes de conocerlas, cualquier deuda, sin necesidad de presentarse prueba alguna, a fin de que le fueran levantadas las medidas de fuerza bélica aplicadas por potencias de denotada superioridad militar. Además reconocía la responsabilidad de Venezuela sobre acciones que sus connacionales o extranjeros pudieran haber llevado a cabo para derrocar el Gobierno de turno. Ahora bien, según la Doctrina Jurídica Internacional, ningún Gobierno puede ser responsabilizado por daños causados a la propiedad de sus residentes, nacionales o extranjeros, por los intentos que haya habido para establecer un gobierno de facto. Pero además, en el caso de reconocer las reclamaciones de los extranjeros como legítimas, se estaría causando un daño a los nacionales del país, ya que se estarían discriminando los intereses de los nacionales, poniéndolos por debajo de los intereses de los extranjeros en el país. Ya seguiremos abundando sobre este tema, después de la breve descripción que sigue sobre los Acuerdos.

El orden en que se publicaron los Acuerdos en la Gaceta Oficial es como sigue: primero fue un acuerdo firmado entre dos partes: Herbert W. Bowen, por Venezuela y el Barón Speck von Sternburg por Alemania. Establecía que la deuda con los súbditos alemanes era de algo más de un millón setecientos mil bolívares de la época y la forma cómo se pagaría sería cancelando inmediatamente en efectivo la cantidad de 5.500 libras y lo demás en abonos mensuales a partir del 15 de marzo, que podían ser cobrados, en última instancia, con las entradas de las Aduanas de La Guaira y Puerto Cabello, a lo largo de un plazo máximo de cinco años. Pero lo más importante, a nuestro parecer, es que para las deudas que no se especifican, que podrían ser por cualquier causa y por cualquier monto y que automáticamente ya se tenían reconocidas en el Artículo 1, serían llevadas a una Comisión Mixta, que solamente debería decidir cuál era el monto por el cual se indemnizaría a los reclamantes y no la justicia de esas reclamaciones. El segundo acuerdo fue firmado entre: Herbert W. Bowen, por Venezuela y Michel H. Herbert, por la Gran Bretaña. El texto firmado era básicamente el mismo que el del acuerdo con Alemania, con la diferencia de cantidades para la deuda, que en el caso de Gran Bretaña era de sólo cinco mil quinientas libras esterlinas. El tercer acuerdo se firmó entre Herbert W. Bowen, por Venezuela y E. Mayor Des Planches, por Italia. En este caso, como en el anterior, la diferencia fundamental era la cantidad de la reclamación inicial, que era algo más de dos millones ochocientos mil bolívares de la época. La diferencia fundamental con los demás tratados es el compromiso de Venezuela de renovar automáticamente el Tratado de Amistad y Comercio con Italia, aún después de sufrir la humillación de que estaba siendo víctima.

En cada uno de los Protocolos se constituiría una Comisión Mixta por cada país, que se establecerían inmediatamente después de la firma de los tratados iniciales, conformadas las comisiones por un representante venezolano y uno de cada país firmante, que tratarían de llegar a acuerdos definitivos; adicionalmente se nombraría un Presidente de la Comisión, para que en el caso de que no se llegara a ningún acuerdo sobre una reclamación específica, el super-árbitro o presidente fungiera como tercero en discordia y emitiera un dictamen, que en todos los casos, sería irrevocable.

Se puede decir que uno de los puntos más controvertidos de los tres tratados es que, en abierta contradicción con las instrucciones giradas por el Gobierno venezolano a Bowen , no solo no se presentó a la mesa de negociación alguna reclamación venezolana por los daños sufridos por el Bloqueo o por otras circunstancias anteriores que hubieran implicado pérdidas económicas para la Nación y que ameritasen una negociación. Al contrario, los tres Acuerdos contemplan un artículo que específicamente estipula que el Gobierno de Venezuela se comprometía a dejar libre de reclamación o demanda de ninguna especie a los Gobiernos agresores, por cualquier daño que hubiera podido causar el bloqueo o sus consecuencias. Es más, en uno de los últimos artículos de los tres Tratados dice que los Gobiernos agresores entregarán los barcos de guerra tomados a Venezuela durante el Bloqueo, en el estado en que se encuentren y esta no podrá reclamar nada por sus perjuicios, ni en ese momento ni en el futuro; esto aún cuando algunos de los barcos tomados fueron hundidos, es decir, los Gobiernos agresores entregarían los restos de las naves de guerra nacionales en el fondo del mar.

“El Gobierno de Venezuela se compromete por este instrumento y garantiza que el Gobierno Italiano quedará totalmente exento y libre de cualquiera reclamación o demanda de cualquiera especie que sean intentadas, ya por ciudadanos o Corporaciones de Venezuela, ya por ciudadanos o Corporaciones de otros Países, por motivo de la retención, apresamiento o destrucción de buques o de las mercaderías a bordo de éstos que puedan haber sido o ser retenidas, capturadas o destruidas a causa del bloqueo establecido y mantenido por las tres Potencias aliadas contra la República de Venezuela.” 

Pero hay otro punto que no debemos dejar de mencionar, que es la moneda en que los Protocolos comprometían a Venezuela a pagar la llamada Deuda Diplomática. Mientras que la supuesta deuda se había generado en bolívares, porque supuestamente todos los afectados habían perdido los bienes reclamados en Venezuela y por lo tanto en la moneda de curso legal en la Nación suramericana, el país se había comprometido a satisfacer los reclamos en monedas extranjeras, dependiendo del país que reclamara. Así, Venezuela debía pagar en libras esterlinas, en dólares, en oro o en la moneda que se establecía en el Protocolo, multiplicando el daño en las arcas de la Nación, que además perdía en el cambio de la moneda, con cada erogación que se hacía.

En una segunda tanda se firmaron los Protocolos con Estados Unidos el 17 de febrero de 1903, con México el 26 de febrero de 1903, con Francia el 27 de febrero de 1903, con los Países Bajos el 28 de febrero de 1903, con Bélgica el 7 de marzo de 1903, con Suecia y Noruega el 10 de marzo de 1903, con España el 2 de abril de 1903, que tenían un diferente tenor, ya que aunque comprometían a Venezuela igualmente que los anteriores, a responsabilizarse por los compromisos supuestamente adquiridos en cualesquiera condiciones, no definían siquiera una cantidad reclamada, en virtud de que los reclamantes carecían absolutamente de pruebas y tenían que comenzar el proceso de búsqueda y consignación, a fin de saber a cuánto ascendían los montos reclamados.

Para las negociaciones a través de las Comisiones Mixtas, se establecía como fecha inicial el día 1ro. de junio de 1903, en la Ciudad de Caracas.

En último lugar se firma el Laudo Arbitral de La Haya, el 7 de mayo de 1903, en el cual se establece que debido a la iniciativa, los gastos y esfuerzos en que habían incurrido las potencias agresoras, las mismas tenían derecho preferencial al momento de la cobranza de sus reclamaciones. Es decir, las potencias que habían bloqueado tenían ventaja sobre las que no lo habían hecho al cobrar. Esto fue reclamado por Venezuela, ya que no se debía hacer preferencia con las potencias agresoras por encima de los acuerdos previos logrados con otros países de manera pacífica.
Tal como estipulaban los Protocolos de Washington, inmediatamente después de la firma de ellos, se conformaron las Comisiones Mixtas entre Venezuela y cada uno de los países agresores; así mismo, además se conformaron Comisiones Mixtas con cada uno de las naciones reclamantes de alguna deuda, para establecer los montos con que Venezuela tendría que satisfacer dichas reclamaciones.

De tal forma, había Comisiones Mixtas con: Alemania, Gran Bretaña e Italia como países agresores; y con Estados Unidos, México, España, Francia, Países Bajos, Bélgica, Suecia y Noruega y España como países reclamantes. Fueron conformadas, según estaba estipulado en la firma de los Tratados, de la siguiente manera: cada una de las Comisiones Mixtas tendría un Comisionado nombrado por el Presidente de Venezuela y uno por el máximo mandatario del país reclamante; además habría un Tercero en Discordia para cada una de las Comisiones Mixtas con Alemania, Gran Bretaña, Italia y Países Bajos que serían nombrados por el Presidente de los Estados Unidos; un Tercero en Discordia para las Comisiones Mixtas con Estados Unidos, Francia y Bélgica, que serían teóricamente nombrados por la Reina de los Países Bajos; un Tercero en Discordia para las Comisiones Mixtas con México y Suecia y Noruega que sería teóricamente nombrado por el Rey de España; y por último, un Tercero en Discordia para la Comisión Mixta con España, que sería teóricamente nombrado por el Presidente de México. Ahora bien, en la realidad resultó que todos los Terceros en Discordia fueron jueces norteamericanos, por lo que se deduce que fueron, si no nombrados, al menos recomendados por el Gobierno de Estados Unidos, que en la práctica era el que estaba más interesado en establecer, tanto ante las potencias europeas, como ante los países de Suramérica, su creciente hegemonía.

En el texto de los Tratados, se estipulaba con respecto a las Comisiones Mixtas, que las reclamaciones se presentarían “…dentro de treinta días contados desde la fecha de su primera reunión, a menos que los comisionados o el tercero en discordia prorroguen, en algún caso, por un término que no exceda de tres meses, el período concedido para presentar la reclamación.” Sin embargo, ya instaladas las Comisiones Mixtas se dio el caso de que los reclamantes no conseguían las pruebas en el tiempo que estaba estipulado para la presentación de ellas y solicitaban una prórroga en función de ello. El Comisionado extranjero pidió dicha prórroga en varios de los casos, siendo presentados argumentos contrarios por el Comisionado venezolano, con la razón de que las reclamaciones tenían una fecha última de presentación, en función de que la parte venezolana pudiera buscar y hallar los datos de dichas reclamaciones a tiempo para la argumentación. De lo contrario, si la fecha de presentación de las reclamaciones se posponía hasta el último día de las discusiones, Venezuela no tendría posibilidad de presentar argumentos contrarios, porque no tendría tiempo de ubicar las pruebas correspondientes. En este caso, como en los demás, nuestra Nación fue condenada a prescindir de su Derecho a la tutela judicial efectiva, que implica no tener oportunidad a la defensa, cuando el Tercero en Discordia decidió en todos los casos posibles, por la prórroga a la presentación de las pruebas por los reclamantes, hasta el último día posible de presentación.

El pago que determinaran las Comisiones Mixtas se efectuarían con los dineros apartados en las Aduanas de La Guaira y de Puerto Cabello a tal efecto y se atendrían en su orden a los Tratados firmados con posterioridad en La Haya, cuyo Tribunal Internacional decidió el orden en que serían efectuados dichos pagos, siendo beneficiados los países agresores, aún cuando en las instrucciones giradas a Bowen, el Presidente de la República de Venezuela había sugerido negociar de forma tal, que ningún país reclamante se viera preferido con respecto a otro de ellos .

Uno de los artículos firmados en los Protocolos establecía que las discusiones de las Comisiones Mixtas se desarrollarían en Caracas desde el principio hasta el final. Pero en la práctica lo que pasó fue que los Superárbitros estuvieron en la Capital de la Nación suramericana durante los actos de instalación de las Comisiones respectivas y casi al mismo tiempo salieron del país hacia los Estados Unidos de Norteamérica y todas las reclamaciones no solucionadas debieron ser remitidas, con sus respectivos expedientes completos, a las direcciones de cada uno de los jueces que decidirían el fin del conflicto, para que fueran estudiados y sancionados por ellos desde allá. Incluso los dictámenes finales y las firmas de los contratos finales que se establecían entre Venezuela y los países agresores y los reclamantes se concretaron en Washington, una vez que estuvieron listas las decisiones de los jueces de cada una de las causas, por lo que los Comisionados, tanto de los países extranjeros como de Venezuela, tuvieron que trasladarse al país norteamericano con ese fin.

En el momento del nombramiento de los Comisionados venezolanos para las Comisiones Mixtas y de la instalación de ellas, el Canciller venezolano había sido cambiado y el nuevo Ministro Alejandro Urbaneja giró instrucciones reservadas para cada uno de los comisionados venezolanos especialmente designados por el Gobierno para tal efecto. En las instrucciones a Pedro Azpúrua, árbitro por Venezuela en la Comisión Mixta venezolano-británica Urbaneja dejaba en claro que las condiciones de coacción y de engaño, por parte del Comisionado por Venezuela, en que fueron firmados los Protocolos y que enmarcaban las discusiones en las Comisiones Mixtas hacían que todo lo que allí se discutiera tuviera un carácter nulo en circunstancias normales; por este motivo solicitaba al árbitro que en lo posible tratara de vincular la situación política con la reclamación económica, a fin de que lograra que su “…exigua acción (…) no choque abiertamente con la justicia ni venga a favorecer con creces la idea coercitiva esencialmente contenida en las cláusulas del Protocolo.” Por otro lado, se extiende suficientemente en cuanto a la descripción de cada una de las deudas presentadas con anterioridad por la Legación británica al Gobierno venezolano y sus circunstancias, con la finalidad de que el Comisionado tenga suficientes argumentos para interponer en el momento de la discusión, por la cantidad a satisfacer.

Seguidamente, encontramos una nota al Ministro, en la que el Comisionado Azpúrua solicitaba información sobre una reclamación que nunca antes había sido hecha por el Gobierno Británico ni por particular alguno , con lo que se inicia la cadena de presentación de reclamaciones hechas por vez primera al Gobierno venezolano, por parte de los gobiernos agresores e inclusive por parte de los Gobiernos reclamantes que tomaron parte en la agresión. Es en ese momento que surge una primera situación irregular en las negociaciones de las Comisiones Mixtas, ya que el arreglo original había sido aceptado aún a pesar de su injusticia, con base en que las reclamaciones se presentarían al momento del inicio de las discusiones, entendiendo que eran las mismas reclamaciones ya presentadas, sobre las cuales Venezuela tenía los argumentos contrarios para demostrar la invalidez de la mayoría de las reclamaciones. Pero las naciones agresoras y las naciones reclamantes insistieron en que se prorrogaran los plazos de presentación de las pruebas de todas las reclamaciones hasta el último día posible, con lo cual Venezuela quedaba en un estado de indefensión jurídica , en los casos en que las pruebas se presentaran justamente el último día, ya que Venezuela no podía solicitar más prórroga para la presentación de sus argumentos en contra y tampoco podía tener idea de cuáles eran los reclamos que se presentarían, para tener listos los argumentos en contra el día que se dispusieran a discutir las reclamaciones.

El verdadero trasfondo del asunto se comprende verdaderamente cuando se leen documentos tales como una carta recibida por el Señor James Harris del Foreign Office, en la que se le responde lo siguiente, con base en su reclamación:

“En vista de la ausencia de pruebas definitivas sobre la complicidad del General Guzmán Blanco en los procedimientos legales los cuales privaron a su compañía de sus concesiones, el señor Haggard teme que hay poca o ninguna esperanza que el gobierno venezolano considere cualquier reclamo por compensaciones. Debo informar, sin embargo, que el señor Haggard ha sido instruido a reservarse el reclamo, con vistas a ser presentado ante cualquier comisión que pueda ser instituida con el propósito de ocuparse de los reclamos británicos contra Venezuela.” 

Ese no fue el único imprevisto que se presentó en estas discusiones. El segundo y de una importancia fundamental, a nuestro parecer, fue el que constituyó la inclusión de la discusión sobre los intereses de mora que según los Comisionados extranjeros, tendrían que devengar cada una de las deudas, desde el momento de la determinación del monto a pagar hasta el momento en que efectivamente se considerara saldada la deuda . Nuestros comisionados argumentaron en contra de la discusión sobre esos intereses, alegando en primer lugar que eso no formaba parte de ninguno de los Protocolos firmados. En segundo lugar, surgió la argumentación que tenía que ver con la ilegalidad del cobro de intereses sobre los intereses ya devengados y cobrados dentro de las cantidades reclamadas. Pero en tercer lugar, estaba el argumento más fuerte, que era el hecho de que desde el momento de la firma de los Protocolos de Washington, Venezuela había empezado a retirar de dos de las principales aduanas de la Nación, el 30% de los ingresos fiscales, cantidad que iba directamente a satisfacer el pago de la deuda completa; el hecho de que a unos acreedores se les pagara antes que a otros, no era culpa de Venezuela, que había tenido la disposición de que ninguno tuviera preponderancia con respecto a otro y que había sido obligada en el arbitrio de La Haya a aceptar que los países agresores tenían predominio con respecto a otros. En todo caso, no se podía aceptar que había mora que generara intereses por parte de Venezuela, que estaba pagando desde el mismo día de la firma de los Protocolos.

En el caso de la Comisión Mixta con Italia, se presenta una circunstancia especial. Las instrucciones giradas por el Ministro Urbaneja a Nicomedes Zuloaga, Comisionado venezolano para la Comisión venezolano-italiana, evidencian que el caso del Protocolo con Italia es especialmente un absurdo desde el punto de vista de la doctrina del derecho público internacional, ya que estableció que había un tipo de reclamaciones que serían pagaderas obligatoriamente por Venezuela sin ninguna revisión ni objeción alguna, sin necesidad de establecer la verdad de los efectos alegados, lo cual no tiene antecedente alguno en negociaciones de ningún tipo; pero además, cuando fueron presentadas las reclamaciones, se vio claramente cómo estas reclamaciones eran del todo exageradas e ilegales ; sin embargo, pese a todos los argumentos contrarios y a las argumentaciones evidentemente fundadas por parte de Venezuela, el Tercero en Discordia, como en todas las demás ocasiones, se inclinaba a favor de las reclamaciones italianas, aún cuando eran evidentemente injustas.

Otro de los problemas que se presentaron fue la discusión introducida por los Comisionados extranjeros sobre la pretendida obligación por parte del Gobierno venezolano de pagar los compromisos reclamados en monedas extranjeras. Es necesario aclarar que hay casos en los que Venezuela aceptaba a priori pagar en divisas, como por ejemplo el caso de los empréstitos concedidos por la banca internacional. Sin embargo, en los casos en que las reclamaciones eran presentadas por compañías que funcionaban en Venezuela como empresas venezolanas, aún siendo de dueños extranjeros, la Nación no tenía que ser compelida a pagar en moneda extranjera, porque era supuesto que la Empresa tenía que haber cobrado sus reclamaciones dentro de la República, porque eran empresas que funcionaban dentro del territorio de la Nación. Pero esa situación era más evidente en el caso de las personas naturales, que aún siendo extranjeros pero con residencia de algunos y en casos, de muchos años en el país y peor aún, de hijos de extranjeros que eran venezolanos por nacimiento o de extranjeros que por voluntad propia se habían convertido en venezolanos, estaban reclamando que las deudas les fueran pagadas en divisas, cuando sus supuestas o reales pérdidas se habían sucedido en bolívares y no en moneda extranjera.

Durante el proceso se conocieron otro tipo de reclamaciones ilegales planteadas por ciudadanos venezolanos que de alguna manera hallaron la forma de presentar sus reclamaciones tal como si ellos fueran extranjeros, a fin de obtener un dinero que de ninguna otra forma podrían haber reclamado, ya que estas negociaciones se estaban llevando a cabo como reclamaciones extranjeras. Varios de estos casos se encuentran documentados en nuestros archivos . Además encontramos en el Boletín del FUNRES una comunicación cuyo origen es el Despacho del Gobernador de Trinidad, en que se pide instrucciones al Secretario Lonsdowne sobre una solicitud de protección británica en relación con un rancho en territorio venezolano, cuyo propietario venezolano se asoció con súbditos británicos en una relación de 5.200 acciones del venezolano por 5.560 de los extranjeros a fin de poder hacer reclamaciones al Estado venezolano y recibir compensaciones económicas. El párrafo de la comunicación que nos interesa señala lo siguiente:

“7. Es obvio que esta propiedad fue convertida en una sociedad anónima británica para obtener la protección del gobierno británico. Este es un ejemplo el cual, si no ha sido seguido ya, pronto lo será, especialmente si el plan tiene éxito; de manera que, antes de mucho tiempo, la protección de Gran Bretaña será solicitada por la mitad de los propietarios de tierra en Venezuela.” 

Se puede decir que los Protocolos de Washington se convirtieron en el fundamento jurídico de una nueva hegemonía planetaria cuyo poder ha sido el más grande detentado por imperio alguno jamás conocido, no tanto por la redacción de los documentos como tal, cuanto por la significación que tuvo la circunstancia de la patraña que elaboró el Gobierno norteamericano, cuando al hacerse pasar como amigo de Venezuela por su condición de país neutral, consiguió que se le designara como árbitro por la parte venezolana, siendo que en la práctica tomó parte en el conflicto, no solo utilizando la circunstancia como antecedente político que le permitió tomar ventaja para convertirse al mediano plazo en el “hermano mayor de la humanidad”, sino además para formar parte integrante de las naciones reclamantes y obtener un trato preferencial en las negociaciones financieras llevadas a cabo a raíz de la agresión a las soberanía venezolana por parte de las potencias europeas.

A modo de conclusión de este ensayo es necesario contextualizar algunas cosas. Una vez llevada a cabo la emancipación de Suramérica, se hacía necesaria la unión de las antiguas colonias hispanas, a fin de que como hermanas discutieran acerca de los asuntos que les concernían en el plano internacional. Estos estaban directamente vinculados al afianzamiento de las conquistas alcanzadas a través de la guerra de independencia, a la defensa de sus intereses frente a las potencias que amenazaban con recuperar sus dominios perdidos en el Nuevo Continente, a robustecer la amistad entre los nuevos Estados y a fundamentar sobre sólidos principios la posesión del territorio y las relaciones internacionales. En su comunicación oficial del 7 de diciembre de 1824, conocida históricamente como Convocatoria del Congreso de Panamá (que refrendaba como ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores José Faustino Sánchez Carrión), Simón Bolívar invitaba a aquellos Gobiernos a enviar sus plenipotenciarios a la ciudad de Panamá, a fin de que reunidos con los que enviaría el Perú, procediesen a iniciar las deliberaciones del Congreso General Anfictiónico. Entre otros conceptos, se expresa así Bolívar:

«...Parece que si el mundo hubiese de elegir su capital, el Istmo de Panamá sería señalado para este augusto destino, colocado, como está en el centro del globo (...) El día que nuestros plenipotenciarios hagan el canje de sus poderes, se fijará en la historia diplomática de América una época inmortal. Cuando después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro derecho público y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En él encontrarán el plan de nuestras primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones con el universo.». 

El Libertador había previsto la celebración de un congreso anfictiónico, es decir, formado por naciones de un mismo origen, idioma y cultura. Pero el Gobierno de Colombia, a la cabeza del cual se hallaba Francisco de Paula Santander como Vicepresidente encargado del Poder Ejecutivo, decidió invitar también (coincidiendo en esto con los gobiernos de México y de Guatemala-América Central) a Estados Unidos de Norteamérica y al Imperio de Brasil.; finalmente se realizaron gestiones para que los reinos británico y holandés se hicieran representar en el Congreso de Panamá por un observador. Con esto quedaba desvirtuado el propósito fundamental del Libertador, que consistía en lograr un entendimiento de las Repúblicas hermanas, a fin de poder negociar en bloque con las naciones de otras culturas y/o de diferentes regímenes políticos.

Frente a ese primer intento fallido de planificar una política internacional suramericana, enmarcada dentro del Pensamiento Anfictiónico Bolivariano, surge lo que se conoce como el Panamericanismo, que teóricamente tenía como objetivos últimos el fomento y ordenamiento de las relaciones, la asociación y la cooperación entre los estados de la América entera. La realidad era que desde el final de su proceso de Independencia, Estados Unidos se mostró cada vez más interesado en el comercio con Suramérica, dado el potencial mercado que era el Continente para la expansión comercial de la nación del Norte. La I Conferencia Panamericana sentó las bases del supuesto sistema de cooperación hemisférico y descubrió sus verdaderos objetivos: la creación de un sistema de seguridad regional bajo la égida norteamericana y el fomento de una comunidad económica bilateral entre Estados Unidos y cada uno de los países suramericanos, con hegemonía del capital norteamericano. Estados Unidos insistió en mantener el orden de los países de América para que no hubiese intervenciones extra-continentales, lo que los convertiría en el “estado-policía” del Continente.

Como la deuda con Europa se acumulaba en cantidades ingentes en todo el continente americano, debido a que todo el siglo XIX estuvo colmado de luchas independentistas, que costaron no solo vidas sino recursos propios y ajenos, el Bloqueo no podía ser interpretado como una amenaza a la soberanía de casi todas las naciones recién liberadas de la colonización. Por esa razón, surge la Doctrina Drago, que fue la reacción de una parte de la diplomacia suramericana ante la agresión perpetrada por las potencias europeas a las costas venezolanas, en el entendido de que dicha acción podía poner en peligro los intereses de las oligarquías de toda la región, que contaban con la financiación europea para poder sacar sus negocios adelante, lo que eventualmente resultaría en el crecimiento de las economías nacionales. Por lo tanto fue más la respuesta de un país suramericano preocupado por sus intereses propios, que la elaboración conceptual de una propuesta estratégica de relaciones internacionales entre países imperiales y países coloniales.

La Doctrina Drago, que fue anunciada en 1902 por el Ministro de Relaciones Exteriores argentino, Luis María Drago, en respuesta al incumplimiento de la Doctrina Monroe por parte de los Estados Unidos, establece que ningún poder extranjero puede utilizar la violencia contra una nación americana con el fin de recolectar una deuda. A ella le fue contrapuesta la Proposición Porter, presentada por el delegado estadounidense Horace Porter en la Conferencia de La Haya de 1907, en la que los norteamericanos se reservaron la aprobación del proyecto argentino, condicionando la renuncia al uso de la fuerza para obtener el pago de una deuda a la aceptación de una solución arbitral por parte de la nación deudora; la Proposición Porter fue el antecedente más cercano del Corolario Roosevelt, que extendería la visión del Destino Manifiesto, que expresaba originalmente la creencia de que los Estados Unidos de Norteamérica estaban destinados a expandirse desde las costas del Atlántico al Pacífico, a otras adquisiciones territoriales, no solo porque la expansión fuera buena sino también obvia (manifiesta) y certera (destino), a la zona del Caribe y hacia las naciones de habla hispana a lo largo del Hemisferio.

Se hace necesario recordar que el Corolario Roosevelt es la alteración de proporciones, tanto cualitativa como cuantitativamente, más importante a la Doctrina Monroe, formulada por Theodore Roosevelt, que permitió considerar a Sur América como la región por antonomasia dirigida a expandir los intereses comerciales de la Nación del Norte, manteniendo al mismo tiempo la hegemonía europea fuera del Hemisferio. Con este objetivo afirmaba que si un país suramericano situado bajo la influencia de los Estados Unidos amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el Gobierno de turno estaría obligado a intervenir en los asuntos internos del país "desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. Dicha doctrina formó parte de la ideología imperial del Gobierno norteamericano, que posteriormente tendría la oportunidad de llevarla a la práctica en múltiples oportunidades a todo lo largo del siglo XX.

De esta manera, los Protocolos quedarán para la historia como demostración de la ignominia de que han sido víctimas todas las Naciones suramericanas, cada una en su momento, causada por la política planificadamente imperial, que ha caracterizado a Estados Unidos de Norteamérica desde su nacimiento. Están en estrecha relación con la doctrina político-económica de la neocolonización, influyendo decisivamente en la configuración del mapa estratégico geopolítico mundial, al transformar (por medio de un arbitraje interesado) el resultado de una negociación financiera específica entre una joven nación americana y las “viejas” potencias acreedoras, en el escarmiento a cualquier joven nación que intentara reclamar la soberanía sobre sus territorios.

El incumplimiento de los pagos de la deuda negociada en los Protocolos de Washington ha servido durante todo el siglo XX para justificar una y otra vez el Golpe que, propiciado y organizado por los Estados Unidos, le dio Gómez a Castro a finales de 1908. Sin embargo, con esta investigación se encontraron en el Archivo del Departamento de Estado en Washington, varios informes de William Russell al Secretario de Estado que evidencian que para agosto de 1907, el Gobierno de Venezuela presidido por el General Cipriano Castro había terminado de cancelar la deuda con las potencias agresoras tal como lo había establecido el Tribunal de La Haya y se disponía a empezar a pagar la deuda minoritaria con los demás países acreedores, lo que nos permite empezar a revertir la ampliamente trabajada matriz de opinión que ha pretendido culpabilizar al agredido por las agresiones sufridas.

Tal como se puede ver cien años después, el bloqueo a las costas de Venezuela fue una de las últimas acciones en las que las potencias europeas desplegaron sus últimos tiros de artillería imperial, para dar paso al nuevo orden mundial, que las relegaría al papel de seguidores incondicionales del poderío norteamericano, por lo menos durante todo el siglo XX. La firma de los Protocolos de Washington, episodio gestado por los Estados Unidos, junto con la secesión neogranadina y la posterior ocupación de la zona del Canal en Panamá, constituyó el punto de quiebre a partir del cual, Washington pasó a desarrollar el papel de gendarme del Continente primero y luego del mundo entero. Estados Unidos fue construyendo su zona de influencia en el Caribe, que incluía a América Central y la parte norte de Sur-América, denominada en círculos publicitarios su “patio trasero”, a fin de ir lentamente posesionándose en el mundo como la primera potencia bélica a nivel mundial, después de la segunda guerra europea del siglo XX.


José Rafael Otazo M; PhD.
--------------------- 
Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.


Ref: http://historiasvenezuela.blogspot.com/2010/03/los-protocolos-de-washington-1903.html

Hablando de.., 24 de marzo de 1854. El día que cambió Venezuela con de la abolición de la esclavitud.

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El 24 de marzo de 1854 se firmó  la abolición de la esclavitud en Venezuela, firmada, por el entonces presidente de la República, José Gregorio Monagas. Por ello, hoy te invitamos a rememorar la historia.

Esta demanda histórica que ha quedado en el corazón del pueblo venezolano, ya había sido defendida con anterioridad por los hombres más progresistas durante la gesta de la Independencia, pero no fue hasta la llegada de Francisco de Miranda cuando él mismo convocó a los esclavos a formarse en filas en el ejército patriota, teniendo como recompensa la libertad.

Asimismo, el Libertador Simón Bolívar, a pesar de ser propietario de haciendas y esclavos, fue el primero en dar el ejemplo libertándolos, honrando además, su compromiso adquirido con su amigo personal, el presidente Petión de Haití, quien encabezó una valerosa lucha por la emancipación de su pueblo y la abolición de la esclavitud.

El 2 de junio de 1816, al arribar a la población de Ocumare de la Costa, Bolívar dicta una Proclama en la que establece:“Esta porción desgraciada de nuestros hermanos que han gemido bajo las miserias de la esclavitud, ya es libre. La naturaleza y la política piden la emancipación de los esclavos: de aquí en adelante solo habrá en Venezuela una clase de hombre, todos serán ciudadanos”.

A pesar de estos pasos en la lucha contra el oprobio esclavista, pasaron todavía muchos años, hasta que en 1854, el presidente José Gregorio Monagas, pese a la tenaz resistencia de los terratenientes, decretó la definitiva abolición de la esclavitud en Venezuela.

Después de varias discusiones en el Congreso, en base a un Proyecto de Ley presentado por 31 diputados el 3 de marzo de 1854, superadas las objeciones de que la agricultura se quedaría sin mano de obra, se terminó de aprobar este instrumento el día 23 de marzo. El presidente Monagas firmó la promulgación del mismo y pasó a la historia de nuestra Patria como el hombre que dio el paso definitivo para la abolición de la esclavitud. Un tajante artículo de la recién aprobada ley dictaba: 

“Queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela”



José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

Talento Masónico...Dante Alighieri y la Iniciación Occidental.

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Por: Jorge Francisco Ferro


Primera Parte: Quién era Dante?: 

- Era un gran poeta pero también era un gran iniciado… Cierra el universo simbólico de la Edad Media, así como Shakespeare abre la Edad Moderna con su temática. Su vida y su obra abarcan los siglos XIII y XIV.

- Es contemporáneo del auge y la caída de los Templarios: según cierta tradición oral, fue testigo de la ejecución, en la hoguera, de Jacques de Molay, el último Gran Maestre Templario y sus Compañeros en la Isla de los Judíos en el Sena. (1314 d.C.)

- Además, así como Martín Lutero fija el idioma alemán con su traducción de la Biblia y Shakesperare fija el idioma inglés, Dante fija el idioma italiano con la “Commedia”. 

- Dante tituló su gran poema como la “Commedia” a secas que no significaba lo que “comedia” significa para nosotros. En efecto, el sentido medieval de dicha palabra era lo que hoy entendemos por “drama”: se trataba del “drama del mundo”. Posteriormente, sus admiradores la calificaron de “divina”.

- También fue un científico de su época y un político enlistado entre los Guelfos moderados, una de las facciones políticas enfrentadas en la Querella de las Investiduras: el Emperador enfrentado el Papa. 

- Además, era un taumaturgo altamente realizado: cuando murió, la Divina Comedia estaba inconclusa por algunos cambios que había introducido en el final a causa de la muerte de Jacques de Molay. A ocho meses de su muerte, se le presentó, en un sueño, a su discípulo Piero Ravignani y le indicó en qué nicho de un muro de su casa, estaba escondido el final del libro. Revignani corrió a la casa de Dante y junto con el hijo Jacopo hallaron los Cantos faltantes. Algo semejante ocurrió con la muerte de Martines de Pasqually quien falleció en el actual Haití, en el siglo XVIII, y se la apareció a su esposa en París el mismo día de su muerte.

- Era dignatario de organizaciones iniciáticas templaristas: la Fede Santa y los Fedeli d’Amore. 

- La Fede Santa, era una tercera orden templaria y caballeresca. Poseía el título de Kadosh (Puro) de la F.S. que se conservó. En Viena hay una medalla con la cara de Dante en un lado y en el otro la sigla F.S.K.L.P.F.T. que significa “Fidei Sancta Kadosh Imperialis Principatus Frater Templarius”

- Los Fedeli d’Amore era un grupo de poetas que solo hablaban en verso. 
Había una tarika sufí persa que tenía exactamente el mismo nombre y que decía conocer el“Lenguaje de los Pájaros” que era una ciencia derivada del Hermetismo aplicado al lenguaje, 
procedimiento semejante a la Notárica y la Guematría de laCábala hebraica. 

- Eran miembros de los Fedeli d’Amore los poetas del dolce stil nuovo: Cino da Pistoia, Dino Compagni, el Cardenal Francesco da Barberino, Guido Cavalcanti, Andrea Capellanus, Brunetto Latini el iniciador de Dante, Boccacio, Petrarca, hasta llegar a Torcuato Tasso (1595) autor de la Jerusalén Liberada y Luiggi Ariosto autor de Orlando Furioso.

- En la Divina Comedia, Dante nos da una importante advertencia acerca de la existencia de una doctrina secreta en esa obra. En efecto, en el Infierno, Canto IX, versos 61-63 dice claramente: 

“Oh, vosotros que tenéis el intelecto sano, ved la doctrina que se esconde bajo el velo de los versos extraños …” 

- El “Intelecto sano” dantesco es la inteligencia trascendente, la Inteligencia del Corazón y no la del cerebro… Es importante señalar que existen muchas similitudes con las doctrinas del Raya-Yoga del Hinduismo… 

II. Segunda Parte : el sendero iniciático de la Divina Comedia 

- Dante hace coincidir el comienzo de su relato con su cumpleaños número 35, en la Luna llena de la Semana Santa del año 1300, diciendo: “Llegando a la mitad del camino de la vida” estaba “perdido en un bosque salvaje” y así se plantea la búsqueda del Sendero Iniciático como su destino en la vida.

- Debe vencer a tres obstáculos bajo la forma de tres bestias: la pantera, el león y la loba antes de llegar a Jerusalén porque debajo de la cual están las puertas del Infierno y allí debe comenzar su camino de purificación.

- El poeta-iniciado nos lleva a través de los Tres Mundos: Infierno, Purgatorio y Cielo, que no es sino otra denominación de Cielo, Tierra e Infierno. Así, las tres partes de la Divina Comedia coinciden con los Tres Mundos tradicionales.

- Dante comienza el descenso por los nueve círculos infernales que van profundizando la gravedad de los pecados que se castigan en ellos.

- En este viaje, su guía es el poeta latino Virgilio quien, en su época, tenía fama de mago, astrólogo y taumaturgo. En su Egloga VI anuncia el nacimiento de un dios algunos años antes del nacimiento de Cristo.

- En la Vía Religiosa, la purificación se realiza por defecto: se prohiben determinadas acciones. En cambio, en la Vía Iniciática la purificación se realiza por agotamiento o por exceso de lasposibilidades inferiores. Obviamente, que este exceso NO se realiza en la práctica cotidiana sino simbólicamente a través de los ritos iniciáticos purificatorios.

- Atravesando los nueve círculos infernales llega al centro de la Tierra y enfrenta a las patas del Diablo quien aparece bajo la forma de un demonio peludo y bestial.

- Dante comienza a descender por los pelos de las patas del Diablo hasta llegar a su ombligo y allí SE DA VUELTA poniendo sus pies en su cabeza y su cabeza donde están sus pies.

- A partir de ese momento, deja de descender y comienza a ASCENDER… Es decir, invierte la polaridad de su viaje … Este relato tiene similitud con ciertos ritos masónicos propios de la Maestría.

- De esta manera, deja los nueve círculos del Infierno habiendo recorrido la totalidad de las posibilidades inferiores del Ser: el Inferos…

- Dante trepa por la otra mitad del cuerpo del Diablo hasta salir a la superficie de la Tierra o sea que abandona el Mundo Infernal y pasa al nuestro pero en las antípodas de Jerusalén.

- Cuando sale, lo primero que ve son cuatro estrellas y dice. “vide quattro Stelle, quattro Luce sante…” . Dante refiere que son las estrellas que vieron “los primeros hombres” … aludiendo al estado edénico o paradisíaco.

- La interpretación generalizada es que se trata de la Cruz del Sur constelación desconocida, en el Hemisferio Norte, en la época de Dante. Cómo sabía el poeta de la existencia de la Cruz del Sur? Sería por los navegantes templarios que habrían llegado a América en secreto? …

- El poeta-iniciado se encuentra ante la Montaña del Purgatorio que, a diferencia del Infierno, no tiene nueve círculos sino siete. Esta montaña tiene la forma de un cono trunco y en su cima, obviamente de forma circular, está el Paraíso Terrenal.

- Dante comienza a trepar por los siete círculos que implican siete etapas de purificación sucesivas. 

- Pero, en este caso, lo guía Beatriz, la Luz para el poeta que juega con la existencia real de Beatriz Portinari con el símbolo de la Iluminación Espiritual. La tradición esotérica refiere que
Dante recibió nueve veces la Iluminación a lo largo de su vida.


- El poeta alcanza el séptimo y último círculo de la Montaña del Purgatorio y se encuentra en el Paraíso Terrenal (Agartha, Shamballa, Avalon, Isla de Bienaventurados, Montaña de los Profetas, etc.) lo cual significa que alcanzó la Perfección del Estado Humano recobrando el estado edénico anterior a la Caída… Pero aún permanece en el estado individual humano.

- Según la tradición, Adán y Eva poseían la Ciencia Infusa, no estaban sometidos a la enfermedad y la muerte, no debían trabajar, gozaban de primavera eterna y hablaban con Dios cara a cara…

- En la terminología de los Misterios Egipcios y Greco-Romanos, Dante había culminado los Misterios Menores. En la terminología religiosa cristiana, había logrado la Salvación.

- Le queda por delante la etapa principal del Sendero Iniciático: la Liberación, la Deificación, la Identidad Suprema con Dios …

- El Paraíso Terrenal linda directamente con el Primer Cielo: el de la Luna que tiene un aspecto benéfico (Diana) y uno maléfico (Hécate) …

- Para comenzar el ascenso por los nueve Cielos, Dante necesita cambiar de guía y aparece como tal San Bernardo de Claraval, el padre espiritual de los Templarios.

- El Poeta-Iniciado debe ascender los primeros Siete Cielos Planetarios de la mano de San Bernardo, a saber: la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno abandonando gradualmente, en su recorrido, los condicionamientos del estado individual humano.

- En su ascenso, Dante encuentra “seres colectivos” formados por miles de almas o sea seres formados por almas de seres humanos muertos y ascendidos reunidos por afinidades comunes y vibración semejante.

- Con esta imagen simbólico-literaria, Dante nos señala un aspecto específico de la Doctrina Secreta que expone en su obra: la superación del estado individual humano en la vía de la Liberación, destino final y culminación del Sendero Iniciático.

- Habiendo pasado el cielo de Saturno, Dante se interna en el octavo Cielo, el de las Estrellas pero ya sin la asistencia de San Bernardo, librado a su propia guía pues, habiendo alcanzado dicho Grado de Realización, ya no es posible el error.

- Atravesado el octavo Cielo, el Poeta-Iniciado accede al Noveno Cielo: el Empíreo donde hay una Cruz inmensa con una Rosa en su centro. Es el motor inmóvil aristotélico. De este modo, culmina el viaje iniciático de Dante logrando la identificación conciente con Dios. 


III. Tercera Parte: El simbolismo templario, Rosa+Cruz y masónico en la Divina Comedia 

- El universo simbólico de Dante, especialmente en la Divina Comedia y en la “Vita Nuova”, reúne los principales símbolos que pertenecerán, décadas después, a diversas órdenes y fraternidades iniciáticas tradicionales de Occidente.

- Así vemos, por ejemplo, la utilización por parte del poeta-iniciado de los colores blanco, verde y rojo que, si bien aluden claramente a las Tres Virtudes Teologales de Fe, Esperanza y Caridad, también son los colores herméticos correspondientes a los tres reinos de la Naturaleza: mineral, vegetal y animal-hominal.

- Además, esos tres colores pasaron luego a ser los colores emblemáticos de toda la Masonería Escocesa. 

- En su viaje, Dante debe atravesar tres escalones de esos colores que están custodiados por un ángel armado con una Espada Flamígera que pasará a ser un elemento propio de las Logias masónicas y rosacrucianas. 

- Dante alude discretamente a la Orden del Templo cuando, en la boca de Beatriz, (Paraíso, Canto 30, versos 127-129) le señala al poeta-iniciado: 

“Como aquél que calla pero decir quiere,me señala Beatriz y dice: mira cómo es el convento de los blancos mantones.” 

- El rey de Francia, Felipe el Hermoso, destructor de los Templarios, es descripto (Purgatorio, Canto 20, versos 91-93) en estos términos despectivos: 

“Vea al nuevo Pilatos tan cruelque, insaciable y sin decreto, echa sobre el Templo su codicioso velo.” 

- Luego de la destrucción de la Orden del Templo, ciertas órdenes y fraternidades trataron de mantener, en la medida de lo posible, el espíritu y la iniciación de los Templarios.

- Algunas de ellas tomaron como distintivos la Rosa y la Cruz que aparecía en el Empíreo dantesco. Precisamente, todo indica que el Rosacrucianismo auténtico se origina en la Orden de la Fede Santa de la cual Dante era dignatario con el título de Kadosh que, siglos más tarde, aparece como un Grado de la Masonería Escocesa.

- Dante describe elípticamente (Paraíso, Canto31, versos 1 a 3) al surgimiento del Rosacrucianismo de entre las ruinas del Templo: 

“Así, en forma de cándida rosa,se me mostraba la Milicia Santa que, en su sangre, Cristo hizo esposa.” 

- Así, la rosa blanca (cándida) se une al rojo de la sangre que baña la cruz que dando definido el símbolo de la Rosa+Cruz.

- En su viaje iniciático por los siete Cielos planetarios, Dante encuentra ciertos símbolos formados por seres colectivos que, siglos más tarde, aparecerán como típicos de ciertos Grados masónicos y rosacrucianos. 

- Estos símbolos celestiales son:

· La Cruz roja templaria en el cielo de Marte, el Dios de la guerra.

· El Aguila en el cielo de Júpiter, símbolo de la justicia y del Sacro-Imperio Romano-Germánico que Dante defendía como formación política que expresaba la unidad del Cristianismo.

· La Escala en el cielo de Saturno como otro símbolo del Eje del Mundo que une todos los estados de la Manifestación Universal.

- Otro de los símbolos tradicionales que menciona Dante es el Pelícano (Paraíso, Canto XXV) como emblema de Cristo: 

“He allí aquél que reposa sobre el seno de nuestro Pelícano,fue él a quién Jesús,desde lo alto de la cruz, eligió para el gran deber.” 

- La Cruz roja templaria figura en varios Altos Grados de la Masonería Escocesa en sus diferentes Ritos. Su utilización es explícita en lo que se refiere al Templarismo masónico escocés.

- El Aguila es uno de los símbolos del Grado masónico de los Jueces- Caballeros Kadosh. 

- El Aguila, junto con el Pelícano, forman uno de los títulos tradicionales que ostentan los Soberanos Príncipes Rosa+Cruz de Heredom de Kilwinning, o sea, Caballeros del Aguila y el Pelícano dado que el Pelícano es el símbolo de Cristo y el Aguila es el símbolo de San Juan Evangelista.

- La Escala figura entre los símbolos de la Maestría Masónica  antigua y fundamentalmente también aparece entre los símbolos del Grado de Jueces-Caballeros Kadosh. 

- Con respecto a la doctrina secreta de los “Fedeli d’Amore”Templarios, Dante nos da un precioso indicio en su libro “La Vita Nuova” donde afirma: 

“En este punto, verazmente digo que el espíritu de la vida habita en la secretísima cámara del corazón.”

Esta afirmación tiene un correlato estricto con las doctrinas hindúes del Raya-Yoga que sostiene que la chispa divina, el Espíritu Universal habita en el corazón del hombre y esté simbolizado por el sol en el corazón.” 


BIBLIOGRAFIA 


- Guénon, René: “El Esoterismo de Dante” (www.hrdm.com.ar) 
- Guénon, René: “Comptes Rendus” (Recensiones Bibliográficas)
- Guiberteau, Philippe : « L’Enigme de Dante », Desclee de Brouwer, Francia.
- Ricolfi, Antonio : « Studi sui Fedeli d’Amore », Bastoggi, Italia.
- Alessandrini, Mario: “Dante, Fedeli d’Amore”, Atanor, Italia.
- Terenzoni; Angelo: “L’Ideale Teocrático Dantesco”. Alkaest, Genova.

Referencia:
-http://heredomkilwinning.blogspot.com/2014_08_31_archive.html

 
Celta.´.

Talento Masónico...Una aproximación masónica a la Semana Santa.

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Semana Santa es la época en la que tradicionalmente se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Sin embargo, detrás de este extraordinario acontecimiento se esconde un mensaje oculto y por ello es conveniente entender el profundo significado esotérico de la Semana Santa.

La Semana Santa o semana mayor, la más santa de las semanas, puede estudiarse desde diferentes puntos de vista. Puede verse desde el punto de vista histórico, desde una perspectiva astronómica, a la luz de la religión comparada y con un enfoque íntimo trascendental.

Desde el punto de vista histórico nos recuerda la pasión del gran iniciado Jesús o Jeshuá Ben Pandirá. De acuerdo con los estudios gnósticos, no todos los versículos bíblicos se refieren a la vida privada de Jesús. Muchos aspectos de su vida privada, su preparación, sus estudios, su iniciación se encuentran ocultos. Otros aspectos de su obra y enseñanza extraordinaria, no aparecen en ninguno de los cuatro evangelios, pero afortunadamente sobrevivieron de generación en generación por la tradición oral y se hallan contenidos en los evangelios apócrifos. Gran parte de su enseñanza esotérica permaneció escondida durante siglos, pero a partir del siglo XIX, las arenas del desierto y la divinidad han ido devolviéndola en la forma de los códices gnósticos en los que se halla la Pistis Sofía, los evangelios gnósticos y muchos otros textos de invaluable valor histórico, arqueológico y esotérico.

Ejemplos de pasajes no registrados en la Biblia y relacionados con la tradición de Semana Santa son: el manto de la Verónica, los nombres de los dos ladrones crucificados junto a Jesús y el nombre del centurión romano que atravesó el costado del señor.

Si bien es cierto, conocer la vida privada de Jeshuá Ben Pandirá, resulta interesante y atrae el interés de muchos investigadores y buena parte de la humanidad, resulta mucho más interesante entender el Drama Cósmico oculto detrás de la Semana Santa. Es indudable el fundamento astronómico de esta época sagrada. Solo así se entiende la pregunta: ¿Por qué la Semana Santa es una fiesta movible?

Semana Santa, la tradición del Equinoccio de Primavera, no es un acontecimientos ocurrido solamente en Tierra Santa. Es una fiesta antiquísima celebrada por todos los pueblos antiguos. Y es que el fundamento astronómico de la Semana Santa solo se entiende en relación con la Navidad o nacimiento del niño dios de Belén. Detrás de Navidad y Semana Santa, hay un Mito solar extraordinario, motivo de estudio y celebración por todos los pueblos antiguos.

Los grandes dioses solares de todas las antiguas civilizaciones tienen una equiparación extraordinaria con Jesucristo y el mensaje esotérico que envía esta fiesta solar es el mismo para la conciencia humana.

El significado oculto de Semana Santa

La más santa de las semanas, registra formidables acontecimientos que todo iniciado debe efectuar si quiere alcanzar la perfección, la inmortalidad o la Auto Realización Íntima del Ser. A una escala intermedia, señala el camino a seguir por los iniciados que quieren alcanzar la santidad, la maestría o la salvación. Al nivel de la humanidad, proporciona múltiples símbolos que interpretados adecuadamente explica las causas por las cuales el animal intelectual se encuentra tan lejos de Dios y cuál es el método para regresar a él.

Dada la honda significación de la Semana Santa para todos los pueblos y no solo para el Cristianismo, resulta muy lamentable que algunos guías espirituales recomienden a sus discípulos no conmemorar esta fiesta sagrada y sostengan que carece de valor espiritual por el simple argumento de tener orígenes paganos. La verdadera Semana Santa es para vivirla internamente por un auténtico cristiano.

Para entender el profundo mensaje oculto escondido en los versículos bíblicos hay que acudir entre otros recursos, a la ley sagrada del Heptaparaparshinock o Ley de Siete, a la Alquimia, a la Kábala, a la Anatomía Oculta y a la Psicología Gnóstica.

La Ley de Siete principios, es la Ley de Orden que se explica mediante la escala musical.
Reminiscencias de la ley de Octava, son los Siete días de la Creación, los siete días de la semana y los siete planetas de los antiguos. La ley de Siete explica el porqué de los siete niveles de energía en el átomo y la Tabla Periódica en la Química.

De acuerdo con la Ley de Siete, los días de la Semana Santa desde Domingo de Ramos, hasta Sábado de Gloria, se relaciona con los siete días de la Creación y con los siete planetas que se ven a simple vista (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno). Los siete días de la Semana Santa ya indicados forman una escala musical completa. Domingo de Resurrección corresponde a la nota Do de una escala superior. Los ocho días de esta sublime fiesta se corresponden con el Santo ocho, el signo del infinito y el número de Job.

En cada día de Semana Santa ocurren acontecimientos extraordinarios: la entrada triunfal en Jerusalén, los mercaderes del templo, la cena en Bethania y la maldición de la higuera estéril. Los dos días siguientes, son cruciales: Jueves Santo y Viernes Santo. En cada uno de estos días ocurren muchos acontecimientos que ameritan dedicación especial. Luego viene el día del reposo y la Resurrección.

La Gnosis enseña que todos los acontecimientos ocurridos durante esos ocho días, no son de ayer, de un remoto pasado y no deben verse en el ambiente de Tierra Santa. Al estudiar la Semana Santa desde la óptica del Drama Cósmico, se explica que cada uno de los personajes de tal drama se encuentra en la psiquis de cada individuo humano.

Cuando en los evangelios se leen los milagros y prodigios de Jesús, hay que entender que esos milagros los debe realizar el Cristo íntimo, el salvador individual de cada persona. Cuando Jesús cura la ceguera, lo hace para que podamos ver el camino hacia él, cuando cura sordos, es para escuchar su palabra, sus mensajes que vienen de las partes superiores de sí mismos, cuando cura paralíticos, es para aprender a caminar en su búsqueda. ¿Y cuándo cura la lepra? Esa lepra es el ego, viva personifación de los errores humanos. El ego o yo de la Psicología Gnóstica es el que tiene atrapada, encarcelada a la Esencia maravillosa a la que el Cristo viene a salvar.

Simbolismo esotérico

En Domingo de Ramos, el señor entra en la Jerusalén Celestial montado en un pollino o crío de un asno. Jerusalén, la ciudad santa de las doce puertas, es nuestro propio cuerpo. Cristo debe entrar en nuestra ciudad interior, montado en el burro que representa a la mente. La mente debe aprender a obedecer al señor y aceptar que es su guía.

Los mercaderes del templo, son los elementos indeseables de nuestra conducta que cambian al oro, al Cristo Sol por la plata, por el dinero, por la Luna, son los que comercian con palomas, con el Espíritu Santo, señor y dador de vida. Hay que aprender a empuñar el látigo de la voluntad para expulsar a los mercaderes de nuestro templo corazón.

La Cena en Bethania relata un antiguo ritual que simboliza matrimonio en castidad indispensable para realizar la Gran Obra de la Alquimia. Por ello, el primer milagro del Salvador, es la transmutación del ens seminis, de las aguas de la vida en vino de luz del alquimista en las bodas de Caná.

La higuera está relacionada con las fuerzas sexuales, con el ens seminis, indispensable para lograr el Nacimiento Segundo del que habló Jesús a Nicodemo en el capítulo 3 del Evangelio de Juan. Eso del árbol que no da fruto está más allá de la interpretación literal y se relaciona con los místicos que no realizan transformaciones íntimas profundas y que no trabajan en la conservación de su energía, ni en la transmutación alquímica.

En jueves Santo se realiza la Última Cena. El Kalki Avatara de la Era de Acuario, Samael Aun Weor explica en el capítulo titulado: Dos Rituales de su libro: "El Matrimonio Perfecto", que la Última Cena es una ceremonia mágica de inmenso poder y que a diferencia de lo que se especula con el Santo Graal, "La Última cena fue una ceremonia de sangre. Los apóstoles trajeron cada uno entre su copa, gotas de su propia sangre, y vaciaron estas gotas entre el Cáliz del Cristo Jesús. En ese Cáliz el Adorable había echado también su sangre real. Así, entre el Santo Graal, se mezcló la sangre del Cristo Jesús con la sangre de sus discípulos.

Según las tradiciones gnósticas el Cáliz sagrado de nuestro señor Jesucristo existe, fue el mismo que recibió Abraham de manos de Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo (Gn 14: 17 - 20) y que con el tiempo pasó también a las manos de Moisés y de Salomón. El Gnosticismo Universal enseña que entre quienes intuyeron el destino final de la Santa Reliquia se encuentra Ricardo Wagner y lo devela en su majestuosa ópera: Parsifal.

Conforme al Drama Cósmico, en Jueves Santo el Redentor del mundo da las últimas instrucciones a sus discípulos y en el Nuevo Testamento están registradas las que da a Pedro y a Judas Iscariote.
Esa noche ocurre también la oración en el huerto de Getsemaní y el formidable llamado al despertar de la Conciencia al encontrar a sus discípulos durmiendo, es decir, con la conciencia dormida (Mt 26: 38 – 44).

Viernes Santo se encuentra lleno de elementos simbólicos escondidos en las 14 estaciones del Viacrucis y las siete palabras. Judas, Pilatos y Caifás, representan el mismo papel que los tres traidores que asesinaron a Hiram Abif en las tradiciones masónicas, de Hiram Abif se habla en el primer libro de Reyes.

Judas representa al demonio del deseo, Pilatos al demonio de la mente, que siempre se lava las manos y Caifás al demonio de la mala voluntad. Las multitudes que gritan. Crucifícale, no son de ayer, de un remoto pasado, ni quedaron en Jerusalén. Esas multitudes se encuentran en la psiquis humana y constituyen el yo pluralizado de la Psicología Gnóstica.

Según las tradiciones, Jesús muere a los 33 años, en clara alusión a las 33 vértebras de la columna vertebral por donde asciende victoriosa la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes: el Kundalini. Es crucificado en el monte de la Calavera, adonde debe ascender Kundalini. En lo alto de la cruz fue escrita su causa con las siglas: INRI.

A diferencia de lo que creen muchos, la cruz no es un símbolo de martirio, sino de creación y nacimiento. Detrás de los palos de la cruz, lo mismo que en el cáliz y la lanza de Longinos, se esconde un simbolismo sexual, pero de sexualidad espiritual trascendente. Por eso las multitudes le gritan que se baje de la cruz incitando al iniciado a que se salga de la Senda del filo de la navaja. INRI en Alquimia significa: Ignis Natura Renovatur Integram, el Fuego renueva incesantemente la Naturaleza.

Las siete palabras o siete frases que pronuncia el señor en la cruz también son profundamente significativas y se relacionan con el septenario sagrado de teósofos y yoguis, con siete principios anímicos y espirituales que el iniciado debe construir o realizar. Una de ellas, enigmática por siglos es la famosa frase maya: Helí, Helí, Lamá Zabaktani y que significa: "Ahora hundirme en la prealba de tu presencia".


La Gran Obra alquimista culmina con la muerte y resurrección del Hierofante. La Gnosis enseña que el Cristo Jesús realmente resucitó y aún conserva el mismo cuerpo físico que usó en Tierra Santa...


Celta.´.

Hablando de ...Una aproximación a la Historia de las Letras.

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Historia de las letras

A

La A es la primera letra del alfabeto español y la primera de sus vocales. Aparece en el 13% de las palabras; sin embargo, es la segunda que más palabras encabeza. De las 88.431 palabras ya registradas en el diccionario de la RAE en la edición 22.ª, año 2001, 10.392 empiezan con esta letra, el 11’38%.

Es la letra más sonora, que se pronuncia emitiendo la voz con la boca regularmente abierta, sin esfuerzo, por lo que es la primera en ser proferida por los niños.

La A proviene de la letra fenicia áleph, que significaba ‘buey’ y que se escribía como la mayúscula nuestra, solo que al revés, con las patas arriba porque representaba los cuernos del buey, la raya que los atraviesa marcaba las orejas y el vértice formaba el hocico. Según los paleógrafos, los fenicios la tomaron de un antiguo jeroglífico egipcio que representaba la cabeza de un buey. Con el tiempo, los fenicios tumbaron este signo a la derecha, dejándolo muy parecido a una trompeta. De los fenicios la copiaron los griegos, para usarlo como letra A, ya puesta como nosotros la conocemos.

La a minúscula apareció en el siglo II, al redondearse los trazos angulosos de la mayúscula con la escritura rápida y uniendo las letras. Y la forma menos redondeada y que aparece ahora en todos los teclados de ordenador (a) nació para la imprenta.

Aunque la a ha desaparecido con el paso del tiempo de algunas palabras, como pócima (apócima todavía en 1513), sentar (Nebrija la registró a finales del s. XV aún como assentar) o tambor (atambor todavía en 1251), probablemente son muchas más las palabras que han evolucionado incorporándola a su inicio, comoacontecer (contecer en El poema del Mio Cid), aderezar (del antiguo derezar, s. XIII), arrepentirse(repentirse en el Cid), así (sí a mediados del s. X, que procedía a su vez del latín sīc ‘así’), atribular (del antiguo tribular), ayer (yer escribía Berceo), azufre (sufre hasta principio del s. XVI), atestiguar (el desusado testiguar sigue en el diccionario académico) o zaguán (azaguán en 1535). Durante siglos, la letraa ha tenido que disputar con la e un puesto en algunas palabras, con desigual resultado. Esto fue lo que sucedió con añadir, que en los orígenes del español era eñadir o eñader; arrecife (arracife hacia 1280);esconder, escuchar y piedad, que en el Cid aparecen como asconder, ascuchar y piadad, más acordes con sus raíces latinas ABSCONDĔRE, AUSCULTARE y PIETAS. También en el Cid se lee emparar, pero hacia 1200 ya es común amparar, más fiel a su raíz latina ANTEPARĀRE ‘prevenir’. Legaña fue lagaña hasta bien entrado el siglo XVIII y aún ahora conviven en algunos países americanos, siendo en Costa Rica lagaña la única usada. En el caso de humareda y humarada (derivadas de humo y con idéntico significado: ‘abundancia de humo’) el resultado provisional es de empate, pues coexisten.

B

La B es la segunda letra del abecedario español y la primera de sus consonantes. Es la décima letra con más palabras (3.833) que empiezan por ella en el diccionario académico de 2001 (4’35%). Se pronuncia be, si bien en fonética este sonido se representa así: [b].Tiene un sonido suave, casi dulce, emitido con ayuda de los labios como si fuéramos a dar un beso.

Cuando, en una palabra, la b va seguida de s y de otra consonante, su pronunciación se relaja, hasta el punto de que, en algunos casos, el grupo bs se ha reducido a s: obscuro/oscuro, substancia/sustancia, substituir/sustituir…

El sonido de la B es compartido por la letra V y, en unos pocos casos, por la W. Al margen de esta última, de origen extranjero, la causa de esta coincidencia está en la historia ortográfica y fonética de nuestro idioma. O lo que es lo mismo: coexisten las letras B y V por respeto a la tradición. En el latín estas letras sí que representaban al principio sonidos distintos (la v se pronunciaba de forma muy parecida a nuestra u), aunque pronto empezaron a confundirse los sonidos de las letras b y v. Confusión que heredó hace mil años el romance castellano. Codicia (del bajo latín CUPIDITIA) y codo (del latín CUBITUS), por ejemplo, son dos vocablos con origen latino que pasaron al primitivo español como cobdicia y cobdo, respectivamente. Algo parecido ocurrió con el DUBITARE latino, que pasó al castellano como dubdar hasta el siglo XV.

En el dilatado tiempo que duró la transformación del latín tardío en castellano primitivo, muchas voces de origen latino que tenían v cambiaron esta por b (ADVOCATUS > abogado, AVIOLUS > abuelo, VULTUR> buitre, VERRERE > barrer, VULTUS > bulto), pero muchas otras pasaron al español conteniendo uves. Durante mucho tiempo la confusión entre ambas letras o grafías (b-v) quedó plasmada en los trabajos de nuestros mejores escritores (alvedrío, alvergue, algaravía, algarrova, aljava, almivar, arraval, arrova, bever, villar, villete, visagra, vizcocho, cavallo, carvón, chibo, covarde, cordován, dever, esvelto, escarvar, escrivir, gaván, gavardina, garvanço, governar, hava, aver, hevilla, yerva, imbierno, javalí, corcoba, lavor, móbil, olbidar, provar, vermejo, ruvio, baxilla, bívora, bolver… y hasta Miguel de Cervantes firmaba a veces con b. 

Es posible que en el futuro se considere que esta razón no es lo suficientemente importante como para mantener vigentes ambas letras en nuestro abecedario, pero mientras tanto es necesario saber diferenciarlas al escribirlas, que no al pronunciarlas, por cuanto hay palabras de significado distinto cuya única diferencia reside en estas letras. Como por ejemplo acerbo ‘áspero’, ‘cruel’, y acervo ‘conjunto de bienes’; barón ‘título de dignidad’ y varón ‘hombre’; o basto ‘grosero’ y vasto ‘muy grande’.

El origen gráfico de la B se remonta a la letra fenicia bet, que quería decir ‘casa’. Los fenicios la tomaron de un jeroglífico egipcio que en cierto modo recuerda una tienda de campaña. Los griegos la copiaron de los fenicios, haciéndola ya muy parecida a como la escribieron los romanos, que es igual a la nuestra.

Hay tres palabras que contienen tres bes: bebible, sobrebeber y turbobomba, y cuatro que terminan en esta palabra y que han sido importadas de lenguas extranjeras: club y esnob (del inglés), ykebab y nabab (del árabe).

La b de la palabra ambos tienen origen latino (AMBO) que sobrevive en el español actual gracias al dialecto leonés. En el castellano antiguo lo común era amos y todavía a mediados del s. XV se empleabaamos a dos, pero, a partir de Nebrija prevaleció la versión leonesa, más acorde con sus raíces.

La b que parece estar condenada al olvido (pese a haberse resistido y ser fiel a su raíz latina), es la que aparece en la palabra lamber. Proviene del latín LAMBERE ‘lamer’ y durante mucho tiempo significó eso mismo en español. Actualmente, en el diccionario académico aparece como vocablo en desuso, aunque indicando que aún se utiliza en Canarias, Extremadura, León, Salamanca y América, y está plenamente vigente en México y Uruguay en su acepción ‘adular’, que tiene su origen en el dialecto leonés. (Letra del día 24-10-12).

C

La C es la letra por la que empiezan un mayor número de palabras recogidas en el diccionario académico (versión 22.ª, 2001) con un total de 12.577 entradas (incluidas las que empiezan porla Ch), lo que representa el 14’29% del total.

Tiene su origen en un jeroglífico egipcio con forma de bastón, que los fenicios adoptaron para su alfabeto con el nombre de gimel. Este signo fue copiado a su vez por los griegos, con el nombre degamma, que tenía varias formas, entre ellasla C. De ahí pasó al alfabeto latino, que en un principio empleaba la misma letra tanto para el sonido C como el sonido G, hasta que Espurio Camilio inventó esta última letra. Y así, ya diferenciadas, llegaron ambas, C y G, al español.

Es una letra polivalente puesto que representa varios sonidos. Cuando va precedida por las vocalesa, o, u (cama, cosa, cuna) o está al final de la palabra (bloc, cinc), representa el sonido [k], también representado por las letras k y q. Cuando precede a las vocales e,i (cena, cima) representa el sonido [z], aunque también, tal como veremos cuando hablemos del seseo, representa en muchos sitios el sonido [s]. Y con la h forma un fonema singular (chapa). Hay palabras con dos ces seguidas, las cuales se pronuncian con un sonido diferente: calefacción, occipucio. Como esta última, muchas palabras españolas han heredado las dos ces juntas del latín, aunque con el tiempo no pocas de ellas han perdido una por el camino, como por ejemplo: accelerar y accento, ambas con dos ces en el Diccionario de Autoridades(1726).

Cuando la c va seguida de la letra t, la tentación que han tenido de siempre los hispanohablantes ha sido la de suprimirla. Así, hubo un tiempo en que la c de dictar estuvo en trance de desaparecer (en la Edad Media y el Siglo de Oro se vacilaba entre dictar y ditar), a pesar de que provenía del latín DICTARE, pero al final prevaleció con la c. Algo parecido le ocurrió a la c de doctor, doctrina y eructar (del latínDOCTOR, -ORIS, DOCTRĪNA y ERUCTARE, respectivamente), que se pronunciaron y escribieron hasta el s. XVII sin esta letra. Y esto mismo le sucedió al grupo formado por factor, factoría y factura, que en el Diccionario de Autoridades (1732) aparecen sin la c. No tuvo tanta suerte, por el contrario, la c del vocablo latino DELICTUM, que pasó al español como delicto (en la Celestina aparece con y sin c), pero que ha acabado perdiéndola: delito.

Hasta 1726 coincidía en su forma con otra letra, la ç, conocida como «ce cedilla», hija como veremos de la z y que podía representar un sonido sonoro (esparçir se escribía en tiempos de Berceo el actual esparcir) o un sonido sordo (alcaçaba escribía Nebrija en vez de alcazaba, pero con idéntica pronunciación).

CH

La Ch (che) es un dígrafo: Signo ortográfico compuesto de dos letras para representar un fonema.

Entre 1803 y 1993 la Ch fue considerada letra independiente, pero en 1994 perdió esta condición al ser devuelta al apartado dela C, en el orden alfabético que le correspondía (entre las palabras que empiezan por Ce~ y las que empiezan por Ci~). Y así es como debe buscarse las palabras que empiezan por Ch en los diccionarios modernos.

Cuando toda la palabra que empieza o contiene la Chestá en mayúsculas, esta se escribe con la C y la Hmayúsculas (CHAVAL). Pero cuando empieza una palabra que va detrás de un punto o que comienza un párrafo, solo se escribe mayúscula la C (Chaval).

Tanto cuando era considerada una letra independiente como ahora, la Ch siempre ha tenido el mismo sonido, peculiar y distinto de los demás sonidos representativos de letras; excepto en palabras que, por tradición, se escribían en español como en latín hasta hace dos siglos, tales como Christo, chrónica o chimera, que fueron sustituidas por la c o la q, con las que eran pronunciadas. Tambiénbachanal, chaos, choro, épocha, eunucho, melancholía, monachal y patriarcha recordaban con la h su origen latino.

Al pasar del latín tardío al romance castellano, muchas palabras sufrieron cambios fonéticos, tal como veremos más adelante. Pues bien, las causas de estos cambios las encontramos en grupos latinos tales como –lt-, que pasó al español como ch (ejemplos: MULTUS > mucho y AUSCULTĀRE -latín clásico- >ASCULTĀRE -latín vulgar- > escuchar), o como el formado por -ct-, que, a través del -yt- común a muchas lenguas románicas antiguas, pasó también al español como ch (ejemplo: LACTE > leyte > leche). (Dígrafo del día 9-10-12).

D

La D (de) es la quinta letra con más palabras recogidas en el diccionario académico que empiezan por ella: 5.793, un 6’58%.

Procede de un ideograma egipcio que representa una puerta con una forma triangular que en efecto recordaba el trozo de piel que cerraba la puerta de las tiendas de campaña. Los fenicios la adaptaron simplificándola y le dieron el nombre de dalet (también los hebreos), que quiere decir ‘puerta’. Los griegos la tomaron llamándola delta, redondeándola en una de sus variedades. Así la adoptó el alfabeto latino, creando además una minúscula (d) por acomodación de la mayúscula a la escritura práctica. Y así llegaron la mayúscula y la minúscula al español.

Su sonido es muy parecido al de la t, pero más suave (al pronunciar la t no vibran las cuerdas bucales, que sí lo hacen al pronunciar la d). Esta diferencia tan sutil explica que algunas palabras latinas cambiaran sus tes por des al ser adoptadas por el romance castellano: PATER > padre, MATER > madre,ACŪTUS > agudo, PRATUM > prado… No ocurrió así con el latín TRITĬCUM, cuya evolución fonética en el español fue trídigo > tridgo (hacia 1100) > trigo. En nuestro idioma, el sonido de esta letra se relaja unas veces hasta desaparecer y otras veces sufre transformaciones que la disimulan. La d en las palabras que acaban en ~ado y la que aparece al final de una palabra (ardid, merced, ataúd) se pronuncian muy poco o nada.

Una d que acabó desapareciendo fue la de odir (procedente del latín AUDĪRE), plasmada con frecuencia en el Cid y los textos de Berceo; pero pervive en todos sus derivados cultos: audible, audición, audiencia… Lo mismo sucedió con la d de paradiso (voz de origen iránico que nos llegó a través del avéstico, el griego y el latín), perdida entre el Cid y Berceo; pero que se mantiene en su derivadoparadisíaco. Y también con la palabra radiz (Berceo la escribe con y sin d), procedente del latín RADIX, ~ĬCIS, que ha quedado reducida a raíz, aunque no así su derivado radical.


La E es, después de la a, la vocal más frecuente en el español, con un 11’75% de ocurrencia. Y en el diccionario académico hay recogidas 7.174 entradas con palabras que empiezan con esta letra (la tercera), con un 8’15%.

Era representada por los egipcios por la figura de una persona con los brazos extendidos hacia el cielo, adorando a una divinidad celestial. Los fenicios esquematizaron esta figura al adoptarla a su alfabeto con una línea vertical cortada por tres horizontales que apuntan a la izquierda. Los griegos la adoptaron dándole la forma que ha llegado hasta nosotros como la E mayúscula. La minúscula nació siglos más tarde, como consecuencia de la comodidad y rapidez al escribir.

La e era la conjunción copulativa del español en el siglo XIII, un homenaje a la antigua conjunción latina ET, solo que sin la t. Todavía en el siglo XVII, valía tanto como la y en esta función, según Covarrubias. Más modernamente y en la actualidadsustituye a la y como conjunción copulativa para evitar el hiato (‘encuentro de dos vocales que se pronuncian en sílabas distintas’) antes de palabras que empiezan por i (Juan e Ismael) o hi (padre e hijo). Pero no la reemplaza cuando la y está en principio de interrogación o admiración, ni cuando la palabra siguiente empieza por y o por la sílaba hie.

Muchas es del español aparecieron durante el dilatado tránsito del latín y al romance, ya fuera para encabezar palabras, como escala (latín SCALA), escaño (del lat. SCAMNUM > scanno > escanno) y escuela(SCHOLA > escola), o para sustituir a otras letras o grupos de ellas: la i latina de LINGUA o de SICCUS se convierte en e en lengua y seco, el diptongo ai de LAĬCUM se vuelve e en lego, y el ae de CAESAR se transforma en césar. Por el contrario, hay palabras españolas que han perdido la e latina con el transcurrir del tiempo: césped (latín CAESPES) pasó a ser céspede, vulgarismo que sobrevive en el diccionario. Y palabras en las que la e fue desplazada por otra vocal, como en amatista (lat. AMETHYSTUS): ametisto > ametista > amatista.

Con posterioridad, la e ha servido para adaptar al español muchas voces provenientes de lenguas extranjeras que empezaban por consonante. Varios ejemplos: svelto (esvelto > esbelto), sbirro (esbirro) yspaghetti (espagueti) del italiano; slalom (eslalon) del noruego; slogan (eslogan), smog (esmog), smoking (esmoquin), sniff (esnifar), snob (esnob) y stress (estrés) del inglés; sloerie (esloria > eslora) del neerlandés; sternon (esternón) y store (estor) del francés.

Hay palabras que se escriben con dos es seguidas: reemplazar, creer, leer, poseer…, aunque algunas veces se les intercala una h: dehesa, rehén, vehemente. Fe tenía dos es (fee) en los orígenes del español y aparece aún en textos del siglo XVI.

Por e empieza la palabra más larga que se encuentra en el diccionario académico:electroencefalografista ‘persona especializada en electroencefalografía (sistema para registrar las descargas eléctricas de la corteza cerebral’.

Elucubración también puede escribirse sin e: lucubración. Ello es debido a que ambas palabras existían ya en latín (ELUCUBRATĬO, -ŌNIS y LUCUBRATĬO, -ŌNIS). Ahora significan ‘acción y efecto de elucubrar (elaborar una divagación complicada y con apariencia de profundidad / imaginar sin mucho fundamento)’, pero antes elucubrar significaba ‘trabajar velando’ (en desuso, según el diccionario), mucho más relacionado con el significado latino: ‘trabajar a la luz del candil’.


La letra F (efe) es la 13.ª que encabeza más palabras en el diccionario, con 2.860, el 3’25% del total.

La F mayúscula procede del signo fenicio para el vau, del que también han derivado otras tres letras: U, V, Y. Los griegos importaron la letra fenicia sin cambios apreciables y lo mismo hicieron los etruscos, que le dieron una forma más reconocida para nosotros; el alfabeto latino invirtió sus trazos y la dejó tal cual la conocemos hoy. Los rasgos rectilíneos de la F mayúscula fueron suavizándose, redondeándose, para formar la f minúscula.

Los griegos tenían una letra, phi, que sonaba parecido a la actual f. Los romanos la adoptaron comoph, respetándola en la escritura para aquellas palabras que procedían del griego o del hebreo. Así pasó al español primitivamente este dígrafo, ph, con el mismo sonido que la f, en multitud de palabras de origen griego: alphabeto, asphalto, diáphano, diaphragma, elephante, emphasis, epitaphio, esphera, esphinge, esóphago, estropha, geographía, geroglyphico, grypho, hermaphrodita, huérphano, lympha, nympha, orphandad, orthographía, metáphora, metamorphosis, pámphilo, párrapho, peripheria, phalange, phantasma, phase, phenómeno, philosophía, pharmacia, phantasía, phrase, physico, phoca, phósphoro, propheta, sarcóphago, symphonía, triumpho tropheo, zaphiro, zéphiro… y mucha gente firmaba comoAlphonso o Joseph. Hasta que en 1803 terminó desapareciendo por completo el dígrafo ph, a favor de la f. Sin embargo, muchas de las palabras latinas con f perdieron esta al pasar al español, a favor de la h (FILIUM, por ejemplo, pasó al español como hijo, y FOLIA como hoja, aunque ambas con el fijo y la foja medievales de por medio). Hasta el FIDES latino se trocó en he entre el vulgo, si bien la f culta acabó imponiéndose, primero como fee y luego como fe; lo mismo ocurrió con febrero, nombre de mes que venía del latínFEBRUARĬUS, y que antiguamente se llamaba popularmente hebréro; y con feo (lat. FOEDUS), hedo en el habla vulgar durante mucho tiempo; y con fiebre (lat. FEBRIS), que a finales del s. XV todavía sobrevivía como hiebre; y con fuego (lat. FOCUS), que hacia 1500 prefería escribirse con h aspirada: huego (esta haspirada tiene su reflejo en la pronunciación juego, predominante hoy en el habla vulgar de varios países americanos). Durante años, esta fobia contra la f llevó incluso a intentar sustituirla por h en palabras que no tenían etimología latina, como alfombra (de origen árabe), que durante el siglo XV se escribióalhombra, o andrajo (también de origen árabe), que se pronunció con h aspirada durante un tiempo, ohalago y halagar (del árabe hispano ẖaláq ‘palomo ladrón’), que Berceo escribía falago y falagar, o fieltro(del germánico filt), que Nebrija escribe hieltro. Pero con la aparición de la imprenta surgió la tendencia contraria, recuperando las efes cuando se podía; por ejemplo: allá donde los notarios acostumbraban a escribir al pie de los documentos «hecha esta carta» pasó a escribirse «fecha esta carta», de donde apareció nuestra fecha ‘data’; y lo mismo sucedió con algunos nombres: Alonso y Alfonso, Hernando (oHernán) y Fernando, y apellidos: Hernández y Fernández.

Sobrevivieron a esta enconada y larga pelea habida entre las letras f y h las siguientes parejas de palabras: fundir y hundir (ambas derivan del latín FUNDĔRE ‘derramar’, ‘desparramar’, ‘derretir, fundir’, y ambas siguen vivas pero con significados distintos); faba y haba (con un mismo origen, el latín FABA); hallary fallar, con idéntica raíz(lat. AFFLĀRE), pero con significados diferentes (‘decidir, determinar un litigio’ el de fallar); filo e hilo, también con distintos significados pero hermanas al tener el mismo origen: el latínFILUM; fincar ‘adquirir fincas’ y su derivada hincar.

La letras f y b también sostuvieron una dura disputa hasta el s. XVII por las palabras estufa, estufar, estofar, pero al final prevaleció la etimología latina de la f.

El diccionario recoge cinco palabras terminadas en f, aunque, salvo la interjección onomatopéyicauf, las demás tienen una procedencia extranjera muy reciente: golf y rosbif (inglesa), naif y puf(francesa).

G

La G es la decimotercera letra con la que comienzan más palabras: 2.934, el 3’33%.. El latín heredó de los griegos, a través de los etruscos, la letra C con la que representar dos sonidos: el [k] que aparece en cama y [g]. De manera que, como no existía la G, se escribía VIRCO aunque se pronunciara virgo. Esto era así porque los etruscos no conocían el sonido [g]; pero lo romanos sí, por tanto les resultaba un problema no tener una letra específica para este sonido y diferenciarlo así del [k] de la C. Podrían haber adoptado la gamma griega ( Γ ), que sí representaba el sonido [g], pero los romanos creían erróneamente que también tenía el sonido [k]. Así que no resolvieron este problema hasta que Espurio Carvilio inventó la G, en el siglo III a. C., añadiendo una rayita a la C.

La G tiene dos pronunciaciones distintas:

Una de ellas es blanda y suave, cuando hiere a las vocales a, o, u y también cuando entre ellas y las vocales e, i se interpone una u muda, como en guerra, si la u conserva el sonido debe llevar diéresis, como en vergüenza, argüir, antigüedad. Cuando entre la g y alguna de las vocales se interpone la l o la r es asimismo suave su pronunciación, como en gloria.

La otra pronunciación de la g es fuerte, cuando hiere a las vocales e, i sonando entonces como j:gente, género. Es aquí donde persiste un conflicto entre ambas letras (g, j) que aún no ha sido debidamente resuelto. Se ha ido admitiendo que se escriban con j voces que empezaron escribiéndose con g (como hospedaje, forajido, jinete, mujer o traje), oprocedentes de una clarísima g: las terminaciones más usuales en ~aje, como equipaje, maridaje, menaje, paje, peaje, potaje, masaje, utillaje (de la que se exceptúa, por cierto, ambages) proceden en su mayoría de voces francesas con ~age; pero también extranjero, granja y verja, igualmente procedente del francés, o hereje, follaje, homenaje, jerigonza, lenguaje, linaje, mensaje y monje, de origen provenzal, o viaje, tomado del catalán. Asimismo se han ido admitiendo alternancias como gibraltareño / jibraltareño, hégira / héjira, gineta / jineta y otras. Pero las reglas no están claras.

Con el paso del tiempo se ha ido suprimiendo la g en algunos casos: el más notable es el de las palabras que empezaban por gn~, para las que desde 1959 se admite la escritura con n: gnomo o nomo, gnóstico o nóstico. También la palabra aumento perdió su g (augmento) entre los siglos XV y XVI, que tenía su origen en el latín AUGMENTUM; y flema (del lat. PHLEGMA), que se escribía phlegma hasta bien entrado el s. XVIII; y maestro (del lat. MAGISTER), que sin embargo mantiene la g en sus derivados cultos:magisterio, magistral; y ruido (del lat. RUGITUS), que la mantuvo no obstante en el verbo rugir y, posteriormente, en su derivado culto rugido; y vaina (lat. VAGINA), que se mantiene en su derivado vagina. Todo lo contrario ha ocurrido con la palabra benigno (del latín BENIGNUS), que perdió su g muy pronto, pero que la recuperó no hace mucho, pues todavía en el Siglo de Oro se escribía benino. Y magdalena es un vocablo que se resiste a desprenderse de su g, pese a admitirse académicamente madalena.

La g mantiene o ha mantenido duras luchas con otras letras a causa de varias palabras sinónimas. Ejemplos:

Con la b sostuvo una lucha por agujero / abujero que se resolvió muy pronto a favor de la g, seguramente porque el vocablo en cuestión era claramente un derivado de aguja. Sin embargo, su lucha con la b por buhardilla / guardilla, en su significado ‘ventana que se levanta por encima del tejado de una casa’, ha estado más reñida; hasta ahora, aunque ambas palabras se mantienen vivas, existe una clara ventaja para la b.

Lo mismo le sucede con la c en garrucha / carrucha ‘polea’: si bien con la g procede de carrucha(derivado de carro), parece que aquí la g tiene bastante ventaja. También le ha ganado la batalla a la c en la lucha que han mantenido durante siglos por gangrena (más fiel a su raíz latina) y cangrena (ya en desuso); por grieta y crieta, a pesar de que aquí es esta última la que, hasta los siglos XIV-XV, era la que preservaba un mayor vínculo con su origen latino; y por lágrima y lácrima (más fiel a su raíz, razón por la cual sus derivados cultos preservan la c: lacrimal, lacrimoso). Hace mucho más tiempo que le ganó la batalla a la c por lago (del latín LACUS), sagrado (del lat. SACRATUS) y sencillo (lat. SINGULUS), si bien se han vengado con sus respectivos derivados cultos lacustre, sacramento, sacristán, sacrificar, singular. Y también hace mucho que la g le ganó a c la batalla por gato, siendo esta una historia que merece la pena conocer: Los romanos antiguos conocían al gato montés como FELiS (de ahí los derivados cultos felino, félido…), pero no tenían un nombre para el gato doméstico. Ya en el s. IV, de procedencia incierta, aparecieron en el latín tardío las palabras cattus y catta, teniéndose por seguro que ya hacia el año 600 se usaba cattus para referirse al gato doméstico. Pero en su adaptación a los romances de las penínsulas ibérica e itálica, cattus se convirtió en gattus, estando documentado ya un gatu en los orígenes del español (año 967).

De las tres letras de la palabra gag dos son ges. También acaban en esta letra iceberg, tuareg yzigzag.

H

La H es la letra decimoquinta que más palabras encabeza en el diccionario: 2.189, el 2’48%. Su hombre es hache, del francés hache, y este del bajo latino hacca, modificación de ach, pronunciación vulgar en lugar de ah (con h aspirada), que fue el antiguo nombre latino de esta letra. Paradójicamente, empezó su andadura en el español escribiéndose sin h: ache en un texto de 1433.

En el alfabeto fenicio había una letra conocida con el nombre de het que es la antepasada de nuestra H y que se representaba con una figura de dos rectángulos superpuestos, algo inclinados. No está muy claro de donde procedía esta het fenicia. Se pronunciaba como una j suavemente aspirada. Los griegos la adoptaron de los fenicios dándole la forma mayúscula que hoy conocemos por eliminación de los trazos superior e inferior, y manteniendo la suave aspiración. Pasó al latín, donde fue perdiendo el sonido hasta quedar muda. Y así llegó al español: se escribe pero no se pronuncia.

Como ya hemos visto en el apartado de la letra f, muchos de los vocablos latinos que empezaban por esa letra pasaron al romance castellano cambiándola por una h aspirada: harina (farina escribe Berceo;farinato es un tipo de embutido salmantino), hacer (facer y fazer en el castellano arcaico), hambre(fanbre en el Cid), hablar (fablar en el Cid), harto (farto en el Cid), hastío (fastío todavía en el s. XVI, de donde vendría luego fastidio), hebilla, heder (feder en Berceo), helecho (felecho en la Edad Media),hender (fender en Berceo), herir (ferir en la Edad Media), hermoso (fermoso en los orígenes del idioma),hervir (fervir en Berceo), hez (fez en Berceo y con f en sus derivados cultos: fecal, fécula), hígado(fígado y fégado medievales), higo (figo en el Cid), hinojo (finojos se lee en el Quijote), horadar (foradar, Cid), horca (forca, Berceo), hormiga (formiga aún en el s. XIV y con f sus derivado fórmico), horno, hostigar (fostigar en Berceo, con un derivado culto, fustigar, ya en el latín tardío del s. IV), huen (efe) es la 13.ª que encabeza más palabras en el diccionario, con 2.860, elsloerie /i/iQuijote(e/iflema islori/i/ia /i 3’25% del total./iu ir (fuir, 1054, y también huída, pero no sus otros derivados: fuga, fugar, fugaz, fugitivo…), humo (fumo, 1088, así como humear, pero no sus otros derivados: fumigar, fumar, esfumar, perfumar…), hurto (furto, 1076, y también su derivado hurtar, furtar en el Cid)… Mención especial merece hierro (fierro en 1065,ferramienta en 1251), ya que la forma fierro permanece hoy en una buena parte de la América rural, así como en Chile, donde forma parte del vocabulario general. También sufrieron esta transformación, por supuesto, palabras que contenían esta letra, aunque no empezaran por ella, como búho (del latín vulgar BUFO) que Alfonso X aún escribió en sus glosas bufo, aunque ya aparece comúnmente con h en el s. XIII. En consecuencia, el español llegó al siglo XV con un vocabulario parvo en palabras con efes, pero con muchas que las recordaban con esas haches que la gente culta (que no la rústica) diferenciaba de las mudas con una ligera aspiración. Pero a finales del siglo XV la tendencia cambió por completo. Con la aparición de la imprenta, la expulsión completa de los musulmanes de la Península ibérica, el descubrimiento de América y el Renacimiento, los españoles cultos observaron las haches aspiradas con desprecio, demasiado rudas y arabizadas para su gusto. Así que empezaron a recuperarse las efes en numerosas palabras, aunque no fueron pocas las que mantuvieron las haches. La aspiración de estas haches se conserva aún en algunos lugares (Andalucía, Extremadura, Canarias y ciertas zonas de América). A veces, esta aspiración llega a convertirse en el sonido [j], pronunciación que en algún caso tiene su reflejo en la escritura: el cante jondo (de hondo); jalar, variante de halar usada en varios países americanos; jolgorio, grafía hoy mayoritaria frente a la etimológica holgorio; juerga, variante andaluza dehuelga (del lat. FOLGARE ‘descansar’). Jaca procede de la desusada haca (con h aspirada), que anteriormente se escribía faca. Y hasta el malsonante joder (del lat. FUTUĔRE ‘practicar el coito’), que empezó siendo foder en el español primitivo (fodido sea es una maldición que se lee en una inscripción cristiana de Granada de 1332-34), pasó a ser luego hoder, con la característica h aspirada que propició la posterior aparición de la j. En el caso de huracán, vocablo de origen taíno que se escribió furacán al principio en español, el carácter aspirado de la h se conserva en la pronunciación juracán de los dominicanos. También algunas palabras procedentes de idiomas extranjeros la h se pronuncia aspirada o con sonido cercano al de la [j]: hámster, holding, hachís, hall, hockey, Hawai… Y el grupo -hi- en posición inicial de palabra seguido de una e tónica se pronuncia normalmente como [y], salvo detrás de pausa o de palabra que termina en vocal, en que la pronunciación oscila entre [ié] y [yé]; así, es normal que palabras como hierro, hielo, hierba, hiedra se pronuncien [yérro, yélo, yérba, yédra], llegándose a fijar incluso esta pronunciación en la escritura, como ha ocurrido en hierba y hiedra, que pueden escribirse también yerbay yedra. Por cierto que, en los orígenes del español, lo más común era escribir ierba y elar.

Pero la norma actual es que la h sea muda, razón por la cual ha habido muchos intentos por suprimirla. Pese a ello, la h se ha conservado hasta hoy por tradición y porque ayuda a diferenciar palabras homófonas (que suenan igual) como huno y uno, hojear y ojear, hola y ola, hala y ala. Por el momento, hay varias palabras que se pueden escribir con o sin h: harmonía o armonía, harpa o arpa, harpía o arpía, harpillera o arpillera, harrear o arrear, harriero o arriero, hujier o ujier, hurraca o urraca. De otras palabras, sin embargo, la h desapareció hace tiempo, como por ejemplo ardilla, diminutivo de arda (perro ardero ‘el que caza ardillas’), procedente a su vez de harda, de origen incierto pero documentado en el español del s. XIII; o arrumaco, escrito harrumaco en la Loçana Andaluza(1528). Desapareció también en los orígenes del español la h de haber (lat. HABĒRE), pues aparece escrita aver en el Cid, pero los renacentistas la recuperaron, si bien tardó todavía cierto tiempo en asentarse. La misma experiencia sufrieron hombre, hombro, honor, honrar, hora, huerto, hueste (ombre, ombro, onor, onrar, ora, uerta, ueste en la literatura medieval) y hoy (oy todavía en el Diccionario de Autoridades, 1737). Algo parecido le pasó a historia, pues hasta finales del medievo era muy frecuente la forma sin h estoria. Hasta es otro vocablo (de origen árabe) que empezó en español sin h (asta) e incluso con f (fasta), pero en Nebrija ya aparece con esta letra.

Hueco, hueso y huevo empiezan con h pese a proceder de étimos (étimo: raíz o vocablo de que procede otro) latinos que carecían de ella. Esto se debe a la antigua costumbre, tal como veremos más adelante, de utilizar indistintamente la u o la v ya como consonantes ya como vocales, provocando una confusión con la que se pretendió acabar colocando una h delante de vocal. En el caso de hueco (OCCĀRE) resultó que las formas primitivas ocar y aocar derivaron en hueco; pero no así otro derivado: oquedad.Hueso (OSSUM) aparece ya así en el español primitivo, con h, así como algunos de sus derivados: huesoso uososo, huesudo u osudo, osamenta (antes osambre), osario, óseo. Y el medieval uevo (OVUM) pasó a escribirse huevo, quedando no obstante sus derivados liberados de la h: aovar, ovar, oval, óvulo, ovario.

Si ya de por sí parece una letra inútil, mucho más se antoja cuando aparece intercalada, como enadhesivo, ahí, alcohol, anhelar, bahía, cohorte, parihuela, tahona, tahúr, zaherir, zanahoria… En cadalsonos libramos de ella (cadahalso) hacia el s. XVI; en traer hacia el s. XVIII (traher y contraher todavía en el Diccionario de Autoridades,, de acuerdo con su étimo latino TRAHERE); y ahora (del latín HAC HORA ‘en esta hora’) llegó al castellano primitivo sin h (aora escribía el Arcipreste de Hita, siendo aún más antiguo unagora que todavía se oye en el habla rústica de muchos lugares). Por lo general, estas haches intercaladas permanecen en el español actual, aunque no así, por fortuna, las que formaban los dígrafos etimológicosph, rh, th, y varias de las del ch. Como sabemos, en 1803 el dígrafo ph se transformó en f. Pues bien, previamente, en 1779, se acabaron los dígrafos rh (diarrhéa, myrrha, rhetórica, rheuma, rhythmo, rhinoceronte, rhombo) y th (arithmética, éther, ethéreo, góthico, hypotheca, hipothesis, orthographía, pantheon, panthera, parenthesis, pathético, phythonissa, sympathía, systhema, thé, theatro, theología, theoría, thesis, thesóro). En cuanto al dígrafo ch (con h muda, a diferencia de la che), con el que se escribía, por ejemplo, mechánica, fue suprimido en 1754, aunque subsistieron algunas palabras hasta 1803, como Christo, tal como vimos en el apartado de la Ch.

Se escribe con esta letra el término gramático hipocorístico ‘dicho de un nombre: que, en forma diminutiva, abreviada o infantil, se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística; p. ej., Lola Charo’. Seguramente los hipocorísticos más extendidos son Pepe/Pepa y Paco/Paca. Pues bien, Pepe proviene de PATER PUTATIVUS (que se tiene por padre, no siéndolo), ya que en los libros religiosos se añadía tal aclaración al nombre del padre de Jesucristo, abreviado: San José, p.p.; y de tales pes salió, al parecer por ocurrencia de los monaguillos, el Pepe en sustitución de José. Algo similar sucedió con el fundador de la comunidad franciscana: San Francisco, PATER COMUNITATIS (pa.co.).

I

La vocal i es la undécima letra que más palabras encabeza en el diccionario, con 3.105, el 3’52% del total. La i es, junto con la u, la vocal más cerrada para cuya emisión basta separar las mandíbulas unos cuatro milímetros. Es la vocal más aguda, o sea, la que se produce con el máximo de vibraciones por segundo.

La antepasada más remota de la i de la que se tiene seguridad es la yod fenicia. Los griegos la empezaron a escribir tal como nosotros conocemos la I mayúscula. El alfabeto latino la copió, pero poniéndole al principio dos circulitos en cada extremo. Durante mucho tiempo, en español se escribió en minúsculas sin el actual puntito, lo que ocasionó muchos trastornos para su lectura correcta, pues se confundía a menudo con otras letras; para diferenciarla, a veces se escribía prolongándola por arriba (como una I mayúscula) o por abajo (de donde salió la j), y hasta con algún circulito en algún extremo, casi como los romanos. En la Edad Media se decidió acentuarla, y así quedó el puntito actual tras inventarse la imprenta.

La i comparte sonido con la y, a quien cedió en 1726 el uso como conjunción copulativa. En 1815 se decidió que i es vocal en todos los casos, excepto cuando es final de palabras que acaban en ai, ei, oi y frecuentemente en ui (Uruguay, ley, doy, muy).

Hay palabras con dos ies seguidas, como antiinflamatorio.

La i rivalizó con la letra e por las siguientes palabras, logrando por fin imponerse ya en el español:amarillo (del bajo latín AMARĔLLUS): amarielo > amarialo > amariello > amarillo; ciruela, en la primera vocal,(del lat. CERĔOLA ‘que tiene color de cera’): cirula > ceruela > ciruela; dibujar (del francés antiguodeboissier): debuxar > dibuxar > dibujar; en la segunda vocal de experiencia (lat. EXPERIENTĬA): espiriencia> esperiencia > experientia > experiencia; en la segunda vocal también de gemir (lat. GEMĔRE): gemere > gemer > gemir; en la primera de ingenio (lat. INGENĬUM): engeño > engenio > ingenio; en hinojo ‘rodilla’ (del lat. vulg. genucŭlum, con i resultante de yenojo): enojo > inojo > hinojo; en la primera de historia(lat. HISTORIA): estoria > historia; también en la primera de iglesia (lat. ECCLESĬA): eglesia > iglesia; en igual(lat. AEQUĀLIS): equal > egual > igual; en la primera de jeringa (lat. SIRINGA): siringa > xeringa > jeringa; enplañir (lat. PLANGĒRE): plañer > plañir; en maestro (lat. MAGISTER): maistro > maestro; en disparar (lat.DISPARĀRE): desparar > disparar; en la segunda de regir (lat. REGĔRE): reger > regir; en la primera de rincón(del ár. hisp. rukán, y este del ár. clás. rukn): rencón > rincón; en ninguno (lat. NEC UNUS ‘ni uno’):nenguno > ninguno; riñón (lat. RENIS): reñón > riñón; en sanguijuela (de sanguja, y esta del lat.sanguisūga; de sanguis ‘sangre’, y sugĕre ‘chupar’): sanguisuela > sanguesuela > sangrusuela > sangujuela> sanguijuela. Pero en otras el resultado fue adverso para la i, como en campeón (del italiano campione):campion > campeón. En otras quedaron ambas letras en tablas, como en fiesta (del latín tardío FESTA), ensien (del antiguo sen, y estedel germánico sĭnn) y en siervo (lat. SERVUS), donde conviven pacíficamente; o en selva y silva (del lat. SILVA), gracias a que esta última varió su significado, como en témpano y su derivado tímpano (lat. TIMPANUM); o, por la segunda vocal, en cerner y cernir (lat. CERNĔRE), siendo sinónimas (que tienen una misma o muy parecida significación); y también por la segunda vocal en las sinónimas hender y hendir, y sus derivados hendedura y hendidura. También son sinónimas las palabrasinfernillo e infiernillo, ambas derivadas de infierno (lat. INFERNUM), donde la i se colocó muy al principio del español; al igual que mierda (lat. MERDA), pie (lat. PES), piedra (PETRA), piel (PELLIS), pierna (PERNA),tiempo (TEMPUS), tierra (TERRA), tiesto (TESTUM) y viento (VENTUS), ya en los albores del idioma.

Por su parte, compañía recuperó su i etimológica muy pronto, pese a que el latín COMPANĬA (de CUMy PANIS) pasó al español primero como compaña, pero no ocurrió lo mismo con su derivado compañero.

J

La consonante J es la decimonovena letra que encabeza más palabras del diccionario: 961, el 1’09%. La j es hija de la i. No existía en los alfabetos fenicio, griego ni latino. El sonido consonántico peculiar de la j se produjo en el paso del latín al romance castellano por múltiples procedimientos: la propia i (IOCUM > juego); una l seguida de e o i (MULIER > mujer, PALEA > paja); un grupo -cul- (AURICŬLA >oreja, OCULUS > ojo); un grupo -sc- (FACSIA > faja); e incluso por adaptación de sonidos árabes (šáyẖ> jeque, aššuwár> ajuar, šuríl> jurel). Para este sonido también servía la i (causa de no pocas confusiones, pues la palabra viejo, por ejemplo, podía verse escrita vieio o vjeio), hasta que, entre los siglos XVI y XVII, se separaron, quedando la primera como vocal y la segunda como consonante y con sonido propio. El humanista francés Pierre de la Ramée fue el inventor del signo de la J mayúscula y la j minúscula, para su adaptación a la imprenta en el siglo XVI. Tiene un punto arriba por herencia de la i, que así se distinguía de la u. Su propio nombre, jota, procede del nombre de la i en griego: iota. Pero cuando la j se desligó de iempezó su competencia con otras dos consonantes, la g y la x. Tal como veremos en el apartado correspondiente, la x representó en español antiguo un sonido similar a la actual sh del inglés (xabon, viexo, dixo, floxo, México, Texas, Ximénez) que desapareció del español a mediados del s. XVI, pasando a escribirse definitivamente en 1815 estas palabras con j (jabón, viejo, dijo, flojo, Méjico, Tejas, Jiménez), si bien se conservan por tradición algunas con x, aunque se pronuncian como j (México, Texas). Esto resolvió las confusiones que había entre aquella x y la j, pero no entre esta y la g cuando va seguida de e, i. Esta coincidencia de sonido de la j con la ge, gi, todavía persiste, y sus posibles confusiones también.

En el apartado de la letra g expusimos muchos ejemplos de palabras con origen extranjero (la mayoría francés) y final ~age donde esta letra acabó siendo sustituida por la j. Todavía hay alguna que se resiste, como collage, si bien ya existe una propuesta oficial para adaptarla gráficamente al español comocolaje.

El sonido de la j es tan recio que a menudo resulta demasiado fuerte, sobre todo cuando se juntan dos de estas letras en una misma palabra (ajonjolí, cejijunto.cojijoso, jambaje, mejunje, jauja, tejemaneje) o tres (jajajear) o va unido su sonido al de la doble ere (jarra, jarrete). Por el contrario, su sonido se ensordece cuando finaliza el vocablo (boj, carcaj, reloj, troj).

K

La K (ka) es la vigésimo cuarta letra que más palabras empieza en el diccionario: 101, el 0’11%. Se la ha considerado desde siempre como una letra inútil y extranjera, pues ya los romanos contaban solo con diez palabras que empezaban con esta letra, aunque la tomaron del alfabeto griego que, a su vez, la copió de la kaf fenicia (pero dándole la vuelta) y los fenicios, en fin, la tomaron de la escritura jeroglífica egipcia, en donde representaba una mano o un puño. Entre 1815 y 1869 desapareció del diccionario académico.

Son muy pocas las palabras españolas que la contienen, pues en su mayoría tienen un claro origen extranjero. El sonido que representa también lo tienen la q, la c cuando va seguida de a, o, u y, a veces, lach.

Ha habido prestigiosos lingüistas (y todavía los hay) partidarios de cambiar la ortografía de algunas palabras a favor de la k; de modo que cama, como, cuna, queso, quiso, se escribieran kama, komo, kuna, keso, kiso, a la manera como se escribían ya muchos de estos vocablos antes del siglo XIII (kasa, cabestro, karrera, kauallo, kabalkata). Pero estas propuestas no han prosperado por ahora. Hoy en día, la k también es utilizada como signo de rebeldía por quienes viven a contracorriente, como los okupas. Pero tampoco esta costumbre ha sobrepasado la marginalidad para extenderse entre la mayoría de la gente; si bien es muy común utilizar esta letra en los mensajes electrónicos. Asimismo ha habido intentos contrarios a los anteriores, en los que se ha propuesto alternativas a palabras como kilómetro, kilo o kimono, autorizándose el uso de quilómetro, quilo y quimono, pero tampoco ha prosperado esta propuesta, ya que son muy pocos los que hacen uso de ella. De manera que la k se mantiene en esa situación de marginalidad dentro del alfabeto, en la que de momento ni pierde ni gana terreno.

Se escriben con dos kas: kamikaze, karaoke, katiuska, kayak.

L

La L (ele) es la decimocuarta letra que más palabras encabeza en el diccionario: 2.495 (incluidas las 134 de la LL), el 2’83%. Los fenicios tenían esta letra en su alfabeto con el nombre de lamed ‘cayado’, con forma en efecto de este utensilio que empleaban los pastores para azuzar a los bueyes. Los griegos la adaptaron con el nombre de lambda pero sustituyendo la curva de la letra en un ángulo agudo. Un ángulo que hicieron recto los romanos cuando la copiaron para el alfabeto latino. Y así llegó al español. Excepto por el tamaño, la L mayúscula y la l minúscula se escribían igual, pero al ligarla con otras letras en la escritura manual, a la minúscula le apareció la panza superior.

Representa el sonido consonántico más abierto y sonoro, por lo que se sirve para acompañar el tarareo de cualquier melodía. Se ha definido su sonido como cantarín y mojado o líquido, pues la lengua es verdad que se ensaliva más que al pronunciar otras letras. De ahí que la l suela aparecer en onomatopeyas del sonido del agua.

Umbral ‘parte inferior de la puerta de una casa’ era antes lumbral (todavía en el diccionario como ‘escalón de la puerta de entrada de una casa’), pero perdió su primera l para evitar confusión con el artículo (el umbral). Lo mismo ha sucedido con atril, antiguo latril. Y por el mismo motivo (evitar confusión con el artículo), hubo un cambio en la consonante inicial de lintel (del lat. LIMITELLUS, derivado de LIMEN ‘linde, límite’) en el siglo XVII, pasando a escribirse y pronunciarse dintel. También perdió con el tiempo una l la palabra apacible (de aplacible, ahora en desuso pero muy frecuente hasta fines del s. XVI).

La l tuvo su particular conflicto con la letra b a causa de las palabras bombarda y lombarda en su común significado ‘cañón antiguo de gran calibre’, quedando al final en empate. La más antigua de ambas palabras es lombarda (de lombardo ‘natural de Lombardía’), que pasó a bombarda por influencia debomba.

LL 

La LL (elle) es, como la Ch, un dígrafo ‘signo ortográfico compuesto de dos letras para representar un fonema’, que durante mucho tiempo fue considerada una letra independiente, pero que, desde 1993, ha vuelto a incluirse en el apartado de la L. Hay 134 entradas en el diccionario académico que empiezan con este dígrafo.

La mayúscula se escribe LL cuando toda la palabra es en mayúsculas (LLAVE) o Ll cuando las demás letras de la palabra son minúsculas (Llave). La minúscula se escribe ll.

El sonido que representa la ll es peculiar del español, distinto al que pronunciaban los romanos en palabras con ll que pasaron a la lengua romance con ligeras variaciones, como VALLIS (leído val-lis) > valle yCAPILLUS (leído capil-lus) > cabello.

La ll rivalizó con su hermana l por mil (lat. MILLE) hace mil años, en los albores del español, pues entonces se escribía mill. También rivalizó con la muy española letra ñ por su dominio en el verbodomeñar (domellar en el s. XIII), pero al final perdió la batalla. E igual fin tuvo en su disputa con la letra jpor toalla, que antiguamente se escribía tobaja (más acorde con su origen germánico thwahljô), usada aún en Andalucía. Mejor parada salió de su pelea con la l por heredar el vocablo latino LEVĀRE en su significado de ‘llevar’, pues en la Edad Media se decía levar (de donde levante y levantar), hasta que en el s. XVI se hizo más común llevar, quedando levar limitada al vocabulario marinero. Algo parecido le pasó con la f enllama (lat. FLAMMA), que empezó siendo en español flama, hasta que, a partir de mediados del s. XIII, empezó a ser arrumbada por la ll, conservándose desde entonces como un sinónimo culto (como cultos son sus derivados: flamante, soflama, inflamar); y también con el grupo -cl- en llamar (lat. CLAMĀRE) cuyo significado fue heredado primero en español por clamar, hasta que este verbo hubo de variar sensiblemente de significado para sobrevivir como cultismo (clamor, aclamar, declamar, proclamar, reclamar son también derivados cultos del vocablo latino), y en llave (lat. CLAVIS), que en Berceo se lee también clave, si bien esta última quedó pospuesta primero y sobrevivió luego gracias a que se especializó en su significado como duplicado culto (de donde derivaron clavija, clavícula, cónclave).

M

La M (eme) es la sexta letra que más palabras empieza en el diccionario: 5.367, el 6’10%. La m es considerada onomatopeya del balbuceo, del intento de hablar, por lo que es la preferida para que los niños aprendan a llamar a su madre en muchos idiomas (mama en el español tradicional, que se acentuó, mamá, en el siglo XVIII por imitación francesa). Al igual que la b y la p, la m es una letra que los niños aprenden fácilmente a pronunciar porque se articula con los labios de manera visible.

El origen de esta letra está en el símbolo con que se representaba el agua en la antigua escritura jeroglífica egipcia. De este símbolo tomó el alfabeto fenicio su letra mem ‘agua’, pero transformando los trazos de manera que desaparecen sus evocadores aires acuáticos. Los griegos la copiaron para su letramy, en versiones muy parecidas ya a la M actual, como lo es ya la M latina.

Muy relacionada con el agua de la que procede esta letra es la palabra Madrid, nombre de la capital de España. Viene del árabe mairyt, palabra con que denominaban los canales subterráneos que construyeron hace siglos para el aprovisionamiento de agua de la ciudad. Y también el nombre del patriarca bíblico Moisés, Mouseh en copto, una de las lenguas habladas en Egipto y en la que significaba ‘salvado de las aguas’ (mo ‘agua’ y useh ‘salvar’). Con Moisés está relacionado el muy conocido Baño María ‘recipiente con agua puesto a la lumbre y en el cual se mete otra vasija para que su contenido reciba un calor suave y constante en ciertas operaciones químicas, farmacéuticas o culinarias’. Según Corominas, este baño se llama por la hermana de Moisés, probablemente por alusión a su hermanito, por quien ella velaba mientras anduvo a flote, dentro de su cuna, por las aguas del Nilo. El diccionario académico está de acuerdo con que proviene de la hermana de Moisés, pero porque fue considerada la primera alquimista.

Debe escribirse m delante de b y p (ambiguo, campo), mientras que se escribe n ante la letra v (inviable, invasión). No obstante, hay algún caso en que por respetarse las grafías etimológicas, puede aparecer n ante b: Canberra, Gutenberg. Antiguamente no existía esta regla ortográfica, por lo que es muy común leer en textos medievales palabras tales como enxanbre (enjambre), emvío (envío) o embiar (enviar).

A partir del griego mnéme ‘memoria’, existen en el español las voces mnemónico, mnemotecnia,mnemotécnico,en las que la m es muda. Ante la difícil articulación de este grupo consonántico inicial, estas voces pueden escribirse también sin m (nemónico, nemotecnia, nemotécnico).

Existen varias palabras que acaban con esta letra, casi todas con claras raíces latinas (álbum, factótum, médium, pandemónium, quórum, referéndum, réquiem, solárium, tándem, ultimátum, vademécum), pero también de procedencia árabe (Islam, imam, harem), amerindia (tótem), e inglés (film), y de creación mucho más moderna, como módem, acrónimo (unión parcial) de modulación ydemodulación. Algunas de estas voces se han adaptado gráficamente a nuestro idioma dando lugar a variantes con ~n, como ha sucedido con imán o harén.

Hay siete vocablos con tres emes: matemáticamente, momentáneamente, mormonismo, omnímodamente, tres de lo cuales acaban además en esta letra: memorándum, pimpampum y súmmum, esta última con dos emes seguidas.

Existen en español palabras que empiezan con m y que resultan muy sonoras al contar además con dos as, tales como maca y macá, mama y mamá, maga, maja, mala, malla y maya, mana y maná, maña, mapa, mara, masa, mata y maza. Sin embargo, no existen maba, mada, mafa ni mava, con lo fáciles y sonoras que serían.

En el vocablo calumnia a la m le costó recuperar su lugar etimológico (del latín CALUMNĬA), ya que en la Edad Media la forma más corriente era calunia. Y, en cambio, en comensal (del latín CUM ‘con’ y MENSA‘mesa’) su presencia fue doble, comemsal, hasta no hace mucho, pues así escrita figura en el Diccionario de Autoridades (1729). En este mismo diccionario aparecen commemorar y commover, pero la primera de estas emes etimológicas (lat. COMMEMORĀRE y COMMOVĒRE) acabó por ser sacrificada a favor de la n:conmemorar, conmover. Lo mismo se puede decir de lema (lat. LEMMA), que en Autoridades (1734) se escribe lemma. Así como muchas de las palabras que hoy en día empiezan por enm~ o inm~, que en dicho diccionario aparecen escritas con dos emes seguidas: emmaderar, emmarañar, emmascarar, emmohecerse, emmudecer, immaculado, immaduro, immediato, immenso, imminente, immortal. Y en este mismo diccionario (1732) se lee emphasis, así, de forma idéntica al término latín del que procede, pero que cambió muy pronto a énfasis, sustituyendo la m por la n, cuando se rompió con el concepto radicalmente etimológico que se tenía.

Con la letra b disputó la m a cuento del verbo desmoronar, no en balde es un derivado de borona‘pan de mijo o de maíz’; desboronar aún aparece en el diccionario académico como sinónimo en desuso. Según los fonólogos, este cambio de b en m es un fenómeno corriente a lo largo de la historia de nuestro idioma, debido a una dilación de la nasalidad en la pronunciación. También con la b tuvo la m su rivalidad por vagabundo (lat. VAGABUNDUS), pues hasta el s. XIX fue también muy corriente la variante vagamundo, hoy considerada vulgar.

N

La N (ene) es la decimoctava letra que encabeza más palabras en el diccionario: 1.287, el 1’46%. En los jeroglíficos egipcios aparece representada como una serpiente. Esquematizada y con un rasgo más quebrado pasó primero al alfabeto fenicio con el nombre de nun y luego al griego con la misma forma y el nombre de ny. Así llegó al latín, con una mayúscula, N, idéntica a la nuestra. La minúscula nació con el redondeo del trazo al escribir letras juntas.

Fonéticamente, la n es en español una consonante que, con la m y la ñ, completa el trío de nasales. Su sonido se forma con una resonancia en el interior de las fosas nasales, al aplicar sobre ellas la punta de la lengua. Es una consonante muy maleable. Al pronunciarse, se adapta su sonido al de otras consonantes, suavizándose hasta el punto de casi desaparecer. En el grupo -nm- (inminente, inmóvil, conmigo), aunque se esboza la articulación de la n, lo que suena en la conversación corriente es la m; de ahí las vacilaciones que ha habido entre los ortógrafos a la hora de considerar el hecho de si escribir -imm-(ej.: immóvil, talcomo prefería Nebrija), norma aprobada por la Academia en 1726, que corrigió no obstante cuarenta años más tarde, para imponer el modo –inm- (inmóvil), todavía vigente. Pero donde mejor se comprueba la costumbre de asimilar la n a las consonantes que la siguen es el caso de las sílabascons, ins y trans. En esta última (transporte, transpirar, transformar), se pronuncia tan relajada que a veces desaparece; de ahí que, en 1970, se terminara oficialmente por aceptar la posibilidad de quitarla en algunos de estos casos (trasporte, traspirar, trasformar). En el caso de consciencia fue la pérdida de la s y no de la n la que fijó en el uso la grafía simplificada conciencia.

Algunas palabras se escriben con dos enes seguidas: connotación, ennegrecer, ennoblecer, perenne, connivencia, innato. Durante mucho tiempo también se escribían con dos enes seguidas annexo, annexar, connexión (aún en el Diccionario de Autoridades, 1726); innocencia (Aut. 1734); e innocuo(1843). Así como dinno (del lat. DIGNUS), que en la Edad Media ya era dino, pero que acabó recuperando no obstante su g etimológica convirtiéndose en el actual digno.

La primera n de renglón se introdujo injustificadamente por influjo de ringlera ‘fila o línea de cosas’ en la más antigua reglón (aumentativo de regla) y que sobrevive hoy en el diccionario con el significado de ‘regla grande que usan los albañiles y soladores para dejar planos los suelos y las paredes’.

De manera igualmente injustificada se produjeron las incjuegoson también derivados cultos del vocablo latino), y en ‘agua’, pero transformando los trazos de manera que desaparecen sus evocado/icuando va seguida de La res aires acuáticos. Los griegos la copiar/i/ichion para su letralusiones de las siguientes enes: la segunda en el verbo intrincar, procedente de intricar (lat. INTRICĀRE), todavía en vigor aunqi). Por el contrario, scontraher memorándum, pimpampjbum dinno p/iu sonido se ensordece cuando finaliza el vocablo (ue con mucho menor uso; y la primera n en invierno, que de), rivó de ivierno (lat. [TEMPUS] HIBERNUM), aún en el diccionario académico con idéntico significado. En el caso de la primera n de manzana, que carecía de ella hasta el s. XIV, cuando se escribía y pronunciaba mazana o maçana, los fonólogos explican esta inclusión a causa de una extensión de la nasalidad inicial, perteneciente a un tipo frecuentísimo (mancha, mancilla, manzana…), parecida a la que afectó también a la palabra mucho, que sobre todo en el s. XVI (pero todavía hoy en el habla vulgar) se pronunciaba y aún escribía muncho.

En el caso de alondra, la n es producto de un error. Del latín ALAUDŬLA, diminutivo de ALAUDA (voz de origen celta), el aloa y el alodra del español del siglo XIV se pasó a alondra por confusión con olondra, como se llamaba entonces a la golondrina.

El adjetivo pronto (lat. PROMPTUS) pasó al español primeramente como prompto, pero ya en el Siglo de Oro se simplificó con la introducción de la n en sustitución del grupo consonántico -mp-. Lo mismo sucedió con el adjetivo suntuoso (SUMPTUŌSUS), sumptuoso en el Diccionario de Autoridades (1739).

Por el contrario, en el tránsito del latín al español primitivo han perdido una n varias palabras, como mes (MENSIS), mesa (MENSA) o mostrar (MONSTRARE), que recuperaron no obstante sus derivados cultos (mensual, menstruación, comensal, monstruo).

Alimaña es sinónimo de animal y ambas palabras tienen un mismo origen, la voz latina ANIMAL, plural ANIMALĬA, de donde pasó al español animalia hasta los siglos XIV-XV, en que la n fue sustituida por lal.

Ñ

La Ñ (eñe) es la vigésimo quinta letra que más palabras encabeza en el diccionario: 80, el 0’09%. Es la letra patriótica, la aportación española al alfabeto latino.El sonido de la ñ no existía en latín, pero la evolución de grupos tales como gn, nn, ni o nh dio lugar a él durante la Edad Media entre las lenguas románicas. El italiano y el francés se quedaron con gn, el gallego-portugués con el nh y el catalán con el ny. El castellano prefirió nn, que se abrevió por medio de una n con una raya encima y que acabó convirtiéndose en una única letra en forma de n con tilde ondulada (ñ) y un sonido nasal muy peculiar, que se pronuncia juntando la lengua con el paladar de tal manera que impida la espiración por la boca, y separándola rápidamente para que el aire salga por la boca y las fosas nasales (ejemplos: PITINNUS >pequeño; DOMINUS > DOMNUS > donno > doño; SCAMNUM > scanno > escanno > escaño; TAM MAGNUS ‘tan grande’ > tan manno > tamaño). Pero también han pasado al español palabras con ñ cuyo origen está en otros grupos latinos, como puño (PUGNUS), aunque no ocurre lo mismo con sus derivados cultos: pugnar, impugnar; y como señor (SENIOR ‘más viejo’).

Del alfabeto castellano la ñ pasó a otros idiomas en los que existía una consonante nasal palatal en su sistema fonológico, como el euskera y el gallego en la Península Ibérica, el guaraní, el quechua, el aymara, el araucano, el mapuche y el zapoteco en América, el tagalo en Filipinas y el chamorro en las Islas Marianas. Y del mismo modo que el español incorporó la letra germánica w, más modernamente el inglés ha aceptado la ñ para poder escribir con exactitud, sin falsearlos, los préstamos hispánicos con esta letra que le han ido llegando, como cañada, cañón, jalapeño, niño, piñata, vicuña…

Existen dos palabras que tienen dos eñes y que además empiezan por una: ñiquiñaque y ñoño.

Del árabe hispánico alkúnya tomó el español su alcuña ‘ascendencia, linaje, especialmente el noble’ (ny > ñ), que derivó poco después en alcurnia. El Diccionario de Autoridades encabeza su artículo con alcuña y dice que alcurnia «es voz baxa», pero en la actualidad aquella ha quedado como sinónimo en desuso de esta.

El latín CALUMNĬA pasó al español primitivo y popular como caloña y, algo más tardíamente y de forma culta, como calumnia, que ha sido la que ha terminado por imponerse, arrumbando a caloña como un vocablo anticuado, aún en el diccionario académico. Algo similar sucedió con ingenio: INGENĬUM > engeño > engenio > ingenio.

De origen incierto, quizá prerromano, hay constancia documental en el español del s. XIV de la palabra leganya, que derivó pronto (ny > ñ) en lagaña y después en legaña. El Diccionario de Autoridades(s. XVIII) prefiere todavía lagaña y en el actual diccionario académico figura como sinónimo de legaña, que «es la forma preferida hoy en el habla culta de casi todo el ámbito hispánico, aunque en algunos países de América convive en el nivel culto con la variante lagaña o, como en Costa Rica, es esta la única forma usada», aclara el Diccionario panhispánico de Dudas.

Como vimos en el apartado de la letra i, compañía es un derivado de compaña, de donde procede también compañero. Pero en la Edad Media el vocablo que más se empleó fue compaño y, con menos frecuencia, compañón, que más tardíamente solo se aplicó a los testículos, llamados así como eufemismo (forma suave de decir algo) por ser inseparables. La evolución de compañero fue la siguiente: companiero> compannero > compañero.

La etimología de nube y de nublar es muy clara: latín NUBES, NUBILĀRE. Pero como del latínINNUBILĀRE llegó también al español antiguo el vocablo (nn > ñ) añublar, durante mucho tiempo derivados de este (ñublo, ñublar, ñublado), ahora en desuso, han coexistido con derivados de aquel (nublo, nublado). Lo mismo ocurrió con nudo (NUDUS) y ñudo (derivado de añudar, que a su vez procedía del latínINNODĀRE, con evolución nn > ñ), y sus derivados: nudoso, nudillo y ñudo, ñudoso, ñudillo).

O

La vocal O es la decimoséptima letra que más palabras encabeza en el diccionario: 1.390, el 1’58%. Hasta hace poco, la o disyuntiva se acentuaba siempre; luego solía acentuarse cuando, yendo entre números, podía confundirse con un cero (40 ó 50); pero desde 2010 esta tilde se ha suprimido definitivamente.

La letra o aparece en la escritura jeroglífica egipcia con la forma de un ojo humano que miraba de frente. Los fenicios esquematizaron el símbolo dándole una sencilla forma circular y recordando su origen llamando la letra ayin ‘ojo’. Reducida la adoptaron los griegos, después los romanos y, por fin, nosotros.

Considerada históricamente, la o en las lenguas románicas procede de su antecedente latina; si bien hay palabras cuya evolución demuestra que hubo oes latinas que fueron transformadas en el diptongoue al pasar al español. Algunos ejemplos: Cuerno (lat. CORNU), aunque no así sus derivados cornada, córnea, corneta; cuero (CORIUM), pero no sus derivados coraza, coriáceo; cuerpo (CORPUS), pero nocorpóreo, corporación; cuesta (COSTA), pero no costilla ni costa ‘orilla del mar’. No sucedió lo mismo, pese a que se intentó, con conde (lat. COMES), que fue primero cuende, y con como, cuya evolución fue la siguiente: latín clásico QUOMODO ‘¿de qué manera?’, ‘de la manera que’ > latín vulgar QUOMO > quemo > cuemo > como.

Pero también han surgido oes por otro procedimiento. Por ejemplo, por reducción de algunos diptongos latinos: au > o (MAURUS ‘habitante de Mauritania’ > moro; AURICŬLA > oreja, pero no su derivado culto auricular; PAUPER > pobre, y su derivado pobreza, pero no el cultismo paupérrimo; TAURUS > toro, y sus derivados torear, torero, pero no los cultismos taurino y tauromaquia). Esta transformación ya existía en latín, aunque era considerada un rasgo de la lengua vulgar. Pero, a fin de cuentas, buena parte del vocabulario de las lenguas romances provienen del latín vulgar. Precisamente esta monoptongación (au > o) es la que dio lugar a la conjunción disyuntiva española o (este o aquel, blanco o negro), ya que esta función gramatical la realizaba en latín la partícula AUT. También la o española se ha nutrido de muchas ues latinas (FURCA > horca), sobre todo cuando iban seguidas de m (LUTUM > lodo, PLUMBUM > plomo) o de s(ANGUSTUS > angosto, ANNEXUS > anexo); si bien hay excepciones, como ángel (ANGĔLUS), pese a que Juan del Encina (1468-1529) escribiera ángelo, como apóstol (APOSTŎLUS), que fue primero apóstolo y aún figura así en el diccionario académico como sinónimo en desuso, o como risa (RISUS), que al principio fue riso, vocablo que ahora figura en el diccionario académico como poético ‘risa apacible’.

La o de estornudar (lat. STERNUTARE) usurpó el puesto que, desde los orígenes del idioma, había ocupado la segunda e de esternudar. Mucho antes sustituyó la primera o de obispo a la e que figuraba en su étimo (EPISCOPUS), puesto que este cambio se produjo en los albores del español de forma espontánea y, según los fonólogos, por el influjo de labialización de la b. Y la o de tortuga le robó su puesto a una aetimológica (del latín tardío TARTARŪCHUS) que sobrevivió no obstante durante los comienzos del vocablo en el español. En el caso de los verbos sinónimos entremeter y entrometer, aunque pueda parecerlo, la diferencia entre la e y la o no se debe a ninguna disputa entre ambas letras, sino al distinto origen de cada uno de ellos: entremeter procede del latín INTERMITTĔRE, en tanto entrometer viene del también latínINTROMITTĔRE.

Hay muchas palabras que se escriben con dos oes seguidas (cooperar, coordinar loor, microondas, protozoo, zoo) y con una h intercalada entre ellas (alcohol, cohombro, cohorte, moho). También son numerosas las palabras que cuentan con tres oes (cogollo, fósforo, mocoso); algo menos las que tienen cuatro (comodoro, horóscopo, oloroso); aún menos las que tienen cinco (fosforoscopio, odontólogo, todopoderoso); y solo hay una palabra que tenga seis: otorrinolaringólogo.

P

La P (pe) es la cuarta letra que más palabras encabeza en el diccionario: 7.478, el 8’50%. Desciende esta letra de un jeroglífico egipcio que representaba una boca abierta. Los fenicios le dieron el nombre de pe, que quería decir ‘boca’. Aunque olvidándose de lo que representaba, los griegos la llamaron pi y copiaron la forma fenicia, pero en varias versiones. Una de ellas fue la que eligieron los romanos para su alfabeto, que al final llegó al español.

De sonido explosivo, la única peculiaridad de esta letra es que puede confundirse con su homófono (que suena de igual modo pero con diferente significado) sonoro b. Esta igualación sonora es la responsable de que en árabe no exista la p; y también de que haya muchos vocablos latinos pasaran al primitivo español cambiando sus pes por bes: CAPILLUS > cabello, CAPRA > cabra, CAPITĬA > cabeza, RIPA >riba, LUPUS > lobo, SEPTEM > siete, POPULUS > pueblo, PROMPTUS > pronto, RAPUM > rabo, VIPĔRA > víbora. Ocurre lo contrario con columpiar, donde la b fue sustituida por la p, pero esto fue porque su origen no es latino, sino leonés (columbiar, como término marítimo que significaba ‘zambullirse’) con raíces griegas.

Q

En el diccionario hay tan solo 506 palabras encabezadas por la letra Q (cu). En este sentido, la qestá en el puesto vigésimo primero, con un bajísimo 0’57%. A la q siempre la acompaña una u muda.

Ya suponía esta letra un problema para los romanos, por tener un sonido coincidente con la c y la k. Esta diferencia ya existía en el alfabeto fenicio, con las letras kaf y qof, que las tomaron del jeroglífico egipcio, esquematizándolo, en el que se representaba la cabeza de un mono y que significaba esto mismo: ‘mono’. Los griegos hicieron suyas las letras fenicias pero llamándolas kappa y qoppa. Esta última la adoptó el latín, como Q, que pasó así al español.

El acuerdo definitivo es que se escribe c cuando le siguen las vocales a, o, u (casa, comer, cuchara), quedando para la q las e, i (queso, quiero). No obstante, todavía en el Siglo de Oro era muy común escribir quatro, quanta, quaresma (Teresa de Avila); qual, quantioso, cinquenta, quatrocientos, quenta, quento (Cervantes); qualquiera, quales, quando, quanto, eloquencia, quadrilla (Lope de Vega);quantidad, delinquente, pasquas, quidado (Tirso de Molina); quenten, quadre, requa (Góngora). En un intento por poner orden en este desbarajuste académico, en el siglo XVIII la primera Ortografía académica estableció el principio etimológico (por el que se respetaba la q en todas aquellas palabras que la tuvieran en latín), pero posteriormente este criterio fue corregido y, ya en 1815, la q solo se quedó para que, qui, con su correspondiente u de apoyo y considerándola, por ello, letra doble. En la última Ortografíaacadémica (2010) se estableció que las palabras quásar y quórum pasaran a escribirse con c: cuásar yquórum; del mismo modo que los nombres de los países Iraq y Qatar, pasarían a llamarse Irak y Catar.

Pero no solo con la c y la k ha debido competir la q para hacerse un lugar en según qué palabras, sino que también hubo de disputar con aquella ch que recordaba el origen latino del vocablo (Christo, chrónica): aniquilar (lat. ANNICHILARE), que era anichilar todavía al final del s. XV; arquitectura y arquitecto(ARCHITECTŪRA, ARCHITECTUS), con ch aún en el Diccionario de Autoridades (1726); bronchio figura en este mismo diccionario, antecedente del actual bronquio (BRONCHĬA); del latín CHIRURGĬA viene cirugía, pero también su derivado culto quirúrgico (lat. CHIRURGĬCUS); máquina (MACHĬNA), máchina en el s. XVIII; en este mismo siglo orchestra, igual que en latín (ORCHESTRA), antes de pasar a ser orquesta. Lo mismo le ocurrió incluso con voces que tenían otras procedencias distintas a la latina, como por ejemplo, alquería (del ár. hisp. alqaríyya, y este del ár. clás. qaryah), cuya evolución en el español fue alcaría > alchería > alquería; oesquela (de etimología discutida): eschela aún en el s. XVIII.

Tal como vimos en el apartado dedicado a la letra k, ha habido intentos académicos por sustituir esta por la q (quilogramo, quilómetro, quivi), pero no han prosperado por más que tales vocablos se mantengan en el diccionario. Más suerte han tenido, aunque no han acabado por desbancar a la k, las cus de quimono y quiosco.

Hay una palabra que se escribe con tres cus: quiquiriquí.

Nuestra lengua distingue bien estas letras (b, p), pero aún así las ha igualado en varios casos:butaca procede de la palabra amerindia putaca, y patata es el fruto de la confusión entre las voces americanas papa y batata. En la actualidad, su sonido se relaja cuando finaliza una sílaba (inepcia, eclipse) y prácticamente desaparece cuando va seguida de t (baptisterio, septiembre, séptimo), razón por la cual se permite escribir algunas de estas palabras sin ella (setiembre, sétimo).

Hay palabras que empiezan por una p, seguida por otra consonante,que no se pronuncia, comopsicología, psiquiatría, pteridofito y ptosis (muchas se pueden escribir sin ella: sicología, siquiatría, seudo, y otras incluso se han visto liberadas definitivamente de ella: (p)tisana, (p)tísico, (p)salmo, (p)neumático, (p)neumonía); otras que terminan con esta letra: clip, pop, top, vip, autoestop o autostop, handicap; y una que tiene tres pes: prosopopeya.

R

La R es la novena letra que más palabras encabeza en el diccionario: 4.458, el 5’06%. Su nombre general es el de erre, pero puede llamarse ere cuando nos referimos a la suave o vibrante simple. El dígrafo rr se denomina erre doble o doble erre.

Es una letra muy particular dentro del alfabeto español porque tiene la facultad de representar dos sonidos distintos que además pueden dar lugar a significados distintos (pero / perro; caro / carro). Para representar el sonido suave o vibrante simple se escribe una sola r (caro, pero). Para representar el sonido fuerte o vibrante múltiple se escribe rr (carro, perro). En este último caso, cuando empieza una palabra, se escribe también r aunque se pronuncie fuerte (rojo, rabo), y también tras b, l, n, s (subrogar, alrededor, Enrique, Israel), pudiendo aparecer también tras d y z (ciudadrealeño, lazrar).

La r suave o vibrante simple es de pronunciación instantánea y la lengua choca una sola vez contra los alvéolos, desplazándose de fuera a dentro; mientras que para pronunciar la rr fuerte o vibrante múltiple la lengua va de dentro a fuera, produciendo dos o más vibraciones (dos cuando va precedida de n, l, s -honrado-; de tres cuando es inicial de sílaba acentuada -roto-; y de cuatro cuando va precedida de vocal tónica -parra-).

Esta letra procede de un jeroglífico egipcio que representaba una cabeza humana vista de perfil. Los nombres que recibió esta letra en los alfabetos fenicio y hebreo recordaban dicho origen: res o resh, que quieren decir ‘cabeza’. Los fenicios simplificaron el dibujo egipcio reduciéndolo a una p al revés (q). La escritura griega varió el sentido de la letra dejándola en P (forma que actualmente tiene la r en los abecedarios griego y ruso). Los latinos copiaron la letra griega, pero como ya tenían la p, para evitar confusiones crearon entre los siglos IV-III a. C. la letra R (una P con una virgulilla inferior, para diferenciarla).

Dos palabras tienen cuatro de estas letras; una de ellas con una rr (recorrer), la otra con dos(ferrocarril).

Estrella (del latín STELLA) se decía estela en el español antiguo, antes de que la r se colara debido a la repercusión fonética de la otra consonante líquida, la l. También se coló la r, y por la misma razón, enbrújula (del italiano bussola y este del latín vulgar BUXIDA ‘cajita’). En el siglo XVIII, en plena fiebre etimológica, hubo un intento oficial de recuperar la r latina de CROCODĪLUS, introduciéndola en la palabracocodrilo, que había llegado a este estado después de una evolución en el español donde nunca tuvo cabida esta letra (cocodrillo > coquedriz > cocodrildo > cocodrilo); pero la forma culta crocodilo no duró mucho, pese a conservarse en el diccionario académico como sinónimo. En el caso de ostra, la introducción de la r tiene mucho que ver con el poder eclesiástico que había en nuestro país en el pasado: Procedente del latín OSTRĔA llegó al español primitivo la palabra ostia con el mismo significado que tenía para los romanos, ‘ostra’, de donde derivó ostión ‘ostra grande’; pero debido a los chistes que se hacían gracias al juego de palabras que propician ostia ‘ostra’ y hostia ‘eucaristía’, la jerarquía eclesiástica presionó para que ostia pasara a ser ostria o, mejor aún, fuera sustituida por la palabra portuguesa (muchos vocablos marítimos españoles provenían de esa lengua hermana) cuya raíz latina era tambiénOSTRĔA: ostra, cosa que ocurrió paulatinamente durante los siglos XVI-XVII, y al mismo tiempo que ostiónfue convirtiéndose en ostrón.

Una r se desprendió del vocablo oprobio, que del latín OPPROBRIUM pasó al español primitivo comooprobrio (así lo escribía Cervantes y aparece aún en el Diccionario de Autoridades), pero que ya en 1817 oficialmente se calificó de anticuada, permaneciendo aún en el diccionario académico como sinónimo en desuso. Lo mismo le sucedió el adjetivo propio, derivado de un proprio ahora en desuso pero que, procedente del latín PROPRIUS, era el único utilizado hasta el siglo XIII. Y, como vimos en el apartado de laq, otra r se perdió de orquestra (del lat. ORCHESTRA), aun cuando esta palabra se mantiene viva como sinónimo de orquesta y el significado propio relacionado con el antiguo teatro griego.

En secuestro la r ha cambiado de lugar con el paso del tiempo; procedente del latín SEQUESTRUM, llegó al español primitivo como secresto. Lo mismo le sucedió a la primera r del verbo secuestrar (lat.SEQUESTRĀRE), que empezó siendo secrestar. Ambas, secresto y secrestar, siguen en el diccionario académico en su condición de palabras anticuadas. Y lo mismo ocurrió con la r de bodrio, que del bajo latín BRODIO (y este del germánico brod ‘caldo’) pasó al español primero como brodio, ahora en desuso excepto en Cuba, donde sigue vivo todavía.

Entre la r y la d hubo una dura disputa por el adverbio alrededor o alderredor. Ambas palabras vienen de redor (del vulgar redol, este de redolar, y este del latín ROTULĀRE ‘rodar’), que aún está en vigor en el diccionario académico con varios significados. Con la preposición de formó el adverbioderredor (ya en el Cid), a la que se unió posteriormente la contracción al, formándose alderredor, muy frecuente hasta que poco a poco fue convirtiéndose en alrededor (ya frecuente en s. XVI), pero conservándose aún en el diccionario académico como sinónimo.

Lámpara también es una palabra por la que han disputado las letras d y r. Del latín LAMPĂDA, tomó el español primitivo la palabra lámpada (Berceo), que hacia 1280 ya había pasado a ser lámpara debido a su pronunciación semiculta (principalmente usada por los eclesiásticos).

Con la letra l la r ha librado varias batallas a lo largo de los siglos y por las siguientes palabras:

Albañal. Del árabe hispánico alballá’a (literalmente ‘tragona’), hasta los ss. XIV-XV se escribíaalbañar.

Almadía y armadía. Ambas son sinónimas en la actualidad ‘balsa’. La más antigua es almadía(del árabe hispánico alma’díyya), mientras que con r es una alteración secundaria debido al influjo dearmar.

Arancel (del árabe hispánico alinzál, y este del árabe clásico inzāl), que en el español antiguo eraalanzel o alenzel.

Árbol, del latín ARBOR, de donde pasó al español primero como árbor. Algunos derivados mantienen la l (arbolar, arbolado, arboleda), pero los cultos recuperaron la r etimológica (arbóreo, arborescencia, arboricida).

Almario y armario. Esta última, más antigua, procede claramente del latín ARMARĬUM y es la forma más conocida y usada; sin embargo, la variante disimilada almario fue igualmente común en los ss. XIII-XIV y en la actualidad se mantiene como sinónimo.

Arrabal. Por tener origen árabe (del ár. hisp. arrabáḍ, y este del ár. clás. rabaḍ), en los albores de nuestro idioma solía escribirse indistintamente raval o alraval (por la costumbre de anteponer el artículo árabe al a los vocablos de este origen), hasta que, más adelante fue evolucionando hacia arraval y la actual arrabal.

Cárcel. El latín CARCER, -ERIS pasó al español primitivo como cárcere y luego como cárcer (2.ª mitad s. X), pero ya en el Cid se lee cárcel.

Cerebro. Aunque su étimo tiene una r (lat. CEREBRUM) esta palabra llegó ya al español con una l,celebro, y así se mantuvo hasta no hace mucho (era la forma más común todavía en el s. XVIII), figurando aún en el diccionario académico como un sinónimo en desuso.

Espuela. Durante su evolución en nuestro idioma, este vocablo ha ido alternando la l con la r: del gótico spaúra pasó en el español como espuola > spuera > espuera > espuela.

Esquilar también procede del gótico, esta vez tardío, skiran. Hacia el año 1300 está documentada la forma esquirar, hacia 1400 la forma desquilar, y la actual esquilar ya es frecuente en textos desde 1600.

Flecha. Debido a la impopularidad que había entre los castellanos antiguos al encabezamientofl~, ha habido palabras en las que se intentó cambiar esta l por una r, como en flecha (del francés flèche), pero la forma frecha (documentada en texto de 1397) no resistió el cambio. Lo mismo sucedió con flete, que, pese a tener una r en el francés (fret, de donde lo tomó el español), la forma frete (Nebrija) no prosperó.

Mármol. Del lat. MARMOR pasó al español mármol, que todavía se halla en el Diccionario de Autoridades (s. XVIII) y aún hoy aparece en el diccionario académico como sinónimo desusado. Mantiene la segunda r el cultismo marmóreo.

Palabra. Con este vocablo se hicieron un auténtico lío las letras l y r. Del latín PARABŎLA tomó el español al principio el término parabla, que muy pronto intercambió de posición las consonantes líquidas.

Roble y robre. La primera (con l) deriva de la segunda, que es la más antigua en nuestro idioma (del lat. ROBUR, ~ŎRIS). Aunque sinónimas, roble es hoy en día la más común.

Temblar. En este verbo ambas letras, l y r, provocaron a causa de su lucha un mareo impresionante, que duró siglos. Del latín TREMULĀRE tomó el español primitivo el verbo tembrar (aparece en el Cid), pero si bien pasó a temblar muy pronto (Berceo), antes de volver a este sufrió una larga y sucesiva transformación. Corominas nos lo cuenta así: «Hubo sin duda una época en que el vulgo de toda Castilla, como el de León, Portugal y Galicia, desacostumbrado de pronunciar grupos de consonante más l(que en la lengua común se habían cambiado en ll), alteraba toda l combinada sustituyéndola por r (claro que esto no ocurría en Aragón, donde se conservaban clamar, pluvia, flama); en esta época se consumó sin duda la disimilación de trembrar en tembrar, y cuando más tarde se reaccionó contra dicho vulgarismo (no sólo restableciendo plaza, blando, flaco, etc., en lugar de praza, brando, fraco sino además cambiando los etimológicos brandir, prática, combrueça en blandir, plática, combl(u)eça, etc.) tembrarpasó nuevamente a temblar, pero ya por entonces se había perdido memoria de la primera y etimológicar».

Tiniebla, del antiguo tiniebra y este del latín TENEBRA. El cambio de letra tiene la misma explicación que en la anterior (temblar).

ino duró mucho, pese a conservarse en el diccionario académico como sinónimo. En el caso del cultismo.

S

La letra S (ese) es la octava que más palabras encabeza en el diccionario: 4.576, el 5’20%. Procede de un ideograma egipcio que no representaba una culebra, como cabía esperar, sino un lago del que salían juncos o lotos. En la escritura fenicia se simplificó eliminando las plantas acuáticas y resumiéndolo en una W, que los griegos invirtieron bautizándola sigmay dándole dos versiones: una con tres líneas rectas y otra con las tres líneas redondeadas. Los romanos recogieron esta última versión, que fue la que llegó hasta el español.

El español antiguo tenía una s sonora (análoga a la francesa de rose) que escribía cons sencilla, mientras que la s sorda (igual a la hoy corriente) se escribía ss entre vocales (assar), o s tras consonante (mensaje). Pero fue favoreciéndose el principio fonético a costa del etimológico y, en 1763, se suprimió la ss de origen latino (así como proveniente de otros idiomas:assesino, del árabe ḥaššāšīn ‘adictos al cáñamo indio’) que hacía mucho sin embargo que no representaba sonido diverso de la s y que se había mantenido por tradición. Resuelto esto, pocos años más tarde (1770) se decidió qué hacer con las palabras iniciadas con s seguida de consonante, también de origen latino (scientia, studer, scribere, spiritus, scepum), resultando que en algunas de ellas (scientia, sceptrum) se omitió la s para pronunciarlas y escribirlas ciencia, cetro, mientras que en otras se añadió una e antes de la s (tal como vimos en el apartado dedicado a la e): estudiar, escribir, espíritu; práctica esta última que se ha seguido empleando para adaptar vocablos extranjeros (esmoquin, estrés, estándar, espagueti).

En los albores de nuestro idioma coexistían Dios (del latín DEUS), que se empleaba solo como vocativo y sujeto, y Dío (lat. DEUM), que se usaba en los demás casos. Pero ya a finales del s. XI triunfaba plenamente la primera forma gracias al empleo del vocativo en oraciones y exclamaciones.

De origen caribe, sabana ‘llanura’ no se escribió con s hasta el s. XVIII. Anteriormente, en el español se escribía çavána, con ç sonora.

Entonces es un adverbio de tiempo que proviene del más antiguo entonce (del latín vulgar INTUNCE), pero que hace mil años, en tiempos del Cid, se escribía estonces (de otro más antiguoestonce) y estoz (que Berceo escribió estonz y entonz), apareciendo ya hacia 1250 entonçes. Tantoestonce como estonces y entonce aparecen en el actual diccionario académico en su calidad de sinónimos en desuso.

Mientras lleva también incorporada la s desde hace relativamente poco. Procede de mientra, que a su vez viene de demientra, de un anterior domientre, y este del latín DUM ‘mientras’ e INTĔRIM ‘entretanto’. Menos esta última, las demás formas aparecen en el diccionario académico como sinónimos anticuados y en desuso.

¿Quizá o quizás? En el diccionario académico el primero remite al segundo, con s, que a su vez dice que viene del latín QUI SAPIT ‘quién sabe’. Quiçab aparece en el Cid y quicá se escribió también durante la Edad Media. El Diccionario panhispánico de dudas explica que quizás se creó por analogía con otros adverbios acabados en ~s, y Corominas informa: «En cuanto a las dos formasquizá y quizás, esta es mucho más tardía, y tiene -s adverbial agregada (…) quizás no aparece hasta fines del s. XVI, en Sta. Teresa (…), y es evidente que los clásicos la consideraban forma vulgar, resabio que todavía no ha perdido completamente (… 165 quizá y ningún quizás en Cervantes, 169 y 11 en Sta. Teresa; en Lope un solo quizás, en Tirso 2, en Góngora 2, en Rojas 3. Algunos de éstos han podido achacárselos a estos autores los tipógrafos de la Rivad., de cuya colección se sacaron todos los datos. La proporción relativamente alta de la forma en -s en Sta. Teresa es indicio claro de su carácter vulgar)». En la actualidad se escribe de las dos formas indistintamente.

¿Asechar o acechar? Del latín ASSECTĀRI ‘seguir constantemente’, ‘perseguir (con fines lascivos)’, ‘ir al alcance de alguien’ tomó el español primitivo el verbo asechar ‘poner o armar asechanzas (engaños o artificios para hacer daño a alguien)’, de donde posteriormente (hacia 1400) derivó acechar ‘observar, aguardar cautelosamente con algún propósito’. Hubo un tiempo en que ambos verbos se escribieron con ç, provocando una lógica confusión. En la actualidad ambos verbos mantienen su vigencia, al igual que asechanza y acechanza.

T

La T (te) es la séptima letra que encabeza más palabras en el diccionario: 4.938, el 5’61%. No es una consonante muy frecuente en español, donde se presenta con una proporción de 4’82%.

Procede la T de un ideograma de la escritura egipcia que representa dos palos cruzados a modo de señal, del que se hicieron distintas esquematizaciones ya entre los propios egipcios. Las más conocidas son las que pasan al alfabeto fenicio con forma de X o de +, de donde derivan con ligeras modificaciones las tes de los alfabetos griego, etrusco y latino arcaico, donde aparece en la forma mayúscula que utilizamos hoy. Los tipos de imprenta definen la mayúscula y minúscula actuales: T y t.

Terminan con t: boicot, compost, confort, complot, argot, fagot, debut, deficit, entrecot, robot, salacot, superávit, test, trust, zigurat, ballet, chalet y vermut (en todas ellas el plural se forma~ts). Las dos últimas también pueden escribirse sin t: chalé, vermú. Perdieron su t final: cabaré,caché, capó, carné, parqué, todas de origen francés.

Solo hay una palabra con cuatro tes: veterotestamentario ‘perteneciente o relativo al Antiguo Testamento’.

Como vimos en el apartado de la d, esta letra y la t tienen un sonido muy parecido, lo que facilitó que, históricamente, la t perdiese mucho terreno frente a la d (CATĒNA > cadena, CATHEDRA > cadera, AEQUĀTOR > equator aún en s. XVIII > ecuador, LATRO > ladrón, MATERIA > matera hacia 940 > madera, METUS > miedo, MONĒTA > moneda, MUTARE > mudar, PALATARE > paladar, PETRA > pietra en 1042 > piedra ya en 1074, PUTRĒRE > podrir > pudrir, ROTA > rueda, TOTUS > todo, VETĀRE > vedar, UNIVERSĬTAS > universidad, VITUS > vit en 1143 > vid en 1212, VITRĔUM > vidrio), y también frente a otras letras, como la c (GRATIA > gracia) o la z (RATIONEM > razón).

U

La U es la última de las vocales y la vigésimo segunda letra que más palabras encabeza en el diccionario: 455, el 0’51%. La u se pronuncia emitiendo la voz con los labios algo más alargados y fruncidos que para pronunciar la o.

Es letra muda en las sílabas que (queso)y qui (quizá), y también, por regla general, en las sílabas gue (guerra) y gui (guitarra); cuando en una de estas últimas tiene sonido, debe llevar diéresis, como en vergüenza y argüir. Por tanto, se pronuncia en las sílabas qua (quásar), quo (quórum), gua (guasa) y guo (antiguo).

Los romanos no le daban a la U un valor exclusivo de vocal, pues era una variante gráfica por redondeo de la clásica V y se utilizaba asimismo para señalar la vocal o la consonante. Como a la J mayúscula, el humanista francés Pierre de la Ramée le dio a la U carta de naturaleza en la imprenta, empleándose siempre para la vocal, mientras que se dejaba la V para la consonante.

Solo hay una palabra que tenga cinco ues: la simpática y exótica sucusumucu, que en Colombia y Puerto Rico se utiliza para la expresión a lo sucusumucu, que equivale a la chita callando.

La u sustituye a la o como conjunción disyuntiva ante palabras que empiezan por o (diez u once) o por ho (belga u holandés). Pero no siempre ha sido así. En el Diccionario de Autoridades(1739) se explicaba el uso de la u como disyuntiva cuando la palabra anterior también empezaba por o (cabo ú remate) o cuando la siguiente empezaba por d (excitar ú dar).

Casi se ha perdido la u del adverbio cuasi (del latín quasi), que sobrevive con plena vigencia en el diccionario académico y en el lenguaje vulgar tanto de España como de América; según Corominas, en castellano antiguo se decía hascas (sin reminiscencias hoy en día). También se ha perdido ya casi la u de flueco (lat. FLOCCUS), todavía en el diccionario académico como palabra en desuso, a favor de fleco.

Todavía en el siglo XVIII, por llevar una q en vez de una c delante, la u de qüestion, freqüencia y eloqüéncia llevaba diéresis para poder ser pronunciada.

La u se apoderó del puesto de la o en cuidar y cuidado hace siglos. Provenientes del latín COGITĀRE y COGITĀTUS, respectivamente, antiguamente en español se decía y escribía coidar ycoido. Lo mismo sucedió con embutir, procedente de un desusado embotir (aún en el diccionario académico), que a su vez derivaba de boto ‘odre’, en el sentido de ‘rellenar como un odre’. Y conescuela (lat. SCHOLA), que en 1192 era escola. Y con jaula (del francés anticuado jaole), que en español fue primero jaola. Y con lugar, que viene de logar (aún en el diccionario académico como desusado), y este del latín LOCĀLIS, aunque hubo todavía entre medias en el español antiguo (933) un locar. Y con muchacho, del anticuado muchacho, y este de mocho en el sentido de ‘esquilado, rapado’, por la vieja costumbre de que los niños y jovencitos llevaran el pelo corto. Y conmurciélago, metátesis (‘cambio de lugar de algún sonido en un vocablo’) de murciégalo (del lat. MUS, MURIS ‘ratón’ y CAECŬLUS, diminutivo de CAECUS ‘ciego’), que se escribía morciélago en 1251. Y con orina (lat. URĪNA), que Nebrija y Covarrubias aún admitían como urina. Y con tullido y tullir(lat. TOLLĔRE), que en la Edad Media se decía tollido y toller. En el caso de los verbos estofar yestufar, esta disputa entre las vocales o y u quedó en tablas, toda vez que ambos sobreviven aunque con significado distinto, siendo su evolución la siguiente: EXTUFĀRE ‘escaldar’ > stufar > estufar > estofar.

También con la letra b ha mantenido la u duras batallas por un puesto en varias palabras. Tales como raudo (lat. RAPĬDUS), antiguamente rabdo; ciudad (CIVĬTAS), cibdad en la Edad Media; yausente (ABSENS, ~ENTIS), que Alfonso X escribía absente, todavía en el diccionario académico como sinónimo en desuso.

V

La V es la decimosexta letra que encabeza más palabras en el diccionario: 1.947, el 2’21%. Su nombre es uve: de la combinación de u ve, propiamente ‘u que tiene el oficio de v’, en memoria del tiempo en que se empleaba aquella letra con el oficio de esta. No apareció con esta denominación (uve) en el diccionario académico hasta la edición de 1947.

Su origen hay que buscarlo en las inscripciones jeroglíficas de Egipto. La adaptación fenicio dio lugar a diversas formas muy similares a nuestra actual Y (letra que también tiene el mismo origen). La V mayúscula que hoy utilizamos es bien reconocible en algunos alfabetos griegos donde alterna con la antigua adaptación fenicia. El alfabeto latino le dio carta de naturaleza definitiva en forma de V mayúscula que sirvió, además, para representar la U durante muchos siglos, tantos que en la ortografía española ese problema no se resolvió de modo definitivo hasta bien entrado el siglo XVIII. Con la imprenta se había generalizado la práctica de diferenciar ambas letras apellidándolas U vocal y V consonante(pronunciada u consonante), entre otros apelativos, pero aun así seguía escribiéndose tanto vozcomo uoz, ver como uer, uno como vno, hasta que el primer diccionario académico zanjó el asunto.

La pronunciación de la v es idéntica a la de la b. Todas las palabras que empiezan por br~ ybl~ se escriben con b, ninguna con v.

Hay una palabra, muy peculiar, que tiene tres uves: vivalavirgen ‘persona despreocupada e informal’.

Al establecerse en el s. XVIII que se respetaría en español la v en aquellas palabras que contaran con ella en sus étimos latinos, se facilitó la incorporación a nuestro idioma de nuevas palabras con esta letra, derivados de aquellas: improvisar, revisar, revisión (de ver); eventual, interventor (de venir); controvertir, malversar (de verter). Además, fueron adaptadas al español muchas voces con v provenientes del francés: aval, avalancha, revancha, devenir, vivaque, vodevil, virola, vedette… Y, por si fuera poco, debido a los derivados cultos con que tanto se ha alimentado el vocabulario técnico-científico, muchas antiguas uves romanas y griegas reaparecieron en el español de los últimos tres siglos (velocímetro, velocista, vulcanólogo, vulcanizar, vermicida, vermiforme), muchas de ellas bautizadas por eminentes inventores y científicos: vitamina, palabra inventada en 1912 por el biólogo C. Funk; vaselina, por el industrial Chesbrough en 1872; voltio, en 1827 por el físico italiano Volta; vatio, hacia 1900, por el físico escocés Watt…

A pesar de venir del latín vulgar AVIŎLUS y AVIŎLA, y estos del latín clásico AVUS y AVIA,avuelo y avuela se dejaron arrebatar la v, que fue sustituida por la b. En el Diccionario de Autoridades (1726) puede leerse en la entrada ahuelo, la: «Los Padres de nuestros Padres. Algunos escriben esta palabra con b; pero es improprio, por ser contra su origen, que es del Lat. Avus, y assi se debe escribir Avuélo», y en la entrada avuelo, la: «El origen del Latino Avus, Avia, por lo que se deben escribir con v, y no con b estas palabras, y las demás que se derivan de ellas, como Abolengo, Avolório, Bisabuelo, Tatarabuelo. En los libros antiguos del Fuero Juzgo, Partidas y otros se allanáis escritas: y aunque en los mas Autores modernos se hallan escritas con b, es defecto notorio». Pero en la actualidad solo se emplean abuelo y abuela, en detrimento de la venerable v etimológica.

También está en trance de perder su v latina anchoa (APIUVA), ya que la forma anchova, de uso general hasta el s. XVIII y aún en vigor en el diccionario académico, apenas si se usa. Y lo mismo ocurre con vimbre (VIMEN), palabra todavía viva en Andalucía y el Alto Aragón, pero que se ha visto muy superada por su derivada (por dilación de la nasalidad) mimbre.

Vulpeja (lat. VULPECŬLA) defendió con éxito su v etimológica del asalto de una g que, durante la Edad Media, estuvo disputándole el sitio con gulpeja. También salió victoriosa sobre la ben vecino (VICĪNUS), bicino en el s. X y becino en el XI. Pero con esta misma b perdió sin embargo entrabajar (TRIPALIĀRE), travajar antiguamente.

W

La letra W (uve doble) siempre ha sido considerada foránea, extranjera. Lo dice el diccionario académico: «No se emplea si no en voces de procedencia extranjera».

Es la vigésimo séptima y última letra que más palabras encabeza: 22, el 0’02%.

Básicamente son dos idiomas extranjeros de donde hemos exportado al español con el transcurso del tiempo las palabras con w: alemán e inglés. Pues bien, la recomendación académica para su pronunciación es la de [u] (Newton) o [g + u]para la w de origen inglés (Washington, waterpolo, web) y la [b] (v en ortografía) para law de origen alemán (Wagner, Westfalia).

En muchas palabras incorporadas al español, la w ha sido reemplazada por v: vagón, vals, vatio, váter; alternan las dos grafías, como en wolframio / volframio, o existen dos variantes:wellingtonia / velintonia. En las que la w ha sido sustituida por una v el origen de las palabras suele ser inglés; mientras que suelen ser alemanas en las que ha sido sustituida por gu (guerra, gualda, guardia).

Ha habido adaptaciones al español de palabras con w, cuyo resultado no ha sido todo lo exitoso que se esperaba, aunque se mantienen, como es el caso de whisky > güisqui.

X

La X (equis) es la vigésimo sexta (penúltima) letra que más palabras encabeza en el diccionario: 45, el 0’05%. Esta letra se dice que fue invento del rey griego Palamedes. Normalmente los griegos representaban el sonido [cs] o [gs] con dos letras hasta que se inventó un signo suplementario simple con que sustituirlas, y aquí aparece el legendario Palamedes y su invención. El nuevo signo pasa al alfabeto etrusco y de él lo toma el latino arcaico. Pero en el griego clásico la letra X también representaba otro sonido, aparte delcs/gs, que era el ji (con el sonido parecido al de nuestra j). Y en el español, aunque la xheredada del latín suele pronunciarse como lo hacían estos, con el sonido cs/gs (axioma, exento, que ante consonante suele reducirse a s: extremo, exposición), hay palabras de procedencia griega en las que la x se pronuncia como una j suave. De ahí que en el español antiguo se escribiera con x palabras que, desde 1815, se escriben con j: abaxo, caxa, cexar, coxin, coxear, complexo, crucifixo, cruxir, dexar, dixo, enxaguar, enxanbre, exe, executar, exemplo, exercer, viexo, floxo, fluxo, lexía, lixa, luxo, mexilla, paradoxa, prolixo, roxo, texer, traxo, Ximénez, Xerez, Truxillo, Mexía, Xavier, Ximena, Xuárez…

Por otra parte, desde la Edad Media la letra x aparece en el español con dos usos: el latino y el patrimonial. El latino es el que todavía usamos hoy, con la pronunciación actual. El patrimonial era característico del español antiguo y derivado de la transformación del sonido x en algo parecido a la sh inglesa o a la ch francesa; un sonido muy similar al que tenía también algunas voces de origen árabe y que fueron adaptadas con x (xaque, xaqueca, xarabe, xeque, axuar, xurel, xubón, xabalí, moxama). Este uso patrimonial desapareció del español, pero cuatro siglos después su reminiscencia queda en algunas palabras donde la x se transformó en j. Además, cuando los españoles llegaron a América, les pareció oír en muchas lenguas indígenas el sonido sh que ellos transcribieron con x (ej.: xícara, del nahua xicalli): aquí el origen de las equis de México, Oaxaca, Xonacatlón, Texas… Hoy estos topónimos (nombres propios de lugares) conservan su vieja ortografía, pero, desde 1815, se pronuncian con j en español (incluyendo a los mejicanos); no así en las lenguas extranjeras, donde las pronuncian con sonido x. Hacen por tanto el ridículo aquellos españoles que pronuncian México con el sonido [cs], ya que hasta los propios mejicanos lo hacen con j. Muchos de aquellos topónimos escritos con x perdieron esta a favor de la j con el tiempo, como Jalisco, Jamaica o Jauja.

Empiezan con x xenofobia, xilófono, xilografía; y terminan con ella clímax, dúplex, ex, fax, fénix, látex, réflex, relax, télex, támpax, tórax, tríplex, túrmix y unisex.

Chamuscar (del portugués chamuscar) y Chaqueta (de jaqueta, y esta del francés jaquette) son dos palabras que, hasta 1815, se escribían en español xamuscar y xaqueta, respectivamente; si bien jaqueta aún sobrevive en el diccionario académico en calidad de sinónimo en desuso.

Hasta que, fruto de la fiebre etimológica que padeció el academicismo español en el siglo XVIII, se recuperaran las equis latinas correspondientes, tanto experiencia como exprimir, extraño ytexto eran palabras que se escribían con s (esperiencia, esprimir, estraño, testo). Del mismo modo, la voz de creación expresiva cosquillas se escribía antiguamente con x (coxquillas y coxquilloso se lee en la Celestina).

Durante mucho tiempo, desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, se decía en español páxaro. Pero esta x castellana era muy extraña porque no tenía un origen latino ni árabe. La palabra provenía de un antiguo pássaro, que seguramente derivaba a su vez del latín vulgar PASSAR, y este del latín clásico PASSER ‘gorrión’.

¿Anejo o anexo? Tomado del latín ANNEXUS, fue anexo hasta el siglo XVIII, que pasó a escribirse anejo. Cambio en el que no le siguió su derivado conexión. Hoy son adjetivos sinónimos (más extendido con x), pero con significados distintos como sustantivos.

¿Próximo o prójimo? Son variantes de una misma palabra, tomada del latín PROXĬMUS.Próximo es un adjetivo que cuenta con dos acepciones (‘cercano’ y ‘siguiente’), en tanto prójimosignifica ‘hombre respecto de otro’. Con este último significado aparece próximo desde los orígenes del idioma. Como adjetivo solo está documentado desde 1617.

Y

La Y es la vigésimo tercera letra que más palabras encabeza en el diccionario: 248 el 0’28%. Su nombre es i griega o ye. La forma de la y no ha cambiado en siglos. Ya se reconoce su antepasada en la escritura hierática egipcia, en los alfabetos milenarios de Medio Oriente (donde representaba una maza), en la vaufenicia, y es la misma antepasada de la f, la u y la v. Los griegos le dieron su forma definitiva y la llamaron ipsilon; los romanos la tomaron tardíamente (en el siglo I aproximadamente) para escribir palabras griegas que tenían dicha letra; y del latín pasó al español.

En el español antiguo la representación del sonido [i] la compartían la i (conocida comoi corta o media), la llamada baja o larga (origen de nuestra j, como vimos en su apartado) y la I (conocida como alta). A su vez, la i corta o media y lai baja o larga (j) podían hacer oficio de consonantes, invadiendo el terreno de la y, con lo que la y se vio obligada a invadir el terreno vocálico de las otras. Debido a tal confusión, no era poco frecuente ver, por ejemplo, la palabra viejo escrita también vieio o vjeio; o mayor y maIor; o sin y sjn; o isla eysla; o Pompeyo, Pompejo y Pompeio. La solución empezó a darse con la aparición de la imprenta, pero tardó siglos en llegarse al acuerdo actual: i es vocal en todos los casos, i griega para la conjunción copulativa más para el sonido [i] al final de palabras que acaben en -ái, -éi, -ói y frecuentemente en -úi (Uruguay, guiriguay, ley, doy, muy).

Así pues, desde 1726 la y se convirtió oficialmente en la conjunción copulativa del español, menos cuando la siguiente palabra empieza con i, en cuyo caso se sustituye por una e.

Se pronuncia como la ll cuando hace de consonante y como la i cuando hace de vocal.

Hay algunas palabras que tienen dos i griegas: yeyé, yatay, yaya y yoyó; y algunas más que terminan con esta letra: muy, cocuy, carey, caray, balay, muley, ay, convoy, copey.

Como vocal, la y ha ido perdiendo terreno. Muchos anglicismos, por ejemplo, han sido adaptados al español sustituyéndola por la i al final de palabra (grogui, penalti, güisqui). Todo lo contrario ha ocurrido como consonante (desde 1870 se acepta escribir con y algunas voces que empiezan por hie- (yerba, yerro, yedra); hielo no es una de ellas, pese a que Berceo la escribía yelo, y tampoco hiena, por más que su raíz latina tuviera una y (HYAENA) y el Diccionario de Autoridadesen 1734 la escribiera hyena. Y en cuanto a la pronunciación, es indudable que la y está acabando con la ll, pues es práctica cada vez más general el yeísmo, pronunciándose castiyo en vez decastillo, gayina en vez de gallina, cabeyo en vez de cabello.

Procedente del latín EQŬA, yegua al principio no tenía y (egua en 949). Sobre por qué se llama yegua en español al femenino del caballo y no caballa, o el masculino no es yego o yeguo, ver la explicación en el apartado Rivalidad.

¿Jaguar o yaguar? Son voces sinónimas (‘felino americano…’), pero la última (con y) es la forma más antigua y de origen guaraní, aunque la primera (con j) es la mayoritaria en todo el ámbito hispánico. Yaguar se usa más en el área rioplatense, donde también se emplea, en menor medida,yaguareté (del guaraní yaguar ‘jaguar’ y eté ‘verdadero’) o jaguareté.

¿Judo o yudo? Se pueden escribir de las dos formas, pero la que mejor se adapta al español es yudo (del japonés yu ‘blando’ y do ‘modo’). Quienes escriben judo pronuncian sin embargo [yúdo], lo que es una discordancia en español, ya que deberían pronunciarla [júdo]. En el diccionario académico aparece el derivado yudoca ‘persona que practica el yudo’, pero no judoca.

¿Mahonesa o mayonesa? Ambas formas son sinónimas e igual de válidas. Más cercana a la etimología es con h (de Mahón, capital de la isla de Menorca), pero la más frecuente es con y, seguramente porque es la más antigua y de origen francés (mayonnaise).

Yo y egoísmo. La segunda es palabra derivada de la primera, procedente del francéségoïsme, que a su vez viene del latín EGO ‘yo’ y el sufijo –ismo. Llegó al español como derivado culto a fines del s. XVIII. El yo español aparece ya en los orígenes de nuestro idioma, procedente asimismo del latín clásico EGO, que hacia el s. VI se redujo a EO debido al gran desgaste que tuvo este vocablo gramatical.

Z

La Z es la vigésima letra que más palabras encabeza en el diccionario: 771, el 0’87%. Su nombre es zeta, ceta, ceda ozeda. representa un sonido sordo, donde no vibran las cuerdas vocales; para pronunciarlo basta morderse ligeramente la punta de la lengua y expulsar el aire. No suele ir la z delante de e, i por cuanto su pronunciación en tales casos está reservada a la c. Sin embargo, hay alguna excepción, como enzima (para distinguirla del adverbioencima) o zeta. Y también hay palabras que pueden escribirse con c o z: cebra / zebra (en desuso), cinc / zinc, cíngaro / zíngaro, magacín / magazín.

Durante mucho tiempo, en el español se acumuló tres letras con el mismo sonido: la z, la cdelante de e,i, y la ç sorda. Esta última es hija de la z, ya que nació de la costumbre de los amanuenses de escribir la z con un copete arriba a modo de adorno que se fue exagerando hasta que se redujo la z original a una virgulilla inferior, dando lugar así a una nueva letra. En consecuencia, en los textos de los ss. XVI-XVII no es difícil encontrar prudencia, prudençia yprudenzia (pero con igual pronunciación), doze, doçe y doce, cauçe, cauze y cauce, o torzido, torçido y torcido. Hasta que, como ya hemos dicho, la ç desapareció del español en 1726. Pero todavía durante el siglo XVIII era muy común escribir azeite, azeituna, azeña, almazén, rezelar, zelos, zeloso, zenit, zizaña, zandalia, zandía,

La Z se origina en la escritura jeroglífica egipcia y pasa a la fenicia donde, como la griega, se representaba de forma muy parecida a la actual I mayúscula. No fue hasta el abecedario latino que formó la forma actual Z, donde no fue una letra corriente y su empleo estaba limitado a nombres procedentes del griego. En el español la z es una letra bien definida y consistente.

Es la z una de las letras por las que empiezan más palabras de origen árabe, tal como veremos en el apartado correspondiente.

Del francés canezou, adoptó el español a principio del s. XIX la palabra canezú, pero a lo largo de este siglo la z perdió su puesto a favor de la s: canesú aparece ya registrada académicamente en 1884. Fue una pequeña venganza de la s por las muchas compañeras que, más antiguamente, perdieron el lugar que les correspondía a favor de la z, como en ceniza (lat. CINISĬA), que Berceo escribió cenisa; o cereza (del latín vulgar CERESĬA), ceresa en la Edad Media; o cerveza(del celtolatino CEREVISĬA), cuya evolución en español fue servesa > cervesa > cerbeça > cerveza; olápiz (LAPIS), lapis en Góngora. El mismo camino lleva la s de mesclar (del latín vulgar MISCULĀRE), aún en el diccionario académico como sinónimo anticuado de calumniar y mezclar, derivado este último que hace tiempo le arrebató la supremacía en el español. Y empatadas están por ahora estas letras en su disputa por los adjetivos sinónimos verduzco (recién admitido en el diccionario académico en su avance de la vigésima tercera edición) y verdusco, aunque con ligera ventaja ya del primero (con z).


José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo. 
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

http://www.curiosidario.es/historia-de-las-letras-2/

Historia de la Diplomacia...El Panamericanismo.

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El panamericanismo o integración americana, es el movimiento diplomático, político, económico y social americano que busca crear, fomentar y ordenar las relaciones, la asociación y cooperación entre los países americanos en diversos ámbitos de interés en común.

Si bien inicialmente el propósito de liberalizar el intercambio comercial no se dio ; pero sí se extendió la colaboración a una serie de áreas como la salud (Organización Panamericana de la Salud), geografía e historia (Instituto Panamericano de Geografía e Historia), derechos y cuidados de la infancia (Instituto Panamericano de Protección a la Infancia), derechos de la mujer (Comisión Interamericana de Mujeres), políticas indígenas (Instituto Indigenista Interamericano), agricultura (Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas) defensa continental colectiva (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), ayuda económica (Banco Interamericano de Desarrollo) y deportiva (Organización Deportiva Panamericana), entre otros.

Así como una serie de preceptos diplomáticos y políticos en las relaciones entre los países como el petróleo entre los países, no siempre respetados o cumplidos como los siguientes: el arbitraje entre las partes, solución pacífica de los conflictos, la no intervención, igualdad de los estados en los organismos que integran y entre sus relaciones, decisiones por medio de resoluciones aprobadas por la mayoría. Así como el reconocimiento del asilo diplomático, la redacción del Código Bustamente (o Código de Derecho Internacional Privado), el sistema interamericano de derechos humanos (Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Americana sobre Derechos Humanos junto con sus protocolos y convenciones asociadas y la Carta Democrática Interamericana).

Uno de los hitos del Panamericanismo es la Organización de los Estados Americanos (OEA). Este organismo regional tiene como fin la integración, cooperación bilateral, desarrollo sostenible en diversas áreas (energía, ambiente, salud etc.) promover la democracia, paz e igualdad de derechos para los ciudadanos en cada una de las Repúblicas y monarquías del continente. La OEA es el principal organismo regional de América o las Américas.

Algunos hitos del panamericanismo de raíz hispanoamericana

El 2 de mayo de 1801 Francisco de Miranda publicaba en Londres los Planes de Gobierno que había preparado en 1790 y en los que recogía el plan de gobierno para Hispanoamérica después de que se independizará de la metrópoli.

En la ciudad Mexicana de Guadalajara Miguel Hidalgo y Costilla hacia público en diciembre de 1810 los Bandos sobre tierras y esclavos donde abolía la esclavitud y el tributo indígena.

En agosto de 1810 en las Provincias Unidas del Río de la Plata, Mariano Moreno entregaba su trabajo, encargado por la Junta de Gobierno provisional su Plan de Operaciones, y que se debía poner en práctica para consolidar la grande obra de nuestra libertad e independencia. Hay divergencias sobre la autenticidad del documento.

Simón Bolívar, desde Kingston, Jamaica, el 6 de septiembre de 1815 escribía la que es conocida como Carta de Jamaica en donde se exponen las causas y argumentos que justifican la independencia de los territorios españoles de América así como su posterior unidad. En este documento se encuentran las bases de la doctrina Bolivariana resumida en la máxima unidad e independencia.

En septiembre del 1815 José Artigas publica el Reglamento de Tierras. En él se reparten las tierras abandonadas y se establece un orden que permite restaurar la producción ganadera.

Bernardo Monteagudo escribe sus ideas sobre la necesidad de una federación general entre los estados Hispanoamericanos y plan de su organización.

En Guatemala y a la sombra de la constitución española de 1812 José Cecilio del Valle publica el periódico El Amigo de la Patria cuya línea editorial defendía los principios del liberalismo y los derechos de Hispanoamérica a su independencia. Unos años después, en 1822, publica el texto titulado Soñaba el abad de San Pedro; y yo también sé soñar donde resumen su ideario independentista unificador coincidiendo con Bolívar y de Monteagudo.

El 7 de diciembre de 1824 Simón Bolívar llama al Congreso de Panamá. La convocatoria es para los gobiernos de México, Río de la Plata, Chile y Guatemala. Dos años más tarde se aprueba, por la asamblea de las Américas del Congreso de Panamá el Tratado de unión, liga y confederación perpetua.

En Nueva York, José Martí publica en la Revista Ilustrada de Nueva York el 10 de enero de 1891 el artículo "Nuestra América".

En 1918 se produce en Córdoba (Argentina), la reforma universitaria que en su proclama dice:

HOMBRES de una república libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana...

El 20 de marzo de 1929 Augusto César Sandino, el General de Hombres Libres, presenta a los gobiernos de los 21 estados Hispanoamericanos el Plan de realización del supremo sueño de Bolívar.

En Venezuela, desde los inicios de la Primera República, el ideal Panamericano estuvo siempre en el corazón de nuestros Libertadores. Ya en nuestra primera constitución se sostenía que cualquier persona nacida en el Continente Colombiano (nombre dado al Continente Americano por Miranda) podía ser gobernante de Venezuela. La fraternidad de los pueblos americanos constituía para Miranda una meta, un ideal, un destino inamovible.

En 1811 el panamericanismo formaba parte del deseo general de los venezolanos, deseo cimentado en la búsqueda de la Unidad y de la Universalidad, deseo consagrado en la estrofa trina de nuestro Himno Nacional:

"Unida con lazos que el cielo formó, la América toda existe en Nación...".





José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario. 
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela. 
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Miembro de la Red Profesional del Instituto Panamericano de Geografía e Historia - O.E.A.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica



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